Capítulo 1

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~POV Sasuke~

Apagué el motor de mi auto y dejé salir un suspiro mientras tomaba el volante fuertemente con mis manos para pensar un rato.

Mi hermano me había llamado para decirme que tenía que estar en casa más temprano, ya que la nueva enfermera vendría a presentarse y tenía que estar presente para darle instrucciones y así vez, ella a nosotros si decidía quedarse.

Odiaba tener que estar en ésta casa de nuevo, desde que mi madre murió hace cuatro años no le encontraba mucho sentido a estar aquí, venía seguido a visitar a mi padre desde que el médico le diagnosticó alzheimer, pero el simple hecho de pararme frente a la puerta ya era un suplicio para mí.

Nunca pude entenderme con el gran Fugaku Uchiha, su necedad de que me hiciera cargo de su empresa junto con mi hermano estaba presente en sus ideales desde el día de mi nacimiento, y eso me molestaba. Cuándo se enteró de que mi verdadera vocación era ser docente, casi se atraganta con el agua que bebía.

Desde que entré en la universidad tuve constantes discusiones con mi padre, incluso desde antes, y siempre terminábamos en gritos y ofensas, cosa diferente a mi madre, que si no hubiera sido por ella y por Itachi, estuviera en una oficina en la empresa de mi padre siendo completamente infeliz analizando cuentas y números infinitos.

Mi madre me apoyó siempre y no solo con defenderme de mi padre en ese tiempo, sino diciéndome una y mil veces lo orgullosa que estaba de mí, por haber cumplido con los deseos de mi corazón. Sin duda me hacía mucha falta y aún así, a mi padre no le guardaba rencor, solo que me costaba olvidarme de aquello y de la idea de que mi madre ya no estaba con nosotros.

Salí del auto tomando mi saco y cerré la portezuela para accionar la alarma, entré a mi "casa" y lo primero que vi fue a mi hermano sentado en la sala bebiendo una taza de café.

-Tanto café hará que te dé una úlcera gástrica- Dije con una sonrisa al cerrar la puerta.

-Nunca es mal momento para tomar una buena taza de café endulzado- Respondió levantando su taza ligeramente -¿Quieres uno?

-No, ya tomé uno en el colegio y para mí es más que suficiente- Dejé mi saco y mi maletín en el sillón y me dirigí a la cocina -Y negro, por cierto. De esos que tomamos los verdaderos hombres.

Itachi rió por mi comentario y cuándo terminé de beber el vaso con agua, volví a la sala para darme cuenta de que estaba muy pensativo.

-¿Qué te pasa?- Me puse de pie frente a él -¿No vino la enfermera?

-No, no... Sí vino- Dijo formando una gran sonrisa y una de mis cejas se alzó con extrañeza -Está arriba dejando sus cosas

-¿Entonces?

-No lo sé...- Y de nuevo la sonrisa volvió a aparecer.

-¿No sabes qué?

-Nada, olvídalo- Dejó la taza sobre la mesa y se puso de pie y cuándo quiso formular una oración, lo interrumpí.

-Te gusta, ¿verdad?- Le di mi sonrisa más sorna -Maldito aprovechado.

Itachi soltó una carcajada ante mi sarcasmo y negó con la cebeza inmediatamente -No, no... Es muy linda, demasiado hermosa diría yo, pero no debo intentar nada, al menos no por ahora.

Lo miré con malicia y tomé mis cosas de regreso -Iré a darme una ducha.

-¿No puedes esperar? Quisiera presentártela, a partir de hoy se queda con nosotros.

-Lo harás cuándo salga de la ducha- Dije y sin tiempo que pierder, subí las escaleras para dirigirme a mi habitación.

Era pleno verano y el calor azotaba con fuerza. Quería una baño refrescante bajo el agua fría para calmar el calor en mi cuerpo y bajar la calentura con la que había despertado hoy en la mañana.

✨Una dosis de ti✨Where stories live. Discover now