CAPITULO 14🥃

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Elena.

Edward se acercó a mí por detrás, su sonrisa encontró la mía a través del espejo al verme acomodar mi cabello en una coleta que apartó al abrazarme con su torso desnudo.

Sus manos hicieron su camino en mi cintura, apretando un poco mientras sus ojos soñolientos se encontraron con los míos en el reflejo. Anoche tardamos un poco en dormirnos revisando un par de cosas con respecto a la recaudación de fondos que teníamos entre manos y a la cual no iríamos así que esperaba que no fuese a trabajar tan temprano esta vez.

—¿Dormiste bien? —Su pregunta fue sutil, pero los besos que desperdigó por la línea de mi cuello distaban mucho de serlo.

Asentí al sentir su aliento golpeando en mi oreja. No había salido mucho de su departamento estos días, mucho menos con lo del avión hace dos semanas. Fue algo dificil de mantener porque Emma parecía no querer salir del departamento de su hermano para comprobarlo. Queríamos mantener las cosas solo para nosotros por lo menos por un tiempo, ambos éramos conscientes de lo complicado que se volvían las relaciones cuando otros se involucraban y habíamos vivido durante estos meses en una burbuja de la cual no queríamos salir.

Ni él, ni yo.

—¿Irás a trabajar hoy?

Últimamente aprovechaba cada momento que tenía libre para dedicármelo y no me quejaba, pero las bolsas bajo sus ojos estaban comenzando a preocuparme, porque si bien me dedicaba tiempo, también se acostaba demasiado tarde atendiendo asuntos de la empresa solo para despertar mucho mas temprano que yo.

Sus manos se tensaron en su recorrido por mi piel a medida que iba metiendo cada una por debajo de mi blusa de pijama.

—No tengo ninguna reunión importante hoy. Marie puede hacerse cargo. Tú no tienes turno tampoco, podemos pasar el día juntos. —Sacudí la cabeza mientras me giraba y sentía como me aprisionaba con mayor fuerza entre sus brazos, sus ojos grises brillando con intensidad mientras me observaba esperando mi futuro discurso. El mismo de siempre. Al final terminaba burlándose de mí—. Te escucho—masculló sonriente pasando las yemas de sus dedos por mi espalda por debajo de la fina tela de mi blusa.

—No quiero que descuides el trabajo por mi. —Rodó los ojos, despreocupado—. Ni mucho menos que tengas que compensar de más el tiempo porque te estás consumiendo. El Edward que yo conozco se pasaba horas en la oficina trabajando y no volvía a casa hasta que todo estaba terminado y no me quejo porque quieras darme atención, pero necesitas un descanso, cariño.

Sonrió al ver mi nivel de preocupación.

—Es lo que estoy consiguiendo —refutó.

—No, no lo estás consiguiendo. ¿Crees que no me doy cuenta que despiertas a media noche a trabajar, Edward? Eso no está bien.

—El Edward que tú conocías hacia eso porque no tenía nada importante esperándolo en casa. —Su confesión me tomó por sorpresa haciéndome retroceder un poco para observarlo mejor—. Elena, el trabajo está bien. Marie es perfectamente capaz de hacerse cargo de las cosas junto a Brandon mientras yo no estoy, es su trabajo. El mío es dirigir y tomar decisiones. Antes hacía más trabajo de la cuenta porque quería hacerlo, pero ahora prefiero venir aquí y pasar tiempo contigo. Las personas en la oficina te dan las gracias en realidad.

Lo miré confundida sin saber a donde iba.

—Nunca me habían visto tan feliz. Me dijeron que si antes querían a Edward Brown ahora lo aman.

Bufé poniendo mis manos sobre su pecho desnudo.

—Si son mujeres que te amen en la distancia. No me gusta compartir —dije divertida ganándome una de sus sonrisas—. ¿Qué?

FUMBLE (Kings of the game #2.5)Where stories live. Discover now