Segunda parte de "Nada es Gratis". Tienes que leer primero la primera parte para entender está secuela.
los personajes no son de mi autoría. Pertenecen al juego "Genshin Impact".
Crédito de la portada a /Chalseu_D en Twitter.
La historia es +18, a...
Snezhnaya era muy diferente a EspinaDragón pese a que compartían el clima nevado.
Era la primera vez que el pelinaranja no era feliz pisando las tierras de la Arconte Cryo.
Mientras Tartaglia caminaba haciendo fuerza con los pies para caminar entre la nieve de las tierras de la Zarina no dejaba de pensar.
"¿Cómo entro al abismo de nuevo?" Tartaglia no paraba de hacerse así mismo esa pregunta.
Hasta que se le ocurrió la mejor de las ideas, una idea que combinaba mucho con la personalidad de nuestro protagonista.
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- Dime cómo mierda puedo entrar al abismo. - Tartaglia apuntaba el cuello de un mago del abismo que yacía tirado en el suelo con una de sus dagas Hydro. - ¡Dime! ¿No te das cuenta que si no me dices te voy a matar?
El mago del abismo negó con la cabeza. Se resistió a entregar información sobre cómo entrar en las profundidades.
Tartaglia, que no le temblaban las manos a la hora de matar, le termino dando el golpe de gracia.
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- Ásther tiene que hacer más amigos. - Le comentó el Yaksha a su padre. - No le va a hacer bien estar sola, no quiero que sufra la soledad como yo la sufrí.
- Lo sé Xiao, lo sé. - Zhongli continuaba lavando los platos del almuerzo. Le dolía escuchar cuando Xiao hablaba de la soledad. - Pero no quiere socializar con ningún niño o niña, no puedo obligarla.
- Que lástima que el hijo del clan Kamisato sea de Inazuma.
- No pienso salir de nuevo de mis tierras con Ásther, aquí puedo protegerla.
Xiao había almorzado con ellos, ahora solo padre e hijo se encontraban en la cocina, Zhongli no solo se encargaba de educar y cuidar a Ásther, sino que también decidió encargarse él mismo del orden del hogar, se negaba a contratar algún tipo de personal de limpieza. A pesar de tener en sus manos toda la fortuna del primogénito de los Kuznetzov, no quería que nadie que pueda ser sospechoso esté cerca de Ásther.
El Yaksha venía más seguido a visitar a Ásther, él sabía muy bien lo oscura que era la soledad.
Y a pesar de que Zhongli y Xiao esten para ella, sin sus padres no es lo mismo.
- ¿Cuándo vamos a entrenar a Ásther con su visión? - Le preguntó el Adeptus a su padre, cambiando de tema.
- Aún no es un momento óptimo, es aún una infante, apenas mañana cumple cinco años. - Suspiró Zhongli. - Pero para dejarte tranquilo. ¿Qué te parece si cuando llegue el momento le enseñemos a ser usuaria de lanza?
- Definitivamente le regalaré mi Halcón de Jade, se merece todo lo bueno que le pueda dar. - Afirmó Xiao.
Zhongli termino de secarse las manos con un repasador y ambos se dirigieron a la habitación de Ásther.
Tartaglia en su momento había contratado a un decorador de interiores para dejar perfecta y hermosa la habitación de la hija.
Habitación que, obviamente era lujosa, pero sin perder el toque infantil.
Al entrar, ambos vieron todos los juguetes estaban desparramados por toda la habitación.
- Ásther, una habitación ordenada representa una mente ordenada. - Zhongli se dispuso a levantar y guardar los juguetes de la niña.
La hija de Lumine y Tartaglia fue hacia donde estaba el Yaksha, que el estaba apoyado en el borde de la puerta, viendo con ternura el rol paternal de su padre.
- ¿Xiao, que vas a regalarme para mí cumpleaños? - Ásther estaba un poco ruborizada, con las manos detrás de la espalda, mirando al suelo.
- Ásther, es de muy mala educación preguntar por un regalo de cumpleaños. - La regaño Zhongli mientras seguía levantando y guardando cada juguete.
- Te regalaré un baúl más grande para que guardes los jueguetes así no vuelves más loco a tu abuelo. - Xiao la levanto en brazos y no pudo evitar abrazarla.
Padre e hijo comenzaron a reír. Les causaba gracia y ternura el enamoramiento infantil que tenía la niña hacia el Adeptus.
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- ¡AHHHHHHHH! ¡DIME COMO MIERDA ENTRO AL ABISMO! - Tartaglia estaba cubierto de sangre.
El ex Fatui estaba terminando con la vida de otro mago del abismo de Snezhnaya.
Tomo una de las puntas de su arco, se sentó arriba de el y con mucha violencia y locura clavó una de esas puntas en el rostro del mago.
Una escena muy violenta, la sangre salía desparramada por los aires con cada violenta puñalada.
Al darse cuenta de que el mago ya estaba muerto, se levanto con ira y miro hacia el cielo blanco de Snezhnaya, podía ver lo altos que eran los pinos del lugar.
Se agarró de los pelos de la cabeza con ambas manos, tirando con fuerza de ellos mientras caía de rodillas en la suave pero densa nieve.
- ¿Porque carajo no puedo volver a entrar? - A Tartaglia le empezaban a brotar las lágrimas mientras hablaba solo con el mismo. - Solo quiero cumplir la voluntad de Lumine para volver con mi hija...
- ¿Porqué tiene tanta desesperación por entrar al abismo? ¿Cómo es que conoce a Lumine? - Se preguntaba una persona totalmente desconocida que lo estaba espiando detrás de un árbol de pino.
Lo que no sabía nuestro protagonista es que hacía un tiempo ya que alguien lo estaba siguiendo, examinando sus pasos, escuchando sus lamentos.
Pero era momento de que el hombre desconocido se enfrente ante la intriga del ex Fatui sobre el ingreso al abismo, aunque el también estaba así mismo muy intrigado.
Tartaglia estaba arrodillado con la cara hacia el suelo, golpeando la nieve y tiñiendo el blanco de las tierras con la sangre de todos los magos que asesinó, estaba totalmente inmerso en sus lamentos que no se percató que alguien se estaba acercando hacia el.
- ¿Porqué quieres entrar al abismo? Solamente quiero saber tu razón, será suficiente con que te límites a responder. - Preguntó el hombre desconocido
Tartaglia escucho perfectamente lo que este hombre le había dicho, y se levanto lentamente mirando hacia el suelo.
Hasta que lo miro a los ojos.
Esos ojos azules celestes y profundos con el símbolo de ser un claro desendiente de Khaenri'ah.
Tartaglia abrió los ojos con asombro y terror al ver las vestimentas de este hombre.
Pero a la vez, sabía que tenía delante de sus ojos la llave hacia el abismo.
- ¿Tu... Tu puedes enseñarme como entrar...?
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