Moscú.

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12 de Enero, 2022

Moscú, Rusia.

Bajo del avión luego de seis horas de vuelo, pisando suelo ruso por primera vez, y estoy segura de que seguiré aquí por mucho tiempo más; hasta lograr mi objetivo.

Un hombre de traje con un cartel con mi nombre me espera fuera del aeropuerto. Me las arreglo para hablar con él en ruso, algo que le agradezco con toda mi alma a la CFMA es el haberme preparado con diez idiomas y otros cinco que aprendí por mi cuenta. Mandarín, Indostaní, Español, Francés, Árabe, Ruso, Portugués, Bengalí, Italiano, Ingles, Griego, Japonés, Catalán, Coreano y Polaco.

Aunque con el inglés habría podido sobrevivir ya que es el idioma más hablado en el mundo, y el cual la mayor parte de la población mundial sabe reconocer y hablar fluidamente.

—¿Kaelena Hoffmann?—inquiere con su acento ruso muy marcado. El hombre luce algo mayor, su cabello es blanco pero su cuerpo se mantiene en forma, quizá un ex militar.

Asiento sin quitar la seriedad en mi rostro. Estrecho su mano cuando la tiende.

—A partir de hoy seré su guardaespaldas hasta que sus servicios aquí acaben, si cumple con lo prometido, yo mismo me encargare de continuar cubriendo con su anillo de protección.

—¿Por qué debería tener un anillo de protección a mi alrededor?—le entrego mi equipaje cuando hace una seña con su mano.

—Protocolo y reglamento—responde únicamente, le sigo hacia una camioneta blindada, donde deja mis cosas y abre la puerta del copiloto para mí.

—Si es un protocolo quiere decir que tengo derecho a elegir si lo veo necesario o no.

—La CMFR vela por la seguridad de sus agentes, por lo que, ve necesario mantener un anillo de seguridad a su alrededor ya que previene de posibles ataques.

—Se lo que hace un anillo de seguridad, Dimitri—observo las calles de Moscú a través de la ventanilla—, no lo necesito, puedo arreglármelas sola.

—En todo caso, deberá hablar sobre ello con el coronel, señorita.

Contengo un suspiro, era obvio que al llegar no tendría ni siquiera un segundo para comer.

—¿Quién puede proveerme información?—inquiero, si voy a hacer esto, no debe durar más de un año—. Necesito detalles sobre la misión, la dirección de la CMFR, historiales de los compañeros con los que trabajaré, y quién puede proveerme los planos del lugar en el que estaré infiltrada.

Odio que Dimitri se mantenga respondiendo como si estuviese en modo automático, debe ser otra de las reglas que se les imponen a estos hombres a la hora de traer personas del exterior, sin embargo, haré que eso cambie, tener a un guardaespaldas no puede ser tan malo, ¿no?

Prefiero eso a un anillo de seguridad custodiándome cada vez que voy al baño a hacer mis necesidades.

—Tengo el deber de entregarle esto—señala la guantera—, ábrala, dentro encontrará una carpeta con un carnet que debe utilizar en el escáner en la entrada del CMFR, también los perfiles de sus compañeros de combate; conformará parte de la Elite.

No esperaba menos.

Abro la guantera encontrando la carpeta que decía, ojeo por encima los perfiles de mis compañeros, y el carnet.

—¿La ubicación...?

—Se encuentra en este aparato—señala un pequeño aparato color negro dentro de la guantera, cuando lo tomo luce como un Nokia Asha 310—. Este sonara cada vez que su presencia sea requerida en la CMFR, o en la mansión.

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