Fiesta de la diosa del amor

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Vegeta no supo en qué momento pasaron tres años en el que no pudo escapar del planeta del dios de la destrucción.

Bueno... ya no intentaba irse... Allí tenía todo seguro, comida, agua y comodidades a las que Goku le ayudaba a conseguir de su padre. Además de algo más que aún no se dignaba a admitir ni a él mismo.

Aunque había algo que le tocaba el orgullo.

Que en ese tiempo Goku estaba subiendo su nivel cada vez más y más. Tanto que tenía la impresión de que si peleaban en serio, las tendría complicadas para ganarle al saiyan menor.

El dios de la destrucción decidió dormir, cosa que no sería de un día... o una semana.

Le tomó casi un año entero despertar.

Es decir, de esos tres años que pasaron, uno fue en el que el dios decidió que era momento de hacer su actividad favorita, dormir.

Así que ver a Vegeta de nuevo le sorprendió.

Este tenía casi el tamaño de su hijo cuando se durmió, pero como es normal en los saiyans, pegó el estirón de la nada luego de permanecer pequeños bastante tiempo. Evidentemente no ganó el tamaño de un adulto, pero aún así le tomó por sorpresa.

Goku era quien estaba un poco celoso por eso. Si ya antes era más bajito que Vegeta, ahora lo era aún más.

Vegeta: ¿Qué?-Había notado la mirada del menor en él.

Goku: ¿Cómo creciste tanto tan rápido?

Vegeta: Porque así es nuestro desarrollo-Su cola se movía de un lado al otro-Te quedarás pequeño largo tiempo y luego crecerás.

Goku: Eso es muy raro...

Vegeta: Para ti quizás.

Goku: es que creí que tenías mi edad.

Vegeta: Soy mayor que tú cómo por cinco años...-Una gota de sudor cayó por su sien mientras empezaba a caminar hacia los troncos que estaban cerca al enorme lago.

Goku: uno, dos...tres... cuatro... ¿Tienes catorce?

Vegeta: Sí, genio-Va saltando los troncos hasta llegar al más alto, en donde solía sentarse por las tardes.

Goku: Es que tú nunca dijiste nada. Sólo sé que eres Vegeta, el príncipe de todos los saiyans y ya está-El mayor lo mira con desaprobación-¿Qué? Siempre dices eso.

Sube también, quedando un tronco más abajo.

Goku: Veo que... ya no piensas en irte.

Vegeta: ¿Quieres que lo haga?

Goku: ¡No!-Ve el rostro de sorpresa del príncipe ante esa respuesta-Quiero decir... eres la única persona que me acompaña siempre desde que llegaste. Papá viajaba más seguido con Whis y siempre me quedaba aquí solo.

Vegeta: Tú sabes porqué me quedé.

Goku: Sí, pero papá se durmió y te dije que si querías podías irte antes de que despierte.

Vegeta: Sí... pero...-Ya no sabía qué decir para contraatacar.

Goku: ¿Pero?

Vegeta: Agh, nada. No entenderías porqué decidí quedarme.

Goku: Tú también te sentías solo, ¿Verdad?

Vegeta: No estaba... solo-Voltea hacia el otro lado-Y mejor cállate, interrumpes mi descanso.

Goku suspira, sabía que no le sacaría mucha información al príncipe.

Y por su reacción, ya vimos que estaba en lo correcto con su deducción. Vegeta no tenía una gran relación de compañerismo con los otros saiyans de su grupo. Ni siquiera con Raditz, que era casi de su edad.

Mi papá, el Dios de la destrucción 《Goku y Beerus》حيث تعيش القصص. اكتشف الآن