Invitado inesperado.

958 70 8
                                    

Luego de aquella prueba, Goku seguía entrenando duro cada día para poder aumentar su fuerza y velocidad. Así podría golpear a su padre sin necesidad de hacerle creer que estaba derrotado.

Daba golpes y patadas al aire mientras saltaba.

Estaba sin la supervisión de ninguno de los dos adultos que habitaban ese planeta, pues estaban en una reunión importante con el Kaio. Y como Goku ya no era tan pequeño y podía defenderse de las bestias, le dejaron quedarse.

Goku: Agh... Bien, creo que terminé por hoy. Veré que me dejó Whis para comer—Salió disparado hacia el palacio del Dios Destructor.

No tardó mucho en entrar e ir directamente hacia la cocina.

Flotó hasta el lavaplatos y lavó sus manos, luego giro hacia el inmenso comedor en el que habían bandejas cubiertas que estaban repletas de comida.

Goku: Ah, que bien—Tomó asiento en una de las sillas y empezó a degustar los platillos.

Y lo seguiría haciendo si no fuera porque una explosión lo interrumpió e hizo que casi cayera de la silla.

Goku: ¿Ahora qué sucede?

Tomó una pierna de pollo y se la llevó a la boca mientra bajaba e iba hacia uno de los grandes ventanales para ver qué pasaba.

Vio una esfera blanca encallada en la tierra que soltaba humo, seguramente por el aterrizaje forzoso que había tenido.

Dudó un momento de si ir a revisar por su cuenta o esperar a que llegue su padre.

Decidió que iba a esperar, pero sus planes cambiaron cuando vio que esa gran esfera se había abierto y algo azul se movía.

Goku: Si logro vencer a ese tipo... Impresionaré a mi padre y me tomará en serio para entrenarme más duro.

Bastante convencido de ello, decidió bajar y salir del palacio en dirección a aquella nave espacial. Porque eso supuso que era.

Aunque su valentía se iba mientras más se acercaba a su objetivo, pues no sabía realmente a lo que se enfrentaría.

La energía que sentía era hostil y se sentía cada vez más mientras caminaba.

Ya no había marcha atrás, así que tragó saliva mientras rodeaba la esfera, así llegando a ver una cola que serpenteaba inquieta.

.
.
.

Beerus: Santo cielo, lo que puede hablar este sujeto...—Pensó mientras rodaba los ojos queriendo que su reunión termine de una buena vez.

Shin: Señor Beerus, recuerde que puedo leer mentes.

Beerus: ¡Pues léela, para que sepas que estoy harto de estar aquí! Whis, vámonos, doy por terminada esta ridícula reunión.

Whis: ehh... Señor, parece que Goku tiene compañía en casa.

Veía a través de su báculo que un intruso estaba en el planeta y Goku estaba aventurandose a ir a revisar.

Beerus: ¡¿Qué?! ¡¿Y qué esperas?! ¡Vámonos!

Tocó la espalda del ángel y ambos se fueron, dejando al Kaioshin con las palabras en la boca.

.
.
.

Mientras tanto con Goku...

Al estar de frente a su adversario, pudo ver que no era mucho más grande que él y que tampoco era muy diferente.

Goku: ¿Tú quién eres y qué haces aquí?

—Que no sepas mi nombre es una completa osadía, siendo yo tu príncipe.

Goku: ¿Príncipe? Creo que la caída te afectó. Mi papá no estará nada contento si te ve aquí, deberías irte.

—¿Perdona?

Goku: Perdonado, ahora vete. No querrás estar aquí en cinco minutos.

—A ver, creo que no lo entiendes. Sabes que soy un saiyan como tú, ¿no es así?

Goku: Sí, soy un saiyan, ¿pero eso qué tiene que ver?

Rueda los ojos—Mi nombre es Vegeta, y estoy aquí porque estoy reclutando más saiyans.

Goku: ¿Quieres que te acompañe?—El peliflama asintió—Eso va a estar complicado, Vegeta. Porque en cualquier momen-...—Mira hacia arriba, más allá de donde se encontraba el pequeño príncipe, quien arqueó una ceja al ver que se detuvo.

Beerus: Él no irá a ningún lado—Estaba detrás de Vegeta—Peor contigo.

Vegeta:—Da un salto para alejarse y tener de frente al Dios Destructor—Es usted...

Beerus: Hola, pequeño príncipe. Nos vemos de nuevo—Le sonríe al peliflama—Creí que ya habrías sido exterminado junto a los demás. Lástima...

Vegeta: El tonto de Freezer no pudo con todos. Sólo necesito a este niño para poder...

Beerus: No. ¿Qué te crees? ¿Que podrás reunir a los supervivientes para armar un ejército? Ay, por favor, sé realista, Vegeta, eso no pasará. El ejército de Freezer es enorme y cuatro monitos no podrán contra ellos. Olvídate de eso, de la ubicación de mi planeta y de mi hijo, porque no irá contigo.

Vegeta: Señor...

Goku: Papá. ¿Me puedes explicar qué sucede? ¿Por qué me quiere llevar con él? ¿Y cómo es que lo conoces?

Beerus: muchas preguntas que no te puedo responder.

Goku: Entonces él sí. Así que puede quedarse hasta que yo aclare todas mis dudas.

Beerus: ¿Qué? ¿Acaso te volviste loco?

Goku: No, pero tengo mucha curiosidad por conocerlo—Mira al príncipe, quien estaba algo confundido—Además, él podría ayudarme a entrenar ya que tú andas más ocupado que de costumbre. Claro, si tú quieres.

Vegeta: ¿Entrenar? Eso no me hace falta—Cruza sus brazos por sobre su pecho.

Beerus:—Piensa un poco. Sabía que el príncipe era orgulloso igual que su padre, pero podría obligarlo a quedarse y entrenar junto a su hijo. Sonrió y tomó una decisión—Está bien, se quedará por orden mía. Y más te vale aceptar, mocoso—Amenazó a Vegeta.

Lo que había iniciado con una misión para reclutar guerreros, terminó en que sería obligado a entrenar con el "hijo" del Dios Destructor.

Dio un suspiro, ya no tenía escapatoria de ninguno de los dos.

.
.
.

Mi papá, el Dios de la destrucción 《Goku y Beerus》Where stories live. Discover now