CAPITULO 10🥃

45.2K 5K 1.3K
                                    

Edward.

—¿Quieres que vaya por ti al aeropuerto?

Elena rio al otro lado de la línea, guardando silencio al escuchar los altavoces en el aeropuerto anunciando la salida de los vuelos.

—Sasha estará esperando por mí, pero tal vez si no estás ocupado... —se detuvo, soltando una risita.

—¿Qué?

—Puedo ir a verte al llegar, pedirle que me lleve a tu casa en vez de a la mía —expresó, vacilante—. ¿Qué dices?

Miré la cabellera cobriza dándome la espalda desde el sofá de mi casa, pero no pude evitar que las comisuras de mis labios se elevaran ante las palabras de Elena. No la había visto en dos semanas, habían sido las dos semanas mas largas que había tenido en un buen tiempo y no podía negar que realmente anhelaba verla.

—Necesito besarte —confesé causando su risa—. Elena Williams, ¿qué mierda me hiciste?

—Iré a verte entonces —contestó—. Tengo un regalo para ti.

Me colgó antes de que tuviera tiempo a preguntar, dejándome con mil dudas en la cabeza. Mantener una reunión cuerdo con las palabras de Elena en mi cabeza fue demasiado dificil, mas que todo porque mis ojos miraban a cada nada el reloj en mi muñeca, mi pie se movía impaciente en su lugar y mi acompañante se estaba dando cuenta de que no tenía la cabeza en nuestra reunión.

—¿Te pasa algo? —Savannah me observó, curiosa. Se apartó el cabello del rostro, pasándolo por su hombro y esperó una respuesta—. Parece que le estoy hablando a la pared, Ed.

Su cálida voz salió algo inquieta, como si no comprendiera el motivo por el cual yo estaba impaciente. El gesto era extraño en mí, ella lo sabía ya que habíamos hecho negocios demasiadas veces y era ella la que terminaba pidiendo un descanso antes de que dieran las doce.

—¿Quieres que pospongamos la reunión?

Sacudí la cabeza justo cuando el timbre sonó. Luego de horas, me levanté de mi lugar buscando sus ojos.

—Estás esperando a alguien —asumió esta vez con una sonrisa—. Corre, no hagas esperar a quien sea que te tiene así.

Rodé los ojos, pero si que avancé con rapidez a la puerta, lanzándole una mirada satisfecha y aliviada a la mujer que se acomodaba la ropa manchada de lo que parecía ser el yogurt en su mano.

—¿Me extrañaste, Brown? —Sonrió abiertamente, mirándome de arriba hacia abajo—. ¿Por qué tienes ropa puesta? Pensé que te encontraría sin camisa para mí —se burló, dando un paso en mi dirección.

—Esperaba que me la quitaras —le susurré, ahuecando su rostro entre mis manos. Frunció los labios provocando que tomara el gesto a mi favor al plantar un beso en su boca, lo cual produjo que la mía quedara impregnada con el sabor del yogurt—. Dime que eso no ha sido lo único que has comido en todo el día.

—Esto no ha sido lo único que he comido en todo el día —repitió generando alivio en mí—. Me tomé otro al salir de Chicago.

—Elena.

—Entremos para quitarte rápido la ropa, Edward —habló lo suficientemente alto como para que la mujer en mi sofá la escuchara y se atragantara con el jugo que tomaba—. ¿Estás acompañado? —preguntó en un susurro, frunciendo el ceño.

—Estabas tan ocupada pensando en quitarme la ropa que ni siquiera me dio tiempo de decirte.

Me apuntó con la bebida en su mano.

FUMBLE (Kings of the game #2.5)Where stories live. Discover now