✨Una dosis de ti✨

Epílogo

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~POV Sasuke~

Me miré en el espejo por última vez, puse la última mancuernilla que pertenecían a mi padre y que Itachi me había obsequiado en el puño francés de mi camisa. Eché un vistazo y al estar conforme con el resultado, solté un suspiro y di la vuelta para esperar la opinión de mi hermano y Naruto.

-¿Y bien?- Ambos me miraron de arriba a abajo con una sonrisa en su rostro -Solo quiero que me digan si me veo bien, no espero que me vean hermoso.

-Te ves hermoso, Sasuke- Naruto soltó una risa burlesca con su traje azul marino.

-Idiota... - Resoplé conteniendo una risa.

-Luces genial- Respondió Itachi que lucía igual de elegante que mi amigo -Ya pareces todo un señor -Y ambos rieron socarrones de nuevo.

-Tú también eres un idiota...

-Te ves bien, Teme. No estés tan nervioso- Naruto me miró inquisitivo con una sonrisa.

-No estoy nervioso- Traté de sonar convincente.

-Por supuesto que estás nervioso- Replicó mi hermano -La vena de tu frente está saltada, no dejas de arreglarte el saco, te estás despeinado el cabello a cada momento y no haz dejado de mirar la hora en tu reloj.

Lo miré con los ojos entrecerrados juzgando sus palabras y Naruto asintió -Además de que llevas más de cinco sandwiches que te comes -Añadió para variar.

-¡Bueno, ya! Tal vez sí esté un poco nervioso, pero es normal... Dejen de molestarme o entraré sin padrinos a la iglesia.

-¡Pero que guapo!- Gritó Chiyo al entrar a la habitación con un traje color uva levantando mi ego por los cielos y se dirigió a los dos idiotas de enfrente -Dejen de molestarlo o se las verán conmigo.

Ambos levantaron sus manos en señal de rendición cuando mi nana los apuntó con su dedo amenazante y mi sonrisa apareció.

-Solo nos divertíamos un poco, nana- Replicó Itachi con inocencia -Pero te prometo que ya no lo haremos, bastante tiene el pobre.

Ni Chiyo pudo evitar reírse y hasta que la gracia desapareció, me acerqué a ella para tomarla de las manos.

-Nana, quisiera pedirte algo...- Los ojos de Chiyo me miraron atentos -Sería un honor para mí que fueras tú quien me llevara al altar. Has sido como mi madre y nada me daría más orgullo que tú fueras de mi brazo en la iglesia.

Los ojos de mi nana comenzaron a llenarse de lágrimas al sonreír, pude sentir la emoción y felicidad que emanaban de ella y luego de secar sus lágrimas, me miró.

-El honor es mío, hijo... Gracias- Abracé su pequeño cuerpo para dar un beso en su cabeza con ternura y cuando toda esa emoción pasó, Itachi se puso de pie.

-Ya es hora. Tenemos que irnos ahora mismo o llegaremos tarde a la iglesia- Asentí conforme después de limpiar las lágrimas de mi nana -Yo llevaré a papá en mi auto, luego pasaré por Izumi.

-De acuerdo, yo llevaré a mi nana- Dije e Itachi asintió.

-Iré por Hinata, nos vemos allá- Naruto hizo un ademán con su mano y fue el primero en salir, después Itachi y por último, mi nana y yo para dirigirnos al garage.

Salimos sin prisa, con un tiempo suficiente, pero con mucha ansiedad de mi parte.

Mis nervios me estaban traicionando y aunque sabía que nada malo ocurriría, aquel famoso y peculiar nerviosismo de un novio enamorado no desaparecía. Detuve el auto en el tráfico creando música con mis dedos sobre el volante y mi nana se percató de mi actitud.