~10.2~

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Tres días después, Sunny agradeció a la Madre Luna y al Dios Lobo, cuando halló a su hijo nuevamente en su forma humana, adormecido en el alfombrado piso del antiguo cuarto de Taehyung. El chico estaba prácticamente desnudo, con una simple cobija cubriendo su piel aun afiebrada por los vestigios de aquel caótico celo. La omega corrió a su lado, acariciando las mejillas sonrojadas de su hijo, aprovechando la instancia para comprobar su temperatura, sintiendo la agitada respiración, al ritmo en que su pecho subía y bajaba, casi jadeando el aire adentro y afuera. Sin embargo, la mujer se alegraba de recuperar a su hijo mayor, y tenerlo de vuelta.

Con ayuda de su esposo, lo acomodaron en la cama de Seokjin, mientras este aún permanecía en un estado de inconsciencia, esperando pacientemente que reaccionara pronto. Sunny limpió su rostro con una toalla tibia, vistiéndolo con un pijama cómodo y asegurándose que su temperatura no se elevara demasiado, poniendo la cantidad adecuada de mantas en su cama. Silenciosamente, le prometió a su hijo buscar la solución a su problema, pues no estaba dispuesta a pasar por algo así nuevamente. Había sido angustiante y agotador para ella y toda la familia.

Cuando el sol ya se ocultaba en el horizonte, Seokjin forzó a sus ojos a abrirse, tras una larga siesta. Se sentía extraño y descompuesto, como si hubiera sido arrollado por una estampida de animales. Hasta el último hueso de su cuerpo parecía haber sido movido de su lugar y vuelto a poner, lo que se asemejaba en parte a lo que realmente le había ocurrido. Su cabeza punzaba dolorosamente y aun persistía la fiebre, haciéndolo sudar. Pero, lo que más lo descolocó, fue la vibrante necesidad de tener a Taehyung a su lado. Algo en su interior se encendió y ardió como las llamas del infierno ante el simple pensamiento de su alfita, provocando la involuntaria reacción de su cuerpo, humedeciéndolo aún más de lo que ya estaba por culpa de la fiebre.

—Alfa~ —gruñó, incapaz de retener a las palabras que querían salir con urgencia, sintiendo la garganta reseca y lastimada. Al segundo siguiente de haber mencionado esas palabras, el celular que se encontraba sobre su mesa de noche, sonó, anunciando una llamada entrante de nada más y nada menos que Taehyung. —Alfa —repitió, desesperado, extendiendo su dolorido brazo hacia el aparato, maldiciendo por el dolor en el proceso. —T-Tae... —balbuceó, respondiendo.

—¿Te encuentras bien? —fue la pregunta que llegó a él desde el otro lado, cargada de cruda preocupación. —¿Pasó algo? Llevo días sintiéndome extraño y no viene de mí, sino de mi lobo... Dime, ¿qué está pasándote?

—C-Celo —respondió en monosílabos, sintiéndose demasiado acalorado con sólo escuchar la voz que tanto había anhelado oír. —Hm~ —suspiró en medio de un gemido.

—Oh —la enérgica curiosidad del menor amainó, al comprender rápidamente la situación. —Supongo que, fue bueno que estuviera castigado entonces... Porque, una visita...

—Sí... —exigió, con la mente nublada aun. —Ven, alfita... —rogó y Taehyung tosió, abrumado con el tono de voz empleado por su novio. Era grave y demandante, a la vez que suplicante y caliente.

—Aun no me han levantado el castigo —le recordó.

—Te necesito —el menor gruñó en frustración.

—No debí llamar —se quejó el alfa, sabiendo que, en su situación, no podía suplir la necesidad de su omega y eso dañaba su orgullo. —Creo que sólo lo estoy empeorando.

—Alfita...

La puerta del cuarto de Seokjin se abrió y Sunny fue recibida con un gruñido.

—No le gruñas a tu madre, cariño —dijo ella, sin verse afectada. Su hijo necesitaba sus cuidados y aun se encontraba débil, por lo que no resultaba amenazante en absoluto. —Y salúdame a Taehyungie.

Conociendo A Mi Alfa ~ TaeJin [Omegaverse]Where stories live. Discover now