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Sin duda la familia Kim se destacaba de las demás por varias cualidades. Una de ellas, era su afán por mantener la manada unida. Muy pocas se preservaban en el tiempo como aquella, y los hermanos Heechul y Youngwoon eran la excepción. Desde muy jóvenes, habían decidido que continuarían la tradición de sus padres, viviendo juntos en la gran casa que perteneció a ellos.

El primero en casarse, fue el mayor de los dos alfas, Kim Heechul, encontrando a su destinada en una bella omega de sólo 17 años, a quien unió su vida y llevó a vivir junto a su hermano menor. Kangin, como le decían de cariño a Youngwoon, tardó un poco más para hallar a su destinado, pues por generaciones habían creído ciegamente en los designios de la madre luna. Su omega era un chico bastante quisquilloso y de carácter fuerte, con el que le costó acoplarse, hasta conseguir que sus padres aceptaran su relación y finalmente casarse con él. Desde un principio se podía percibir la diferencia entre las dos parejas. Heechul y su omega, Sunny; eran joviales y risueños; en cambio Kangin y su pareja Ryeowook, se mantenían serios la mayor parte del tiempo y tenían extrañas manías, que Heechul no comprendía.

Cuando el primer cachorro llegó a darle alegría a la casa Kim, Heechul y Sunny dieron una gran fiesta para anunciar por todo lo alto a su primogénito. Ellos bordeaban los treinta y no podían lidiar con la felicidad que les producía el tener un hijo.

- ¡Kim Seokjin! – llamó su padre al pequeño infante que tenía una fijación con las plantas del jardín. Su manada mantenía sus raíces tan arraigadas que el niño de sólo tres años, lograba cambiar de forma a su antojo, mordisqueando las macetas hasta voltearlas por completo, escarbando en su interior - ¡Niño! ¡Tu madre va a regañarme, deja eso! – le riñó, yendo hasta él para alzarlo, aunque el menor se resistía – Vamos a tomar un baño, ¿sí? Estás hecho un desastre.

Seokjin, en medio de su berrinche, regresó a su forma humana, gimoteando al sentir el agua tibia sobre su cabello.

- Siempre quieres salirte con la tuya, ¿no? – dijo el mayor de los Kim, masajeando su cabeza, creando espuma por montones, con la que pronto el niño se puso a juguetear, sin prestar la más mínima atención a lo que el alfa decía – Espero que algún día entiendas que no siempre puede ser así.

- Cuak, cuak, cuak~ - canturreó Jin, metiendo sus patitos de plástico a la bañera para incluirlos en su espumoso juego.

Terminado el baño, lo vistió y en lo que buscaba sus calcetines, el menor quedó profundamente dormido sobre la cama, luego de haberse quitado la ropa que su padre le acababa de poner. Kangin apareció en la puerta de la habitación del pequeño, negando con la cabeza.

- Wookie perdería la cabeza si nuestro cachorro resultara tan revoltoso como Jinnie – comentó a su hermano – No lo digo en mala manera, supongo que a esta edad es normal ser inquietos, pero... mi querido omega es algo...

- ¿Quisquilloso? ¿Controlador? ¿Exagerado? – bromeó Heechul, intentando pasar la manga de la camiseta sin despertarle.

- Shh... va a oírte, y me regañará a mí – siseó, volteando a revisar el pasillo con la mirada. Suspiró largamente, como si cargara el peso del mundo sobre sus hombros – Creí que con el embarazo estaría más tranquilo y descasaría, pero sólo se la pasa reorganizándolo todo, planeando el cuarto del bebé... ¿sabes cuántas veces ha cambiado el color que pondrá en las paredes? – preguntó de forma retórica – Muchas más de las que puedo recordar.

- Ryeowook siempre se mostró igual de histérico, y aun así quisiste casarte, hermanito – lo picó en las costillas con un dedo – Ahora no te estés quejando, que, si la madre luna lo eligió para ti, sus motivos tendría.

Conociendo A Mi Alfa ~ TaeJin [Omegaverse]Where stories live. Discover now