Mi papá, el Dios de la destrucción 《Goku y Beerus》

Lo que significa ser un dios...

Goku: ¡Wuuh-huu!

Beerus: Goku.

El pequeño seguía volando, sin hacer mucho caso a lo que decía el dios destructor que estaba en el suelo esperando a que Goku dejara de jugar.

Beerus: Goku...

...

Beerus: ¡Goku!

Goku: ¡¿Sí?!

Beerus: Deja de andar revoloteando como mariposa y ven aquí abajo.

El pequeño baja al suelo con cuidado y mira a su padre, esperando lo que fuera a decirle.

Beerus: Escucha con atención. Necesitas entrenar para poder seguir mis pasos y ser el siguiente dios de la destrucción.

Goku: Pero ya soy bastante fuerte.

Beerus: No lo suficientemente fuerte como para vencerme a mí... y tampoco como para destruir un planeta.

Goku: ¿Destruir... Un planeta? ¿Por qué haría eso?

Beerus: Porque ese es mi trabajo. Destruir aquellos planetas que no sean de utilidad o sean un cero a la izquierda...

Goku: ¿Pero... eso no está mal?

Beerus: Te lo explicaré, para que los universos sigan un curso deben ser controlados por otros seres, tales como son los Kaios y los Dioses destructores. Si nosotros no estamos, el equilibrio de este universo se vería afectado. Como siempre digo: Antes de la creación...

Goku: Viene la destrucción...

Siguió la frase que solía decir su padre.

Beerus: Exactamente.

—Sí, aunque el señor Beerus se la pase durmiendo sigue controlando este universo.

Beerus: Cállate, Whis.

El ángel tan solo se ríe, había aparecido mientras el dios le explicaba a Goku sobre lo que era ser alguien con su cargo. Como siempre, haciendo algún comentario burlándose del señor Beerus.

Beerus: Como iba diciendo... a veces Shin puede crear algo que quizás no evolucione como queremos o como debería ser. Aunque en realidad eso lleve tiempo, pero por otro lado están los que han evolucionado... pero siguen siendo escorias a pesar de tener criterio propio. Algunos desaparecen por sus propias acciones... otros... nosotros nos encargamos de ellos. Pero... no podemos deshacernos solo de los que están mal en un sentido moral mortal, porque debe haber un equilibrio entre el bien y el mal.

Goku: Mmh...

Beerus: Pronto lo entenderás mejor.

Goku:Si tú lo dices...

Berrus: Tranquilo, cuando crezcas sabrás lo que significa todo lo que implica ser un dios de la destrucción. Por ahora debes seguir entrenando, ¿Ok?

Goku: Ok.

Beerus: Entonces... si me atinas un golpe... Whis te traerá toda la comida que quieras.

Whis: ¿Cómo?

Goku: ¿En serio? ¡Está bien!

Iniciaron un pequeño entrenamiento. En el cual Goku trataba de darle por lo menos un golpe, pero Beerus tan solo lo esquivaba sin ningún problema, sin usar sus brazos y solo flotaba y movía su cuerpo para evitar que los puños del pequeño no lograran ni rozarlo.

Por más que lo intentara no logró su objetivo y ya se estaba cansando.

Goku: quédate... quieto...

Beerus: El chiste es que me mueva. No voy a dejártelo fácil sólo porque eres mi hijo.

El pequeño tan solo cayó al suelo de espaldas. Estaba exhausto y ya no podía seguir.

Beerus se acercó a él.

Beerus: ¿Estás bien?

El pequeño levanta su puño y le da un leve golpe en la pierna al mayor.

Goku: lo logré...

Beerus: ¿Qu-?

La risa de Whis hizo que entendiera que Goku lo había engañado para que se acercara a él. Achinó los ojos, viéndolo, mientras hacía una mueca.

Beerus: no fastidies... bueno, vamos al palacio—se da la vuelta para irse, derrotado por su hijo.

Goku: papá...

Beerus: ¿Qué?

Goku: en realidad... creo que no puedo levantarme.

El dios volteó a verlo, viendo que no había sido engañado del todo. El pequeño estaba respirando bastante agitado y parecía que no aguantaría otro rato más.

Se acerca lentamente y se agacha. Suspiró para luego cargarlo. Al levantarse de nuevo, solo lo sujetaba con un brazo. Goku apoyó su cabeza en el hombro del mayor, se le habían agotado las energías.

Beerus: Bien, ahora a bañarte.

Goku: Ujum...

Beerus: Whis... no te olvides de la cena.

Le sonrió orgulloso al ángel, quien bufó algo molesto porque lo haya metido a él en esa promesa.

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