¬ ᵉˡ ᵐⁱᵉᵈᵒ ʸᵃ ⁿᵒ ᵖᵘᵉᵈᵉ ᵈᵉᵗᵉⁿᵉʳᵐᵉ
ᵉⁿᶜᵒⁿᵗʳᵉ́ ᵐⁱ ᵛᵉʳᵈᵃᵈ ¬
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¿Qué hubiese pasado si Goku hubiera tenido una hija y ésta fuese la melliza de Goten?
Son Gorin y Son Goten siempre fueron muy diferentes. Uno de los ejemplos; Gorin jamás mostró alguna...
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Dormir no fue fácil para Gorin.
Sentía como la dura piedra chocaba contra su espalda, era completamente incómodo. Hasta prefería dormir en la maleta del señor Satan, era cien veces más cómoda que la cama que les hizo Majin Buu. Según él, sus sirvientes tenían que dormir igual de cómdos que él.
Pero eso no era cómodo para la pelinegra. Ni para Satan.
De todas formas si durmió ya que tenía bastante sueño y además esperaba despertar para descubrir que todo era un sueño.
No era un sueño. Lo comprobó al despertar y ver que aún estaba en la casa de Buu.
Fue hacia el "comedor" después de ir al baño, cual era muy raro también. Pero estaba muy bien hecho, ese gordito había hecho su casa muy bien.
- Hola, sirviente niña. -Vió a Buu comiendo a toda velocidad en una mesa.
- Eh...hola, señor Majin Buu... -Intentó sonar amable, ese chicle le daba miedo y no le agradaba.
- ¡Ohh, Gorin!, ¡estás despierta!
Ojalá no.
- Hola, señor Satan. -Saludó al hombre que estaba cocinando dandoles la espaldas.
Era todo muy extraño, ni siquiera conocía a ninguno de los dos adultos. Bueno, si es que Majin Buu se puede "llamar" adulto.
Satan en la noche le había dicho que tenían que fingir ser buenos con el gordito. Ya que él tenía un buen plan. Ella decidió hacer caso por primera vez a alguien. Ya hizo muchas tonterías con sus torpes decisiones por el momento.
El campeón dejó unos huevos fritos con tostadas en la mesa, para comenzar a desayunar con Gorin.
- Oiga, señor Satan. -Lo llamó al probar la comida.- Cocina muy bien, es casi tan rico como los de mi mami. -Alagó.
- Por supuesto, yo hago todo bien, niña. -Dijo con una sonrisa arrogante.
Buu agarró uno con su mano y se lo comió de un bocado, dejando a los otros dos atónitos.
- Es verdad, muy bien sirviente. -Le dijo aplaudiendo con una sonrisa.
Ambos aún asustados con su presencia, intentaron sonreírle.
- Muchas gracias, señor Buu.
- ¡Vamos!, ¿¡que sucede contigo Majin Buu?! -De pronto escucharon voces que provenían de afuera.- ¡Soy yo!
Buu logró escucharlos a la perfección y se levantó de su asiento.
- ¿¡Quién está hablando mal de mí?!, ¿¡quién es?! -Corrió hacia una ventana para fijarse de quién se trataba.
- ¡No, no,no! -Satan gritó nervioso mientras lo seguía.- ¡Seguro es sólo su imaginación!
