NADA ES GRATIS - SEGUNDA PARTE / FanFic adulto Chilumi / Tartaglia/ Lumine

✧ Capítulo 13 ✧

- ¡CHILDE! ¡LO LOGRASTE! - Zhongli dejo de ver a Lumine para dirigirse a su amigo y abrazarlo para contenerlo.

Pero se sorprendió al ver que el abrazo fue rechazado.

La cara de felicidad de Zhongli se esfumó al ver que Tartaglia estaba mirando a su alrededor, como si estuviese perdido, como si no supiese dónde se encontraba en este momento.

- Disculpe señor. - Le pregunto Tartaglia a Zhongli. - ¿Donde estoy? ¿Quien es usted?

- ¿Childe... Cómo que quien soy...?

Tartaglia miraba a su alrededor totalmente desconcertado, también vió que le faltaba su brazo derecho, pero no hizo mucho incapié en ello, aún estaba bajo los efectos de la morfina. Él tenía a Lumine al lado de el y ni siquiera se inmutó al verla verla. ¿Qué ocurrió? ¿Porqué Tartaglia se está comportando de esta manera?

- Interesante, es posible que al perder una visión uno pierda sus propios recuerdos. - Albedo estaba pensativo.

Zhongli no entendía, pensó en Shongun Raiden, seguramente ella sabía que estas cosas sucedían. Pero cuando el se encontró con ella en el palacio Tenshukaku, cuando Xiao apareció con la noticia de que Lumine había fallecido, no tuvo tiempo de hablar con ella y enterarse de esto.

- ¡Childe por los Arcontes! ¡Soy yo! - Zhongli totalmente desesperado lo tomo de los hombros y lo sacudió muy bruscamente. - ¡¿No me reconoces?!

- ¡SUÉLTAME, HIJO DE PUTA! - Tartaglia con la poca fuerza que le quedaba en su brazo izquierdo le proporciono al Arconte golpe a mano cerrada, haciendo que este empiece a sangrar por la nariz. - ¿A LA MUJER DE ALLI TAMBIÉN LE CORTARAS EL BRAZO? ¿O LA VIOLARAS PRIMERO?

- ¿Childe.. que dices? - Zhongli ignoro su herida.

- DIGO LO QUE VEO, BASURA.

Tartaglia rápidamente se levantó de la camilla, intentando escapar.
Cosa que obviamente Zhongli se lo impidió.

- ¡CHILDE ESTÁS HERIDO, QUEDATE QUIETO!

Tartaglia logro pararse, pero ese movimiento le dió la ventaja al Arconte para inmovilizarlo.

Zhongli corrió delante de él, obstruyendole el paso. Iba a lamentar lo que estaba por hacer. Pero no había de otra, no iba a entrar en razón.
Con una mano lo tomo del hombro, y con la otra a puño cerrado, bajó su brazo derecho y le proporcionó un golpe en el estómago tan fuerte que bastaron no más de cinco segundos para que el ex Fatui caiga inconsciente.

Zhongli lo sostuvo para detener la caída y está cayó sobre él.

- ¿Y-Y ahora que le diré a Ásther?

Zhongli se paralizó y miro hacia la entrada de la cueva, sentía la presencia de tres hombres acercándose.

Lentamente, con suaves pisadas sobre el suelo rocoso de la montaña, ingresó primero el capitán de la caballeriza de los caballeros de Favonius. Seguido de el magnate del imperio vinícola también, el Arconte Anemo.

Los tres dirigieron la misma mirada hacia Lumine, Venti sabía de qué se trataba porque el sabe todo lo que ocurre en estas tierras. Pero obviamente Kaeya y Diluc no entendían nada de la situación. Estaban desconcertados e impactados.

- ¿Que clase de experimento retorcido acaban de hacer? - Kaeya se acercó a la camilla de Lumine. - ¿Albedo, tu los ayudaste?

- ¿Acaso tengo que pedirte permiso? - Albedo le respondió de una forma muy tranquila.

- Me reconforta saber que el Fatui por fin está muerto. - Exclamó Diluc viendo a Tartaglia recostado de nuevo en la camilla, cubierto de sangre y sin un brazo. - Espero que estés en el infierno, maldito infeliz

- Solo está inconsciente. - Zhongli le respondió de mala manera y lo ignoro, el cubrió a su amigo con una fina manta de seda y se acercó al Arconte Anemo. - Supongo que puedes deducir que ocurrió.

Zhongli se acercó un poco más, de verdad quería volver a amigarse con él. Él era su único Arconte de confianza, le dolía está situación.

- No creía que la Khemia les funcione bien, estoy sorprendido. - Venti se puso la mano en el mentón, haciendo un gesto pensativo y luego alzó la cabeza para mirar a los ojos al Arconte Geo. - Morax, me alegro que lo hayas podido manejar. Gracias por traerla de nuevo.

- Fue todo sacrificio de Childe... - Zhongli sentía un nudo en la garganta. - Pero Childe después de entregar su visión me desconoce.. como si hubiese perdido la memoria.

- Es que realmente perdió la memoria. - Venti asentía. - Las visiones se aferran a todos nuestros recuerdos. Lo lamento mucho por tu joven mascota, Morax. Si ibas a visitar a la Arconte Electro cuando te lo pedía, seguro lo sabrias.

- ¡Barbatos, debe haber una forma de recuperar la memoria! ¡Perder los recuerdos es casi igual a estar muerto! - Zhongli se apretaba la cabeza con sus manos. - Tal vez cuando vea a Lumine o a su hija la recupere de nuev...

- Imposible, desde ya te digo que eso no va a ocurrir. - Interrumpió Venti.

- ¿Porque estás tan seguro? Son las mujeres que más ama en el mundo, si no recupera la conciencia con ellas... Nada lo hará...

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La sala de enfermería de la Catedral era demasiado fría y silenciosa. Si hablabas muy fuerte podías escuchar el eco retumbar y los pasos con tacones se escuchaban con mucha profundidad. Todo era demasiado blanco y luminoso.

Tanto Lumine como Tartaglia estaban en la camilla con una máscara de oxígeno en el rostro.

Ellos juntos de nuevo, en el mismo plano, inconscientes, sin poder volver a verse.

- Es cuestión de tiempo, el alma de Lumine estuvo mucho tiempo lejos de su cuerpo. Va a recuperar la conciencia, pero no sé hasta cuándo quedará en este estado. - Afirmó Venti sentado en un sillón de la sala de enfermería.

- La pequeña estara muy feliz de ver a Lumine. ¿Pero que le digo sobre su padre? - Zhongli se tocaba la cabeza como si le doliese. - Por los siete, por favor que Childe recupere la memoria.

- Morax, me sorprende lo poco que sabes sobre los humanos. ¿Aprendiste algo más que tener relaciones de a tres y que ahorcar civiles de otras regiones?

- No es momento de estos planteos, Barbatos.

- Los seres humanos pueden cambiar de personalidad, de estilo, pueden también de pareja, hasta de familia. - Venti estaba seguro de lo que decía. - Pero un ser humano nunca podrá detener, ni cambiar, ni romper la propia pasión de su corazón.