05 | Sin dormir, no voy a rendirme

2.1K 381 121
                                    

Ojos lila. Takemichi estaba seguro de que nunca en su vida vió unos ojos tan brillantes y únicos. Sin embargo, esos mismo ojos lo miraban como si fuera un pedazo de basura. La habitación pareció pequeña de pronto.

Ahora que lo meditaba ¿Ese no era Izana? Takemichi arrugó sus cejas para intentar verlo mejor, barrió con su mirada al hombre sin pudor. Según escuchó, Izana a pesar de ser un Sano no portaba el apellido. Tampoco es que hubiera investigado a cada integrante de la familia de Mikey, simplemente, a la gente le encanta hablar sin saber nada. Algunos chismes siempre intentaron vender información falsa hacerca de Izana, tachándolo de Renegado, Adoptado, e incluso un Desertor. Takemichi nunca creyó nada de eso. Ahora la duda estaba en si ese lo era o no.

Emma se apresuró a ponerse de pie y lo miró con molestia. Pocas veces podía ver a Emma de esa forma. — ¿Qué haces aquí, Izana?

Lo era.

—¿No puedo pasar a saludar?— dijo él. Su mirada aún intentaba encontrar a Takemichi detrás de Emma.

—No. ¿Y qué si estaba desnuda?— Emma colocó sus dedos alrededor de su cintura e intentó cubrir a Takemichi con su cuerpo. Takemichi no supo si eso era algo bueno.

—No, no ibas a estarlo. — respondió rápidamente. Como si estuviera completamente seguro de lo que decía.

— ¿Cómo puedes saberlo?

— Lo vi entrar — señaló a Takemichi con los ojos. — Demaciado bajo para tu gusto.

Takemichi abrió la boca para hablar, pero sólo eso pudo hacer cuando escuchó a Izana dirigirse a él.

— Pero si para el mío.

Emma no dijo nada, en cambio dió unos pasos hacia enfrente y dirigió a Izana fuera de su habitación manualmente. — ¡Lárgate ya! — finalmente cerró la puerta dejando a Izana detrás. Estaba completamente roja y Takemichi no sabía hacia dónde ver. Tampoco es cómo si lo hubiera. — Ese... bastardo.

Takemichi alzó una ceja. Emma tomó su celular con rapidez y tacleó más rápido que su respiración. Parecía que realmente tenía mucho que enviar porque cada tecla que tocaba venía acompañada de un gruñido. Luego solo se detuvo y presionó lo que pareció ser el botón de enviar con una sonrisa. ¿Acabada de demandarlo o algo así?

— ¿Qué...— antes de que Takemichi pudiera terminar su teléfono sonó con una alarma. Había agendado una al mismo segundo en que Mikey se marchó. Estaba, tal vez, un poco emocionado. —Tengo que irme Emma— tomó su chaqueta y corrió hacia la salida antes de que la rubia lo interceptara. Y después de recibir un "Hasta luego" se marchó. Esperaba no perderse bajando las escaleras y cruzando pasillos como la última vez para llegar a la salida.

Pero antes de que siquiera girara a la derecha para tomar las escaleras escuchó ser llamado. La misma voz fina y suave de antes.

— ¿Emma te tiene haciendo algo para ella, cierto?

Takemichi se detuvo en seco, no quería girarse solo para confirmar que era Izana. Era aterrador siquiera pensar que había llamado la atención de alguien así. Takemichi realmente era un imán de gente rara, especialmente de los Sano.

—No es así— mintió. — Solo, es alguien amable. Es fácil estar con ella. — se detuvo, preguntándose si fue lo suficientemente convincente como para sacarse al peliplateado de encima. Estaba tardando en responder, y justo cuando estuvo apunto de bajar las escaleras de una vez por todas Izana volvió a hablar.

— ¿Fácil? Ella es la mujer más difícil que he conocido en mi vida, y estoy hablando de mi hermana. — Izana rió.

Takemichi quiso reír con él, era verdad, pero se aguantó como un campeón que no retrocede a su palabra. Izana le resultaba extrañamente interesante.

BOYFRIENDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora