➳Capítulo 33: Revelaciones e ¿indigestiones?

2.5K 354 135
                                    


Resulté eternamente agradecido con Jaehwan, ya que me distrajo de mi pánico incluso después de haber salido de la celebración, hablándome sobre cosas triviales mientras subíamos a la oficina de NamJoon, como sus partidos de Bádminton que le habían costado una lesión o las temáticas que pensaba hacer para el fundraising. No trajo a colación lo que había pasado, y volví a agradecerle mentalmente, porque estaba empezando a representar un peso entre mis omóplatos y mi estómago— no debí haberme comido esas donas—.

Era tan entretenido escucharle que de repente ya estábamos subiendo el ascensor y yo no me había dado cuenta de que habíamos llegado.

Era una pena. Me estaba empezando a gustar el hablar con él. 

Como su oficina estaba unos pisos debajo del de NamJoon, nos separamos en él, y luego de despedirse, me prometió invitarme a jugar Bádminton alguna vez. Obviamente le dije que ni siquiera sabía las reglas, y se ofreció a ser mi profesor cuando fuéramos, mostrándose incluso más animado por ese hecho. 

Por cortesía le dije que sí, pero estaba más que claro que eso no iba a pasar. No cuando me sentía inclusive culpable por engañarlo con respecto a mi identidad, y con lo amable que se estaba comportando conmigo. 

Llegué a nuestra oficina unos minutos después, justo cuando NamJoon estaba abriendo la puerta también. Su entrecejo estaba ligeramente fruncido mientras lo hacía, pero al verme su expresión se suavizó en demasía.

—Oh, Jin— me abrió la puerta y se hizo a un lado.—Después de ti. 

Murmuré un agradecimiento y pasé a la sala, dirigiéndome directamente a donde normalmente solía guardar mi bolso para librarme de él. 

NamJoon cerró la puerta a mis espaldas y me volví hacia él justo cuando estaba rodeando su escritorio para sentarse en frente de la MacBook. Me alisé la falda y me sacudí los restos de dona, dirigiéndome también a mi silla usual con la tablet en una mano.

—¿Lograste algo?

Él encendió la computadora con una mueca.

—Llamé al encargado de seguridad y me dijo que fue obra de SungHo. Según él, mi padre le pidió que se encargara de aumentar los controles ahora que la KFW está cerca y la Unión está de por medio. Aún no he hablado con ninguno de los dos, pero le he dicho que no quiero ningún guardia en nuestra oficina.

Fruncí el ceño, irritado. Mis suposiciones eran ciertas. 

—Odio a ese sujeto.

—Y que lo digas. ¿Y tú? ¿Pasó algo? 

—En realidad sí— él me miró, con una ceja enarcada.—Me hizo una fiesta de bienvenida cuando entré. 

NamJoon se tronó los nudillos, ladeando la cabeza.

—¿Fiesta de bienvenida? ¿SungHo?

Asentí y me masajeé las sienes, recordando el horrible momento.

—Sí, con otros empleados. Por fortuna Jaehwan estaba ahí y me ayudó a salir rápido. Pero no me lo esperaba en absoluto. 

—Yo tampoco lo hacía; nunca lo hizo antes— se pasó una mano por el pelo, suspirando.—Mi padre tiene que dejar de hacerle creer que tiene algún poder aquí. Se le está subiendo a la cabeza. 

—Demasiado.

—Bueno, hablaré con él. De nuevo— volvió a su computadora y yo abrí la página tan visitada de la tablet sobre las reuniones.—Ahora, ¿qué tenemos planeado para hoy, mon douleur exquise?

Miss Kim〖NamJin〗Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang