Parte 12💜

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Esperamos más de media hora y por fin apareció Allison en su lujosa limusina. Abrió la puerta el chófer y ella salió. Llevaba un par de tacones rojos muy altos, con un vestido negro y un par de gafas del mismo color. Una ligera sonrisa se reflejó en mis labios, era inevitable.

-¿Acaso ella iba a una excursión o a una discoteca? -pensé.

- Bueno señorita me llama una vez que usted termine la excursión -se despidió el chófer.

Pensé que venía en el carro con su padre.

-Bienvenida Allison -la profesora fue a saludarla muy emocionada, hasta parecía que fuesen las mejores amigas.

Miré a todos los del grupo y ellos si venían preparados para una excursión, no como ella. La chica trigueña se acercó a Allison. Ella me miró con una mirada que si matara ya estaría muerta.

-Bueno chicos empecemos con la excursión -indicó la profesora mientras caminaba hacia la entrada del estrecho camino en medio del bosque.

Empezamos a caminar, la naturaleza es tan bella, yo no era de ir mucho al campo, pero me gustaba pasar tiempo rodeada de ella. En el camino habían múltiples piedras, miré hacia atrás para ver qué tal le iba a Allison con sus lujosos tacones. Me detuve para ver mejor, estaba caminando sostenida de la chica, puso la parte trasera de su tacón encima de una piedra y éste se partió haciendo que Allison cayera al suelo.

Una carcajada se me escapó y llegó a los oídos de Allison, de inmediato me miró, en su mirada se podía ver su necesidad de estrangular mi cuello para sacarme de su camino.

-Profesora -gritó a toda voz para que la profesora la escuchara.

La profesora se volteó rápidamente al oír la voz de Allison. Corrió rápidamente muy preocupada.

-Oh Allison tu padre me matará -comentó aun faltando unos metros para llegar.

-¿Tu padre me matará?-. Acaso el padre de Allison era un hombre peligroso y tenía amenazada a la profesora para que Allison obtuviera buenas notas y la protegiera. A quien engaño esas cosas solo pasan en mi cabeza.

-Chicos se acabó la excursión- anunció la profesora, mientras levantaba a Allison del suelo.

Menudo fastidio, nada que tenga que ver con Allison sale bien. La profesora tomó él celular de su bolsillo, realizó una llamada y al terminar salimos camino hacia la carretera. Una vez que llegamos el autobús estaba listo para partir. Fueron varias horas de viaje y una vez que lleguemos el autobús me dejó en la parada que se encontraba a unos cuantos metros de mi casa.

Bueno este día no fue del todo mal, eran apenas las 12 del día, justo la hora de almorzar, estaba ansiosa por llegar a mi casa. No me tomó mucho tiempo llegar, abrí la puerta y una vez lo hice pude oír que mi madre estaba hablando con alguien. No le di importancia, a lo mejor estaba hablando por teléfono. Subí las escaleras, planeaba vestirme y darle una sorpresa.

Subí a mi habitación en silencio, para que no me escuchara. Me coloqué un mini pulóver que me había comprado mi mamá y un short súper corto que descubre casi todas mis nalgas. No sabía porque mi madre estaba obsesionada con la ropa corta, creo que porque mi abuela no la dejaba vestirse así a mi edad. No me gustaba esa ropa ajustada y corta, pero esta vez no tenía opción, era la única que tenía limpia.

Bajé las escaleras, mi madre seguía hablando en la cocina. Caminé despacio y entré, mi madre no estaba hablando por teléfono estaba hablando con Héctor y Abran. Mi corazón se detuvo de la impresión, iba a dar la vuelta de manera silenciosa.

-Hija -mi madre arruinó mi salida silenciosa.

Aclaré mi garganta y respiré hondo. Antes de voltear me acordé de mi vestuario, estaba súper descubierto, coloqué mis manos en la parte trasera del short para cubrirme un poco.

-Hola chicos -saludé casi en susurro.

Ellos se pusieron de pie.

-Hija por qué llegaste tan temprano del instituto, acaso te escapaste de clases. -dijo mi madre.

-Como si tuviera valor -comentó Abran entré los dientes.

Lo miré fijamente indicando que parara.

-¿Cuánto tiempo llevan aquí chicos? -formé una sonrisa en mis labios y fingí que me importaba, pensándolo bien podía trabajar para Hollywood, fingía súper bien.

-Ellos vinieron hace unos cuantos minutos, a buscar una tarea de la escuela -respondió mi madre justo antes de que Abran o Héctor pudieran decir algo.

No podía creer que se hubieran inventado una excusa tan barata.

-Si es cierto -, asistió Abran
-. Vayan con Isabel a su cuarto y recojan la tarea y cuando terminen vienen a almorzar que les prepare un pavo relleno delicioso.

-Si es mi favorito. -afirmó Abran mientras me miraba. Por el contexto de su mirada sabía que lo hacía solo para molestarme.

Caminé hacia mi habitación, pensándolo bien Abran tenía todos los síntomas de un psicópata.

1-Entraba a mi casa sin mi madre estar presente.

2-Hace todo lo posible por hipnotizar me sexualmente y luego hace todo lo posible por joderme la vida.

3-Hace cosas que me molestan por el simple hecho de que me molestan.

4-Me mira como un depredador que mira a su presa.

-No te queda nada mal esa ropa -comentó Abran.

Acaso eso era un halago o se estaba burlando de mi, esperándolo de él me espero lo peor. Ellos eran muy distintos, Héctor hacía todo lo posible por caerme bien y Abran todo lo contrario. Llegamos a mi habitación, a decir verdad no sabía para qué venían. Entré y ellos también, Abran cerró la puerta, Héctor seguía sin decir o hacer nada.

-Mira Isabel, invades mi casa, ves cosas que no deberías y sé lo que piensas -dijo de manera pausada como si me estuviera amenazando.

Respiré hondo.

-Sé que piensas que somos gay, pero hay una manera muy lógica para todo esto -somos gays acaso Héctor también lo es -. El problema es que nosotros tenemos una relación abierta.

¿Relación abierta? Sigo sin entender.

-Nosotros sentimos atracción uno por el otro, desde que éramos niños, pero a la vez nos gustan las personas del sexo opuesto, ósea las chicas -mi cuerpo cayó en parálisis, no podía creer lo que me estaba contando.

-Nosotros sentimos atracción por ti -dijo Héctor mientras se acercaba mucho a mi.

No pude evitar respirar hondo, por lo que sentía al tenerlo cerca, era como una oleada de fuego que recorría cada lugar de mi cuerpo. No podía evitar mirar hacia sus labios, con ansias de besarlo.

-Es cierto -afirmó Abran al oído mientras su respiración golpeaba mi cuello.

-Es que Allison no supo jugar nuestro juego y creemos que tú si puedes -, su labio rozó mi oído y no pude evitar gemir.

-Isabel -. Gritó mi madre en la cocina.

Eso me sacó de mi tención, nunca los había tenido tan cerca de mí y mucho menos juntos. No podía evitar sentirme indefensa, al lado de semejantes Titanes.

-Nos vemos -me dijo Abran mientras pasaba sus labios por mi cuello, mi respiración se aceleró al igual que mi corazón.

Era raro explicarlo, sentía atracción por ambos y no podía decidir a uno más que el otro.

El juego está a punto de empezar.

El juego está a punto de empezar

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El amor de la Serpiente ¿QUIÉN ES? (Saga EADLS)Where stories live. Discover now