Inefable [Hermione Granger] Corrigiendo

«31»

— ¿Te vas a quedar ahí durante el resto del viaje?

— Seh. – respondí quitando el libro para mirarla desde abajo. — Desde todos los lugares luces hermosa.

— Y tú desde todos los lugares  lo dirás. – está acarició la mejilla de Potter y cuando cerró los ojos sonrió. — Eres maravillosa.

— Lo sé. – dijo arrogantemente abriendo nuevamente los ojos, para ver a su novia rodando los ojos. — Aprovechando que ya has rodado los ojos, haré que me tires de tus piernas.

— ¿Y ahora que? – dijo seca a lo que reí, aún no se lo decía y ya estaba molesta.

— No pasaré todas las vacaciones con los Weasley, debo ir unos días a la empresa, regresaré cuando todo esté listo. – al ver su rostro y que paraba de acariciar mi mejilla me levanté tomándola de ambas manos. — Lo prometo Hermione, y siempre cumplo con mis promesas.

— Es que....tal vez creí que esté año si te quedarías todas la vacaciones.

— Intentaré que sea el menos tiempo posible, en cuanto dejé mis cosas en la casa de los Weasley, deberé irme.

— Bien, ¿Pero enserio volverás? – asentir dejando un beso en su frente viendo que cerraba los ojos sonreí y dejé que mis labios se pusieran sobre los suyos.

— Solo una semana o media semana, y te mandaré cartas por más exagerado que suene. – ella asintió con una mueca al darse cuenta que el tren ya se había detenido.

Mire a mi alrededor en busca de los Weasley y cuando los vi abracé a ambos señores, ya les había platicado que no podría estar la primera semana.

Sin embargo decía irme de inmediato pues las cosas se estaban saliendo de control, así que ellos llevarían mis cosas.

— ¿No dejaras tus cosas?

— No, pero iré en cuanto pueda, diviértete. – la Potter la beso con intensidad y después hizo una aparición.

Su hermano por otro lado agachó la cabeza al notar que nuevamente su hermana se iba.

[.....]

Al menos la media semana ya había pasado y la Potter sentía que se desmayaba, en el tiempo que no había estado, todas las cuentas se habían desordenado, todo era un caos para ella, y esa media semana no había pegado el ojo.

— Señorita Potter. – está estresada mientras revisaba unos pergaminos más, levantó la cabeza.

— ¿Que sucede Reynolds? – pregunto cansada.

— Hay señor afuera, dice que si puede pasar.

— No, sabes que no permito visitas en esta semana, además ya deberías estar en tu casa, tu y todos los trabajadores, por ser festivo.

— Lo sé, pero...a ninguno le agrado la idea de que usted si trabaje y nosotros no, parece ser buena persona, hace más trabajo del que debería. El señor dice que es urgente, dice que tiene una propuesta.

— Agradezco tus palabras Reynolds, supongo que no quedará de otra que dejarlo pasar, vete a casa, tienes familia con quién deberías pasar la noche.

El hombre sonrió mirando a aquella chica con lástima para después salir de la oficina y dejar entrar a aquel hombre.

— ¿Cómo lograste esto con tan solo dieciséis años?