Inefable [Hermione Granger] Corrigiendo

«43»

— ¿Agotado Ronald?

— Por supuesto que no, parece que tu si, vas con la lengua por fuera como perrito.

— Calla y avanza. – dije sonriendo mientras caminaba con el hacia aquel edificio que se veía a unos metros.

Con metros decía muchos, después de unos minutos llegamos delante de la puerta, hasta que Hermione llamo a la puerta.

— ¿Que haces? Creí que ya no querías saber nada de pianos.

— Yo también, pero es...muy lindo dejarte llevar por el sonido ¿No lo crees?

— Bueno pues en realidad jamás aprendí mucho porque me parecía aburrido cuando querías enseñarme. – sonreí acariciando su mejilla y acomode un poco su cabello.

— Es entendible, eras un mocoso de seis años. – me tomó de la mano mientras sonreía, se la devolví y cuando estaba por responderme la puerta se abrió.

—¿Que hacen aquí? ¿Quienes son? – frunci el entrecejo y mire a detalle toda la casa pero también a Xenophilius.

— Hola señor Lovegood, soy Harry Potter, nos conocimos hace unos meses. ¿Podemos pasar?

Así fue, nos dejó pasar, la casa era... extraña, me senté junto de Harry y me mire como con advertencia, este señor no me daba buena espina, su comportamiento de nerviosismo lo delataba.

— ¿ Dónde está Luna?

— ¿Luna?– frunci el entrecejo, la mano le temblaba tanto como un poco de su bebida se rego, ante la mirada de todos respondió. —Ya vendrá.– todos ellos tomaron su té o lo que sea que estaban bebiendo, yo solamente lo había dejado en una mesita, con tan solo olerlo me daban náuseas. — Y dígame ¿Cómo puedo ayudarlo señor Potter?

— Bueno....de echo....es sobre algo que uso en su cuello en la boda, un símbolo.

— ¿Habla de este?

— Si... exacto, lo que quiero saber es...¿Que es?

— ¿Que es? Es el signo de la reliquias de la muerte claro.

— ¿Las que? / ¿Que?

— Reliquias d ela muerte, supongo que conocen el cuento de los tres magos.

— Si.

— No.

— Aquí lo tengo. – Hermione metió su mano en su bolsillo y saco un cuadernillo, sentí la fuerte mirada de Harry y le mire confundida.

— ¿Qué?

— Nada...¿Tu si sabes que es? – está negó y su hermano asintió. — ¿Entonces porque no has preguntado por ello?

— Porque ustedes lo hicieron, ahora deberíamos escuchar, tal vez nos venga bien un poco de lectura infantil del mundo mágico.

— “Había una vez tres hermanos que viajaban por un camino sinuoso y solitario, al atardecer...

— Media noche, mamá decía media noche. – mire mal a Ron y este me miró confundido sin saber que quiera decirle, comprendió trade y volvió a hablar a lo que negué sonriendo. —Pero...atardecer está bien, mejor de hecho.

— ¿Quieres leerlo tu?

— No, así está bien.

“Había una vez tres hermanos que viajaban por un camino sinuoso y solitario, al atardecer... de pronto los hermanos llegaron a un río demasiado traicionero para cruzarlo, pero siendo diestros en el arte de la magia, los tres hermanos solo usaron sus varitas para crear un puente. Sin embargo antes de pasar una figura encapuchada bloqueo su camino, era la muerte, y se sintió defraudada porque los viajeros normalmente se ahogaban en el río. Pero la muerte era astuta, fingió felicitar a los tres hermanos por su magia y les dijo que se habían ganado un premio por ser lo bastante listos para evitarla. El mayor, pidió una varita más poderosa que cualquiera que existiera y la muerte se la fabricó de un árbol de saúco que estaba cerca. El segundo hermano decidió que quería humillar a la muerte aún más, pidió el poder de traer a seres amados desde la tumba, así que la muerte tomo una piedra del río y se la entrego. Finalmente la muerte giro hacia el tercer hermano, un hombre humilde, él pidió algo que le permitiera irse de ese lugar evitando que la muerte le siguiera, la muerte de mala gana, le dio su propio manto de invisibilidad. El primer hermano viajo a un poblado distante y con la varita de saúco en la mano mato a un mago con el que alguna vez había peleado, ebrio con el poder que le había dado la varita, presumió ser invisible, pero esa noche otro mago le robo la varita y le cortó el cuello de a lado a lado, y la muerte reclamo al primer hermano....”