➳Capítulo 49: ¿El jugo de naranja es bueno para el pelo? Pregunta seria

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—Señorita Kim.

—¡No estaba escuchando nada!— solté sin pensar al oír una voz extracorpórea femenina salida de la nada a mi lado. Solté la manilla y me alejé como si ambas tuvieran la plaga, para nada sospechoso.

La chica que ahora estaba adelante de mí me observó más preocupada que extrañada, y de inmediato la reconocí como la misma que me había avisado de la llegada de Hana. Aquella que me había llamado la atención por rehuir tanto mi mirada. 

Cuando no dije nada más, bajó la cabeza e hizo una reverencia.

—M-Me disculpo por haberla asustado. 

Negué apresurado, destensando mis músculos.

—No te preocupes, um...— le eché un ojo a su gafete para captar su nombre, aunque me fallara la vista un poco—... ¿Siri-ssi? 

Lo dije con una pequeña risita, creyendo que lo había visto mal, pero ella no hizo lo mismo. Se mantuvo tan seria e impasible como había llegado.

—Así es. 

Alcé ambas cejas. 

—¿Como... la asistente de...- ¿Sabes qué? No importa— me aclaré la garganta, viéndola juguetear con su pelo negro—. ¿Necesitabas algo?

—Venía a avisarle sobre su casillero en la sala de descanso... Soy del departamento de Recursos Humanos; me gustaría que me acompañara a dicha sala para mostrárselo y darle la llave. Si eso... e-está bien con usted.

Terminó de hablar rehuyendo mi mirada una vez más, y suspiré, oyendo todavía el murmullo de las voces de mi jefe y el cabeza de alcornoque ese.

—Me encantaría, pero...— trastabillé, viendo sus ojos relampaguear con pánico—Um, ¿será solo unos minutos? Es que realmente no debería estar trabajando ahora. 

Siri asintió con vehemencia.

—Muy rápido. Sé que está muy ocupada, pero me encargaron hacerlo ahora y mis superiores se molestarán de otra forma.

Se veía tan desesperada que no tuve el corazón para decirle que no.

—Está bien, llévame hasta ahí. 

Me indicó con una mano hacia el elevador del final del pasillo, dando unos pasitos de pingüino hacia él.

—S-Sígame, por favor.

Asentí también mientras abandonaba mi lugar junto a la puerta, con los chismes y la incertidumbre jugando Marco Polo detrás de mi espalda. Todavía no podía masticarlo y mucho menos tragarlo, considerando que solo podía sacar conjeturas ansiosas y erróneas— probablemente— porque no había escuchado la conversación por completo. 

Bien podrían haber estado hablando de cosas estrictamente politiqueadas y empresariales y yo ya estaba asumiendo que eran cosas malas. 

Aunque sonara estúpido re-pensándolo. 

La cosa era que nada bueno podía salir de aquel hombre. Lo sabía yo y lo sabía NamJoon; por más de que tuviera que separar lo personal de lo laboral, estaba más que claro que SungHo no parecía ser el tipo de persona que hiciera eso exactamente. Una cosa era odiarme, y otra cosa era odiar como trabajaba; mas estaba seguro de que SungHo solo lo veía como «¿Señorita Kim? Tal vez quisiste decir “la razón por la que practico vudú”». 

No quería ocultarme en la ignorancia tampoco. Digo, estábamos hablando del hombre que fue tan lejos como para contratar un guardia e intoxicarme con alcohol en busca de hacernos quedar mal; y mientras no me importara que me atacaran a mí especialmente... NamJoon estaba involucrado. 

Miss Kim〖NamJin〗Where stories live. Discover now