CAPITULO 19🥃

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Edward.

No podía dejar de mirar el arreglo floral entrando en los brazos de un repartidor a mi oficina.

Marie tampoco.

Los accionistas con los que estaba por cerrar un acuerdo mucho menos.

Y entre todos escondían una sonrisa a medida que los tres repartidores llenaban mi oficina en Las Vegas con diversos arreglos en cada esquina.

—Eso sería todo, señor Brown. —Uno de ellos se acercó a mí bajo la atenta mirada de seis personas sobre él, tendiéndome un certificado de recibido que firmé sintiendo los ojos curiosos de todos sobre mí—. Y hay una nota en cada ramo.

Me dio una sonrisa burlona al ver mi rostro tornarse serio conforme miraba alrededor los distintos tipos de flores lilas y amarillas. Mis ojos cayeron indudablemente en la mujer de mediana edad que estaba por indicarles la salida a los repartidores, queriendo escabullirse de mi presencia.

—Al terminar la reunión te espero aquí, Marie.

—Tienes otra reunión.

—Cancélala —dictaminé, serio.

Las sonrisas burlonas cesaron, ninguno preguntó nada y yo terminé una reunión de tres horas con varios de mis colegas queriendo sonsacarme información con respecto a cada uno de los ramos. No tenía que leer las notas para saber de que se trataba, claro que no, sabía perfectamente quien estaba tras cada flor y no podía evitar pensar en ella cada noche que iba a dormir.

Habían sido dos semanas que se me hicieron eternas entre mis ganas de solucionar los problemas en Las Vegas y mi viaje a Londres a visitar a mi padre, el cual tal como lo supuse, no preguntó y me ayudó a solucionar un par de asuntos en la empresa en su lugar, haciendo llamadas que pedí para conseguir cierta información sobre los Campbell.

No había hablado con Elijah, pero había meditado muchas cosas en su lugar, como el hecho de que debía hacerle frente a que él y Elena fueron mas que amigos, a que eso había pasado y a que debía confiar en que él no estaba enamorado de la mujer que yo amaba.

Por otro lado, el miedo a encarar a Elena había disminuido. Necesitaba mi espacio, tiempo para asimilar muchas cosas, me aventuré a una relación con ella porque lo deseaba demasiado, y aunque la amaba, nunca me tomé las cosas con calma al querer darlo todo para que ella se sintiera amada. Le estaba dando todo y me estaba olvidando de vivirlo con ella.

Quería vivir la experiencia completa con ella.

Y ella quería demostrarme que estaba ahí.

Sus llamadas, sus mensajes, las fotos que enviaba como si la vida siguiera igual y yo no me hubiese alejado...todo me ponía un paso mas cerca de levantar el teléfono y pedir disculpas por alejarme. Solo que realmente no sentía culpa por haberla dejado. En el fondo, quería que luchara por mi, quería que me demostrara algo y en el proceso, también quería pensar las cosas. Pediría disculpas por no llamarla antes de partir, pero no por irme.

Marcharme era algo que necesitaba. Tomarme un tiempo y un respiro para enfocarme en el trabajo no era lo que planeaba, pero me sentía aliviado por hacerlo. Tomar decisiones por impulso y hablar cuando aún estaba alterado no era lo que tenía que hacer hace dos semanas y lo sabía. Elena no se merecía que explotara enfrentándola con mis miedos como lo hice con Elijah.

—Sé lo que vas a decirme —comenzó Marie al ingresar, quedándose junto a los lirios que dejaron en la repisa junto a la puerta—. Son lindas.

—Ella tiene buen gusto.

—¿Ella? ¿Quién? —Se hizo la desinteresada cuando realmente fue quien ayudó a Elena a que enviaran esas flores aquí. Seguramente no le dijo donde encontrarme, pero si que se hizo cargo de todo para que llegaran—. ¿Fue una señorita? ¿Lo sabe la señorita Williams?

FUMBLE (Kings of the game #2.5)Where stories live. Discover now