Capítulo 2

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~POV Sakura~

Colgué el teléfono después de hablar con Ino. La extrañaba mucho a pesar de estar solo dos días en Nueva York, era mi amiga de la infancia y mi fiel confidente, pero debía hacer algunos sacrificios para lograr mi anhelo de fundar la casa hogar, y eso incluía también a mi gato.

Al terminar la llamada, escuché unos pasos fuertes y decididos en la puerta de mi habitación. No tuve el tiempo de voltear a ver quién era, cuándo la voz de Sasuke llegó primero con un tono que jamás le había detectado.

—¿Quién es Max y por qué estás tan preocupada por él?

Su ceño fruncido y cara de malote lo hacían ver aún más guapo de lo que era, pero si atractivo nato no fue lo que llamó primero mi atención, sino la pregunta tan fuera de lugar que formulaba.

Quise soltar una carcajada, pero la reprimí por un ruido extraño en mi garganta.

—¿Qué?

—Anoche dijiste que no tenías novio y ahora resulta que preguntas por un tal "Max"— Mis ojos lo miraron confundidos por relacionar a mi gato con un hombre y resultaba divertido —Dilo, ¿tienes novio?

Lo miré detenidamente unos segundos —Lo que dije ayer es verdad, no tengo novio, no tengo quedante y ni amigo con derecho. Tenía, pero ya no— Sonreí de medio lado maliciosamente y su ceño se frunció más.

—Pues, esa preocupación no fue precisamente hacia una mujer. Escuché claramente el nombre de un tipo— Su quijada se tensó y decidí salpimentar el asunto un poco.

—Y si así fuera, ¿qué?— Llevé mis manos a mi cintura con altivez —¿Te molesta?

Vi sus nudillos apretarse y puedo jurar que su cara se puso pálida por un momento, no respondió inmediatamente y al cabo de unos segundos, sonrió de medio lado.

—Eso quisieras, pero no— Su expresión se volvió fría y calculadora —Es solo que no me agrada que la empleada de la familia ande de loca con el novio, cuándo se le contrató por su seriedad y profesionalismo. Me interesa mi padre, no si tienes un amorío.

Pude sentir mi cara caliente por la rabia, y cuándo estuve a punto de revirar a su comentario, dio media vuelta para salir de mi habitación dejándome con ganas de asesinarlo.

Pensé que podía cabrearlo, pero me salió completamente al revés... La jodida, fui yo.

Pensar que una noche le había dedicado algunas lágrimas me hacía sentir más estúpida, aunque, en el fondo creía que su reacción no fue precisamente la de un jefe molesto, sino la de un ex novio celoso. No era mi intención atraparlo y mucho menos perseguirlo, pero sus acciones me decían que tal vez sentía algo más y un regocijo indescriptible llegó a mi corazón.

Negué con la cabeza al pensarlo. No, ése hombre no tenía sentimientos cómo los míos, pero yo también sé jugar.

«¿Con qué quieres jugar, Uchiha? Veamos quién puede sacar de quicio a quién»

Terminé de alistarme y bajé a desayunar antes de dormir un poco. La noche no había sido tan difícil como creía, el señor Uchiha estaba muy tranquilo durmiendo y rezaba para que todas las noches fueran así, porque aunque no todos, algunos pacientes con alzheimer podían tener crisis por las noches y hacer todo un alboroto, pero al menos ésta noche no fue así.

Bajé el último peldaño de las escaleras y caminé en dirección a la cocina, donde supuse que estaría Itachi, la señora Chiyo y lamentablemente, Sasuke.

Itachi me había contado que les gustaba mucho desayunar en la cocina con su nana y no en el grandioso comedor cómo yo había deducido. A pesar del dinero que poseían los hermanos Uchiha, eran dos hombres muy sencillos y amables con su gente, aunque en Sasuke no me había tocado palpar su amabilidad en absoluto, no desde que llegué aquí como enfermera.

✨Una dosis de ti✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora