¿Una nueva vida?

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Vegeta se fue.

Y dejó a Goku con el corazón en un hilo, se sentía solo y triste.

Beerus: Goku, ya deja de mortificarte.

Goku: Se fue y ni siquiera me dijo si volvería-Estaba sentado al pie de un gran árbol que le daba sombra-Tú no lo entiendes, porque no lo querías.

Beerus: ¿Y dices que es mi culpa que se haya ido?-Coloca sus manos en sus caderas.

Goku: No, pero no puedes comprenderme a mí ahora. Y Whis tampoco... porque son dioses.

Beerus: Y tú pronto lo serás.

Goku: Sabes que estoy muy lejos de eso.

Whis: Señor Beerus.

Beerus: ¿Qué sucede?

Whis: Creo que ya se ha dado cuenta de que para un mortal tan joven es prácticamente imposible llegar a ese nivel.

Goku: ¿Lo ves?

Whis: Quizás deberías relacionarte con otras formas de vida que tengan una distinta forma de ver y utilizar el poder. Así verás que hay más formas de conseguir fuerza.

Goku: ¿Cómo? Si nunca he salido del planeta a menos que sea a reuniones de dioses o con Heles-Se levanta, poniéndose de pie frente al Angel-nadie viene aquí.

Whis: Yo puedo ayudarte con eso.

Goku: ¿Ah sí?

Whis: podría buscar algún planeta al que pudieras visitar y así aprender más. Las doctrinas están muy lejos de tu poder y control, así que debes aprender a controlar el Ki que posees ahora y hacerlo aún mayor sin necesidad de ellas.

Beerus: ¡¿Qué?! ¿Estás loco? Eso es una complet-...

Goku: ¡Es una idea fantástica! Después de todo yo aún soy un mortal y convivir con otros mortales me puede servir de mucho.

Beerus: ¿Se golpearon la cabeza de chiquitos? Es una tontería, Goku puede volverse más fuerte aquí.

Whis: Mmh... por ahora no. Necesita un verdadero maestro acorde a lo es en este momento.

Goku: Por favor, papá. Sé que quieres que sea muy fuerte o incluso más que tú pero... Comprende que yo no soy como tú, aún soy un chico y... si busco otras formas de lucha, lograré ser mejor.

Beerus: Lo pensaré.

Goku: ¡Gracias! Señor Whis, muchas gracias por ayudarme.

Whis: Oh, no hay de qué. Entonces buscaré un mundo que no sea peligroso para ti y que tenga gente que sepa sobre el uso de la energía.

Goku le sonríe para luego correr hacia el palacio de su padre, desapareciendo de la vista de ambas deidades

Whis: Se lo dije, señor.

Beerus: Ya te oí. Pero estoy en desacuerdo.

Whis: Sabe bien que eso hará que Goku no desee estar aquí más tiempo.

Beerus: Pero... es mi hijo. El único que tengo.

Whis: Sí, pero debe entender que al momento que dejó de ser un niño, él querría aprender más y explorar. Se lo dije muchas veces.

Beerus: Mmh...

El Dios destructor podría ser muy orgulloso, además de actuar bastante indiferente. Pero realmente no quería que Goku se apartara de su lado, como bien lo dijo, es su único hijo, es quien le ha hecho compañía con sus travesuras, su curiosidad y su espíritu enorme de lucha, durante bastante tiempo.

Whis: Ya verá que pasará el tiempo volando. Así como pasó desde que llegó, tan rápido que ya creció muchísimo. Piénselo bien. Estaré preparando la cena para hoy.

El ángel desaparece, dejando al dios a solas.

Beerus: Goku, Goku, Goku... Ay, ¿qué haré contigo?

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Whis había estado buscando algunos lugares en donde podría ir Goku y estar solo, pues ellos dos no podrían acompañarlo todo el tiempo.

Encontró un planeta que se veía bastante bien, uno donde había gente peculiar, pocos, pero de todos modos eran fuertes.

Uno de ellos era un anciano que vivía solo en una isla.

Otro era un Namekiano junto a su ayudante, viviendo en un templo lejos del alcance de los demás habitantes del planeta.

Y justo más abajo del templo, estaba una torre custodiada por un gatito blanco.

Aunque por lo que se veía, un ente maligno estaba por aparecer en la tierra, sí, así se llamaba ese planeta al que mandaría a Goku.

—Un Namekiano en otros mundos, nada raro.

Los Namekianos solían estar regados por todas partes.

Goku estaba en el gran tronco, lugar donde solía sentarse junto a Vegeta cuando él se ponía a pensar.

Tantas charlas que había tenido, así consiguiendo madurar un poco más mientras Vegeta crecía a su lado y entendía aún más cosas. Ambos aprendieron del otro, cosas que les hacían falta, complementándose.

Su amistad fue lo más significativo de sus vidas.

Pensaba.

Pensaba en qué sería lo que le depararía el destino en cuanto saliera del planeta de su padre.

Goku no tenía ni la más mínima idea de a donde iría, ni lo que sucedería mientras estuviera allí.

Tenía entendido que no era un planeta peligroso, que podría vivir fácilmente, ahora... Lo que no tenía seguro es el cómo conseguiría comida.

Whis siempre había sido quien cocinaba en el palacio.

—Mmh... creo que tendré que vermelas yo solo.

"Solo"

Estaría solo...

Miró hacia el lago. La imagen de su amigo se veía reflejada en el agua, la cual se distorsiona al caer una hoja de los árboles que estaban más cerca.

Si encontraba alguna amistad en el planeta, lo agradecería mucho, nunca fue fanático de ser solitario.

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Beerus no está muy convencido aún, pero de todos modos aceptará, puesto que no tenía opción, tampoco quería que Goku buscara la manera de escapar.

Goku es alguien muy intrépido y si algo se queda en su cabezota, no se irá hasta conseguirlo.

Con saber que estará bien...

Solía recordar con nostalgia cuando llegó, un pequeñito que estaba totalmente desprotegido y tuvo la gran suerte de llegar a su planeta, donde protección era lo que menos le faltaría.

Debía confiar en su hijo y en Whis, quien se encargó de buscar el planeta.

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Mi papá, el Dios de la destrucción 《Goku y Beerus》Where stories live. Discover now