Parte 25💜

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—¿Que haces aquí Luis? —pregunta Abran enojado y empieza a caminar hacia él.

—Tranquilo hermano —dice su hermana asustada.

—No te bastó con hacerle una mierda la vida de mi hermana y hora también vienes arruinar su boda —Abran apretó sus puños.

—No estoy de acuerdo con esta unión, tú hermana no podía haberme abandonado por una chica —dice Luis decepcionado.

—Eres una mierda para mi hermana Luis —Abran lo golpea fuertemente tirándolo al suelo.

—Alto —grita el cura llamado la atención de todos. —No permitiré esta barbarie en mi presencia, —se baja del altar y empieza a caminar hacia Abran y Luis. —Aquí no somos animales, todo lo contrario somos personas hijos de Dios y no podemos resolver las cosas a base de golpes —le da la mano a Luis levantándolo del suelo.

—Díselo a este animal —le dice Luis apuntando a Abran.

—Basta de ofensas señorito Luis —lo regaña el cura —¿Porque usted interrumpe ésta unión? —le pregunta.

—Yo aún amo a Iza —responde.

—¿Señorita Iza, usted desea interrumpir la unión con la señorita Jennifer para así aceptar al señor Luis ya sea como su novio o esposo? —le pregunta el cura.

—No, yo sí quiero contraer matrimonio con Jennifer y al que no le guste que se valla a la mierda —grita a todo pulmón.

—Señor Luis, ya que Iza no desea interrumpir su unión debemos continuar y lo mejor será que salga de la instalación —dice el cura.

Luis se marchó indignado. El pobre no había aceptado la perdida de Iza como novia, pero bueno esa es la vida y tendrá que vivir con ello. Si les soy sincera ésta había sido la mejor boda de todas, claro si les gusta el drama tanto como a mí.

—Bueno señoritas continuemos —les dió la mano y las llevó al altar. —Después de todo lo sucedido ¿Aún desean continuar con su unión? —les pregunta el cura.

—Aceptamos —dijeron las dos en un perfecto coro mientras se miraban fijamente a los ojos.

—Sin nada más que decir y bajo mi presencia como testigo de Dios concedo ésta unión y que su amor perdure por la eternidad, —una niña de unos dos años trajo los anillos en una perfecta almohada blanca. Se colocaron los anillos. —Pueden besarse.

Las dos se besaron con una intensidad y amor que no podría explicar lo apasionado que se veía. Todo el mundo empezó aplaudir. —Bueno es hora de lanzar el ramo a ver quién va hacer la próxima afortunada y afortunado —dice el cura emocionado.

Se coloca de espaldas. —Uno, dos y tres, —Lanza el hermoso ramo de color blanco y no sé si por suerte o no calló justo en mis manos y todo el mundo empezó a gritar.

—Muy bien señorita espero poder unir su unión con un chico o chica muy afortunado ya que usted es hermosa —me dice con su calidad voz y su agradable sonrisa.

—Haber, haber y el chico afortunado —dice Jennifer con una liga de flores color azul. —Uno, dos y tres —lanza la liga y le cae en medio a Héctor y Abran. Para mí había sido intencional ya que era demasiada coincidencia.

—¿Cual de los dos va a coger la liga del suelo para casarse con Isabel? —me sorprendió que se supiese mi nombre.

Héctor y Abran cogieron la liga al mismo tiempo y la levantaron en el aire.

—Madre mía —pensé. —Creo que nunca se habría visto una boda de tres, pero si que me gustaría.

Todos empezaron a aplaudir. Era hora de bailar el vals. No me llevaba muy bien con el baile, pero se pudiera decir que me defendía un poco.

—¿Me concede ésta pieza señorita Isabel? —pregunta Eliot extendiendo su mano. Al instante noté que no llevaba su uniforme puesto.

—Será un placer —expresé.

Mientras bailábamos aquella pieza observé a mi alrededor en busca de mis dos Titanes. Pude ver a lo lejos a Abran sentado en una silla, con una cara de enojo que delataba sus sentimientos. Mientras que Héctor estaba hablando con los que parecían ser los padres de Abran.

—¿Donde estudias? —preguntó al ver que no estaba prestando atención al baile.

—En Landon Cors —respondí un poco despistada.

—Buen instituto —comentó. —A lo mejor algún día valla a terminar mis estudios en ese instituto —indicó. Lo miré con cara de sorpresa. —No te dejes engañar por la barba, aparento más edad —respondió al ver mi expresión.

—¿Que edad tienes exactamente? —pregunté.

—Tengo 18 —respondió. Siento mi teléfono vibrar en mi bolsillo, pero lo ignoro. —No sabía que eras tan hermosa sin gorro —expresó.

—Gracias —dije enrojecida. Siento que mi teléfono no para de vibrar. —Un momento —mencioné.

Era un mensaje de mi madre acompañado con cinco llamadas.

Mensaje: Hija tenemos un problema, es algo urgente. Por favor necesito que vengas en cuanto puedas, lamento interrumpirte en estos momentos un beso, te amo. Tu madre.

Mi mente se llenó de malos pensamientos, temía lo peor. Intenté marcarle de vuelta, pero daba apagado ¿Que le habrá pasado a mí madre? ¿A caso le pasó algo grave?

 Intenté marcarle de vuelta, pero daba apagado ¿Que le habrá pasado a mí madre? ¿A caso le pasó algo grave?

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El amor de la Serpiente ¿QUIÉN ES? (Saga EADLS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora