Capítulo 1

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     —Molido es poco, ¿qué rayos te pasó? —preguntó Jonghyun.

MinHo le miró de mala gana antes de sonreírle con la poca motivación que tenía para vivir ese día. El desvelo le cobró factura de inmediato, además de que su cerebro no dejaba de recordarle lo que había hecho ayer.

     —No pude dormir. Apenas lo hice un par de horas.

KiBum le palmeó el brazo y le sonrió por igual. Ver a MinHo jodido era extraño, porque de los tres, es Choi quien siempre está con toda la energía a tope.

     —¿Pues qué estabas haciendo? Tú te mueres en una cama.

     —Tiene razón Key, no eres de los que tienen insomnio, y sabes que te envidio por ello.

Lleno del mismo desgane, MinHo se quitó los zapatos de calle y se los cambió por los de la escuela. No quería hablar de las cartas hoy, porque necesitaba paz por sobre todo.

     —No lo sé, es que tuve demasiados pensamientos. Tengo tareas atrasadas y me comienza a estresar. —Contestó. Jonghyun asintió mientras que Key alzó una ceja y se encogió de hombros, dudó de su respuesta pero no le preguntó de nuevo.

Jonghyun le golpeó en un costado y le señaló con los ojos más allá de la entrada. Los hermanos Lee, se repitió mentalmente y siguió con la mirada al mayor de ellos. Jinki se veía como siempre: impecable e impasible, lleno de una confianza extraña que le hacía revolotear el corazón. TaeMin caminaba detrás de su hermano, con la mirada gacha y los hombros tensos.

Los dos son introvertidos, pero era sorprendente como cada uno lo maneja. Jinki es del tipo de persona que no se acerca fácilmente por primera vez, que no llega a ser muy hablador, no obstante, se convirtió en un referente a la excelencia.

TaeMin... TaeMin es un príncipe del silencio. MinHo supo que la belleza venía de familia al verlo, porque el jovencillo tenía todas las características de un hombre perfecto, solo que a TaeMin le aterra hablar demasiado, tiene un grupo de amigos muy cerrado y en el club de pintura tampoco socializa mucho.

Un suspiro se le escapó a MinHo antes de que pudiera retenerlo, tanto Jonghyun como KiBum le miraron con sorna. Jinki no le miró ni un segundo, y de alguna forma eso ayudó a que su corazón y ansiedad se calmaran, Jinki no sabía que él era M.

TaeMin le apretó el brazo a su hermano y se despidió de él con un movimiento rápido de dedos, fue ahí donde Jinki sonrió de oreja a oreja y a MinHo casi le da un paro cardiaco. Onew lo miró de reojo y le sonrió por un microsegundo.

El presidente se fue con la tranquilidad que le caracteriza, mientras que MinHo se pegó a los cajones para zapatos y se sintió muy pequeño para su metro ochenta. Jonghyun le palmeó en el hombro y alzó sus cejas, obviamente divertido.

     —¿Y así planeas hablarle algún día?

     —Si no se muere después de dos palabras, será sensacional—añadió Key.

MinHo rechistó, pero no quiso seguirle el juego a ninguno de los dos. No le iban a hacer caso, harían todo lo posible por hacerlo sonrojar y cohibirse. Con Key no tenía problema, el hombre se ponía tímido muy fácilmente, Jonghyun, en cambio, parecía demasiado serio para esas cosas.

No le quedó de otra que seguir a sus amigos al salón de clases. Echado en su pupitre, quiso prestar atención a las distintas clases, aunque no importó el docente que estuviera al frente, a MinHo le pasaban sus palabras como simples brisas de viento. Su mente estaba concentrada en la carta que escribió, la nueva, la que debía llevar otra vez a la casa de los Lee.

Cartas para el Joven Lee [2Min]Where stories live. Discover now