07 | Yo podría ser todo un caballero

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Hay fuego por toda su casa. Está aturdido y tiene humo en sus pulmones. Va a colapsar. No necesita sentir que su espalda arde como el infierno para saberlo. Su cabeza da vueltas pero se mantiene mínimamente fuerte por sus hermanas. Están a sus costados mientras un oficial de policía incompetente les informa que sus padres están muertos.

Si, eso ya lo sabía. Tal vez lo supo cuando salió con sus hermanas en sus brazos y los dejó atrás por orden de ambos.

— ¡Takemitchy!

Parpadeó y volvió al tiempo presente, sin mucho interés se topó con Mikey. Sus ojos preocupados sobre Takemichi. Takemichi lo observó con aquella mirada cargada de anhelo, incluso con esa lágrima silenciosa bajando por uno de sus ojos el brillo de sus ojos no se vió afectado. Él es así de asombroso.

De pronto Takemichi se encontró viajando con la mirada hasta el reloj de la pared, faltaban 20 minutos para las 7 de la noche. Pronto cayó en cuenta; Hina estaría cuidando a sus hermanas hasta esa hora. Incluso si se permitía llegar unos minutos tarde, no sería justo para ella permanecer mucho más tiempo del necesario.

— Tarde... ¡Tengo que irme! — Takemichi se puso de pie en un salto desesperado.

— Espera, tu ropa todavía... — Mikey intenta seguirle el paso a Takemichi pero no lo logra, él ya está a dos pasos de abandonar la habitación con apuro.

— Lo siento, tengo que irme, ¡Pero podemos conversar sobre mi... mi cicatriz si sientes tanta curiosidad!

Takemichi no da más detalles y se dirigie hasta su próximo objetivo: la manija dorada de la puerta que lo mantiene privado junto a Mikey. La toma con una mano y se apresura a salir mientras Mikey lo sigue con casi la misma prisa.

— ¡No, no necesito saberlo! Quiero decir— Manjiro se interrumpe en una vuelta al pasillo y nota que Izana está apunto de tropezar con Takemichi.

Lo hace. Derriba al muchacho que termina sentado en el suelo con un profundo dolor en su trasero. No sabe qué decir, o si hay palabras indicadas para explicar porqué se encuentra con el torso desnudo y Mikey siguiéndole el paso asustado.

Izana le regala una mirada interesada desde arriba, mirando a Takemichi como si fuese un plebeyo insolente.

El castaño se estremece, una sonrisa nerviosa cruza su rostro.

— ... Perdón.

Con mucha velocidad, Mikey toma un brazo de Takemichi y lo pone de pie para colocar una vez más; irónicamente, uno de sus abrigos.

Y en ese momento, Takemichi entiende que quizás se apresuró demasiado saliendo sin camisa y pretendiendo correr por las calles frías de la misma forma. Su rostro roba el color de las manzanas.

No tiene idea de hacia dónde moverse hasta que Izana avanza hacia otro pasillo, probablemente después de perder el interés en la escena y Takemichi finalmente respira cuando lo tiene fuera de vista.

Mikey hecha una última mirada a la espalda de Izana con unos ojos apagados, si antes lo estaban, ahora Takemichi podía decir con seguridad que eran el abismo puro, luego, Mikey vuelve su mirada a Takemichi para sonreír con un poco de esfuerzo, mientras intenta guiarlo hacia su habitación una vez más. Pero el de ojos azules se reusa.

— De verdad tengo que irme — Takemichi se separa con vergüenza.

— Si ese es el caso, déjame llevarte. — Mikey se apresura a hablar, desde su perspectiva el problema era menor del que Takemichi demostraba.

— Antes viste el trafico, nos llevaría horas salir de ahí en auto. Iré caminando.

— Pero aún llueve...

Takemichi niega. — Estaré bien.

— Yo podría...

— Mikey, no hace falta. — interrumpe, intentando poner fin a una cadena inútil.

— Takemichi — el mencionado se estremece un poco, su nombre tan formal y fresco, nunca fue llamado de una forma tan dura. — Somos amigos, déjame hacértelo un poco más fácil, al menos.

Takemichi suspira, y no sabe si comenzar a llorar ante el detalle, o por el hecho de que ha sido etiquetado como un amigo. Bueno, no es como si esperara ser considerado un enamorado, después de todo Manjiro aún tenía un novio. Solo estaba un poco decepcionado.

— Bueno... ¿Podrías prestarme una sombrilla?

Mikey sonrie, está satisfecho y eso hace que Takemichi también sonría.

...

Finalmente, Takemichi se siente extrañamente triste una vez que sale de la casa de Manjiro y recorre las calles con bastante prisa, los charcos de agua generando sonidos ruidosos mientras sus pies contactan con el agua en los pequeños embalses.

Se sinte solo, se siente avergonzado.

Y ambos sentimientos salen tan de repente que Takemichi cree que siempre estuvieron ahí, ahogados y bien ocultos entre las repentinas responsabilidades que sus padres dejaron. Pero finalmente han salido a flote, haciéndole saber que no puede hacer nada para que abandonen su pecho. Parece terriblemente optimista creer que si se mantiene con una sonrisa puede superarlo.

Se ríe mientras corre, ríe cuando hay mucho llanto saliendo de sus ojos azules. El cielo y él repentinamente coincidieron. Takemichi deja que la sombrilla caiga al suelo mientras se apresura a cruzar la calle y camina aún más rápido que antes, su llanto confundiéndose con la lluvia parece camuflarse perfectamente. Lo agradece mentalmente hasta que luego de 15 minutos en su propio maratón, llega a casa.

Flaqueando y sonriente cuando Hina abre la puerta y detrás de ella sus hermanas. Pequeñas y con pijamas a juego, demaciado inocentes como para siquiera poder cargar con la mitad de lo que carga Takemichi. Todo su cansansio repentinamente vale muchísimo la pena luego de verlas.

Esos sentimientos pueden mantenerse ocultos un poco más.

— ¿Y? — Mako abre la boca un segundo después, importandole poco que su hermano llegase empapado.

— ¿Qué pasó? — Maki la complementa.

Hina las hace a un lado con falso enojo y ayuda a Takemichi a cambiarse de ropa antes de ser bombardeado por el par.

Una vez cómodo, y libre de agua, Takemichi se sienta y se lleva las manos al rostro con frustración. Las niñas se miran entre sí antes de colocarse a sus costados sin decir nada, un hábito que, siendo sincero, Takemichi no recuerda cuándo inició.

Minutos después, Hina coloca una manta sobre la tercia y abandona el departamento con una sonrisa satisfecha.

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BOYFRIENDWhere stories live. Discover now