𝐅𝐢𝐧𝐚𝐥; 𝐏𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫𝐚 𝐩𝐚𝐫𝐭𝐞

1.1K 99 118
                                    

Sentía mi garganta rota, tenía un mal presentimiento. No entendía por qué, pero en cuanto abrí mis ojos, lo único y primero que logré ver, fue sangre. Por todos lados, en toda la cama, y en todo el suelo blanco que había en aquella cabaña.

- ¿Akira? -Cuestioné, con cierta nota de temor en mi voz. Me parecía insoportable hablar, me dolía mucho la garganta. Me senté en la cama y miré por segunda vez mis manos. Estaba aterrado.

Me levanté con rapidez de la cama, causándome un fuerte mareo, y en cuanto me sentí mejor, corrí al baño. Sentí esa sensación más fuerte, y vomité todo lo que pude. Sentía mi temperatura alta, estaba mareado y adolorido, rodeado de sangre y tremendamente confuso.

¿Qué demonios había ocurrido?

Me tiré en el suelo del baño, llorando y limpiándome con pura incertidumbre.

Decidí tomarme una ducha, pero al abrir la cortina, me encontré con lo peor.

- ¡Akira!

[...]

Mis piernas se movían inquietamente, no entendía nada, veía tan borroso.

- Megumi...

Akira...

- ¡Megumi!

Miré hacia arriba, encontrándome con la triste mirada de Tsumiki.

- Tsumiki...

Sus ojos se llenaron de lágrimas, y comenzó a llorar sin consuelo alguno.

- ¿Qué ocurre? ¿Dónde está Akira?

Ella me abrazó fuertemente, sentía su cuerpo temblar.

- ¿Tsumiki? -Pregunté, horrorizado.

- ¿Fushiguro Megumi?

Alcé la mirada, mirando a mi derecha, y Tsumiki se separó de mí, limpiando sus lágrimas.

- Sí. ¿Cómo está Akira? -Me puse de pie, para enfrentarlo.

Era un hospital, lo veía perfectamente.

El doctor sonrió.

- Pasa.

Rápidamente lo seguí a una habitación, con la idea de ver a Akira, pero solo me encontré con un escritorio marrón opaco, y tres sillas en total. Dos detrás y una enfrente.

- Siéntate, pequeño.

Inseguro, me senté, sin quitarle la mirada de encima.

- Akira...

[...]

El aire golpeaba mi cabello, moviéndolo. Miré hacia abajo.

Era alto.

Pensé.

Toqué mis manos.

Se sienten reales...

Me senté en el borde, mirando hacia el frente.

Era lindo.

Todo era real, y golpeaba tanto. ¿Por qué?

No entendía y no quería entenderlo.

Dolía, quemaba, joder, me dolía tanto.

Miré a mi derecha, y miraba hacia arriba.

- Es bonito, ¿No?

Sonrió, tan viva como nunca. Nunca la había visto sonreír. Acerqué mi mano a su hombro.

Insatiable | 伏黒恵Où les histoires vivent. Découvrez maintenant