Expectativas.

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La música retumba por todo el edificio, las paredes vibran y las personas alcoholizadas bailan como si sus vidas dependieran de ello, Meredith e Ivána se alejan al centro de la pista con una sonrisita en cada uno de sus rostros, las mujeres se colocan de frente e Ivána es la primera en inclinarse y besar los labios de Isa.

Darek coloca su mano en mi espalda baja y me conduce hacia los taburetes en la barra.

—Entonces...—escucho la voz de Ethan cuando termino de acomodarme sobre el asiento—, Kaelena, ¿Cuál es tu mayor miedo?

Frunzo mi entrecejo y me fijo unos segundos en Khalid sentado en medio de ambos.

—¿Por qué la pregunta?

Se encoje de hombros.

—Muchos dicen que así conoces realmente a una persona.

—Por ejemplo, amore—Erick se aclara su garganta, sentado a mi derecha—. Yo le temo a los monos... los enromes y arrugados...—hace una mueca de disgusto y no puedo evitar divertirme.

—Yo le temo a la muerte—Khalid se encoje de hombros—. No pueden culparme por no querer morir joven, adinerado y soltero.

Pues no parece extrañar a Isla.

—Yo le temo al abismo interminable que parece la vida—murmura Dante, el que se había mantenido en silencio durante todo este tiempo sentado al lado derecho de Erick.

—Ya ves, uno que quiere morir y otro que no—Isla se encoje de hombros, apoyando su codo en el hombro de Erick—. Este es nuestro grupo más variado.

—También es el único que tenemos...—murmura Mitsuki llegando junto a nosotros.

—En eso tiene razón, cerebro—dice Ethan y la chica gruñe en desaprobación—. Es el único que tenemos, y estamos bien con ello.

—Por supuesto que socializamos, no somos antisociales como para alejarnos de toda la sociedad restante—ríe Erick.

—Oh, claro. Que dios os libre de que la nueva crea que sois unos raritos que mantenéis vuestro culo pegado al trabajo—bufa Khalid.

—Estamos en un bar, literalmente hablando sobre miedos—me encojo de hombros—. para nada pienso que sois unos raritos.

—Estamos dejando mal el nombre de toda la elite—ríe Ethan.

El chico de la barra deja siete cervezas sobre la barra frente a nosotros, se reparten rápidamente y algunos se las acaban en al menos cinco segundos. Dejan la botella en la barra nuevamente y se alejan en distintas direcciones.

Quedamos solo Mitsuki, Dante, Khalid, Darek y yo sobre las butacas.

—Malditos desesperados—gruñe Khalid y se levanta en dirección a los baños.

Escucho a mi derecha la risa de Dante, antes de sentarse más cerca de nosotros.

—Yo me largo—dice Mitsuki, dejando la botella vacía en la barra.

—Se va cerebro, me voy yo—dice Darek, levantándose y yendo tras ella.

Frunzo mi ceño y me giro hacia Dante.

—No soy un chismoso.

—No planeaba preguntarte—me encojo de hombros, divertida.

—Pero lo pensaste—dice, mirándome de reojo antes de dar un sorbo a su bebida—. Entonces... Kaelena Hoffmann.

—La misma belleza que tienes al lado—sonrío, y doy un sorbo de mi cerveza.

—¿Cuáles son tus expectativas al estar aquí? en la grandiosa Rusia.

VulnerableWhere stories live. Discover now