✧ Capítulo 3 ✧

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Tartaglia se percató de las ropas del hombre desconocido. Los colores, los patrones, son iguales a los del ropaje de su maestra del abismo Skirk.

- ¿Tu... Tu puedes enseñarme como entrar...? - La mirada de Tartaglia manifestaba una súplica.

- Es suficiente con que te límites a responder mi pregunta.

Tartaglia tenía pocas opciones, tenía que sincerarse.

- ¿Puedo preguntar tu nombre por lo menos?

El hombre misterioso suspiro. Nada iba a afectar si se sabía su nombre.

- Mi nombre es Dainsleif. ¿Contento?

Dainsleif es un hombre misterioso que vino de la tierra de Khaenri'ah y tiene varios cientos de años (al menos alrededor de 500). En la corriente, Dansleif fue referido como un "Buscador de la Verdad", es decir, un profeta.

- Necesito encontrar a una persona que se llama Aether, por eso quiero entrar al abismo. - Tartaglia se acercó aún más al rubio.

Dainsleif se petrifico. Muchos recuerdos del pasado bombardearon su mente al escuchar ese nombre.

- ¿Hola? - Tartaglia paso la mano delante de sus ojos al ver cómo Dainsleif se congelo pero rápidamente volvió en sí.

- Si perdón, tenía la mente en otro lado. - El profeta se acomodó su máscara. - Digamos que el abismo y yo nos conocemos...

Tartaglia no pudo evitar sonreír del alivio. Pero Dainsleif al ver al ex Fatui a los ojos se dió cuenta de algo muy significativo e importante.

- Acaso tú... - el profeta se sorprendió.

Dainsleif tomo del mentón a Tartaglia con una de sus manos, acercando los ojos de él a los suyos, estaban tan cerca que hasta sus labios se rozaban, pero el profeta necesitaba verlo bien de cerca para cerciorarse.

El vio los ojos del pelinaranja... Totalmente vacíos y sin brillo, apagados, y nada profundos para tener un color tan lindo y claro.

- ...Tú ya has entrado al abismo. - Afirmó Dainsleif.

- Cuando era más chico. - Tartaglia alejo sus rostros. - Estaba luchando contra un oso y me desmaye. Cuando abrí mis ojos. Ya estaba dentro del abismo.

- ¿ Y para qué necesitas volver a entrar? ¿ Porqué necesitas buscar a... Aether? - A Dainsleif le costaba pronunciar su nombre.

A Tartaglia no le gustaba ni un poco ser tan cuestionado. Pero debía sincerarse si queria cumplir su objetivo.

- Soy el padre de su sobrina, Ásther.

"¿Lumine fue madre?" Pensaba el profeta.

- Yo conocí a Lumine hace un tiempo. No parecía una chica interesada en formar una familia.

- Pues, pensaste mal. - Tartaglia empezó a mirarlo con desdén.

- ¿Porqué estás tú buscando a su hermano y no ella? - Dainsleif tenía un mal presentimiento.

No le veía el sentido de que el padre de su hija este buscando a Aether, definitivamente estaba ocurriendo algo de lo cual él no estaba enterado.

- Lumine fué... - Tartaglia miro hacia el suelo cubierto de nieve, apretando sus puños con furia al recordarlo. - asesinada.

Tartaglia hacia lo posible por no romper en llanto.

Dainsleif sintió como su su corazón dejase de latir, como si una serpiente estuviese apretando sus pulmones. Como si un balde de agua helada cayera sobre su cabeza.

El profeta dió media vuelta, mirando a su alrededor, buscando entender como una mujer como ella había fallecido.

- ¿Qué le ocurrió? - Le pregunto al ex Fatui en tono atónito, como si de una súplica se tratase.

Tartaglia estaba conteniendo su llanto, sus labios temblorosos lo delataban.

- Tres de los Once Heraldos Fatui la asesinaron en un ajuste de cuentas.

- ¿Ajustes de cuentas? No lo entiendo. - Dainsleif estaba desentendido. - ¿Que tiene que ver Lumine con los Fatui?

Tartaglia suspiró, inhaló profundamente y exhaló.

- Yo era el Onceavo. - Tartaglia no podía mirarlo a los ojos al confesarse.

Dainsleif ató los cabos sueltos, ya comprendió de que se trató el ajuste de cuentas

El profeta apretó sus dientes con rabia, y sin pensarlo dos veces, alzó su puño con ira, golpeando fuertemente en la mandíbula al ex Fatui, haciendo que caiga estrepitosamente de espaldas en la densa nieve.

Tartaglia estaba tan abatido que no vio venir ese golpe.

El ex Fatui no tenía ánimos de pelear, intento sentarse en la nieve, y escupió la sangre que le provocó el golpe del profeta.

Dainsleif se acercó a el, y lo tomo del cuello de su ropa con bronca.

- ¡¿Nunca pensaste en las consecuencias?! - Vociferó el rubio.

- Yo la amaba. - Tartaglia continuaba sin ánimos. El profeta lo sarandeaba como si fuese una pluma.

- ¡Todo Teyvat la amaba! ¡No eras especial!

- Si que era especial, que tú no quieras entenderlo es otra cosa. - Tartaglia lo miraba vagamente a los ojos. - ¿Vas matarme? Tengo una hija que cuidar.

- ¿Una hija que cuidar? ¿Dónde está entonces? ¡También eres un mal padre!

Tartaglia entro en si al escuchar la palabra "mal padre" y recordó con ira a su progenitor.

Con fuerza se deshizo de los agarres del profeta y ambos se pusieron de pie. Mirándose a los ojos.

- ¡¿Yo mal padre?! ¡¿Tú qué sabes? - Exclamó Tartaglia. - Amo a mi hija con cada parte de mi ser, Amé a Lumine con todo lo que soy. Y tuve la suerte de que ella me ame a mi también... Mi hija está a cuidado de el mejor hombre que conocí. Mi hija me espera, y como Lumine no está, voy a cumplir con la voluntad de encontrar a su hermano.

Esas palabras calmaron un poco al profeta. Tal vez este errandole a la situación.

Está bien, era un Fatui, no solo un Fatui, sino que era uno de los Once. El sabía que podía haber reprimendas por considerar eso como una traición.

Pero si Lumine no le importaba, no estaría aquí en Snezhnaya buscando como entrar al abismo únicamente para encontrar a Aether.

- La orden del abismo está aquí infiltrada en Snezhnaya. - Dainsleif daba señales de volver en si y ayudar a nuestro protagonista. - Quizás te pueda ayudar a encontrar las respuestas a tus preguntas sobre el abismo.

 - Quizás te pueda ayudar a encontrar las respuestas a tus preguntas sobre el abismo

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Arte de la imagen: /anna_drwo1

NADA ES GRATIS - SEGUNDA PARTE / FanFic adulto Chilumi / Tartaglia/ Lumine Where stories live. Discover now