my boss is just weird

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Jo Haseul era una mujer muy peculiar, para ponerlo en palabras lindas.

La joven de 27 años había sido consagrada en ser la nueva CEO de la compañía familiar Jo Communications Center que fue fundada por su propio padre, Jo Hankyung. Un hombre estoico de descendencia coreana-china que había contratado de Wong Kahei hacía más de una década.

Fueron muy buenos tiempos cuando ella trabajaba para y con él, había adquirido bastante sabiduría mediante sus contadas y vividas experiencias. Así que cuando Hankyung se retiró definitivamente de la industria para tomar su merecido descanso, Kahei se sintió algo triste porque fue como perder a un gran amigo. Pero él se aseguró de que ella no se tenía que preocupar porque su hija podría ser su nueva amiga. Que cuando su hija tomara las riendas, la joven se encargaría de supervisar y encarrilar a un camino de excelencia a la mujer costara lo que costara.

Y Hankyung tenía razón.

Haseul era una gran líder, capaz de encaminar a su tropa en caminos prósperos. Eso sí, fue un trabajo difícil para la joven, porque, aunque quisiera o no, estaba en competencia con el inmenso legado de su padre. Todos los empleados, compañeros de negocios, y clientes, estaban acostumbrados y encariñados a las formas de operar de Hankyung.

Así que como estrategia, tomó otro camino.

Su padre siempre mostraba otra faceta cuando era la hora del trabajo, todos le veían su lado serio mientras que la verdad era que él es uno de los hombres más genuinos y cariñosos del mundo. Era una masita, como un dumpling.

Kahei podía comprobar eso ya que mientras más cercana se convertía con su jefe más mentor, su suavidad siempre resplandecía. Haseul decidió en mostrar de su lado amable con todos para no verse intimidante, y había funcionado.

Aunque al principio todos, incluyendo Kahei, dudaron de sus capacidades.

Primero que todo, era una niñita. Demasiado joven como para cargar con tanta responsabilidad. Segundo, los empleados del sexo masculino estuvieron escépticos en que una fémina tomara del rol principal. Era extraño para ellos que una mujer estuviera en el asiento del jefe tomando el control y poder de todo. Tercero y último, es que Hankyung le dio a todos grandes expectativas con ella. Obvio él era su padre y debía subir su ego mediante Haseul, pero para que él hable bien de otra persona era una rareza.

Había pasado un año y medio desde el ingreso de Jo Haseul, y todo iba como antes cuando del trabajo se trataba. En el mundo laboral ella era igual que su padre, poseía de sus mismas destrezas y habilidades.

Eso estaba genial para Kahei, ya que ahora sí confiaba de Haseul. Sabía que la joven podría traspasar cada lucha intacta.

Todo estaría bien para Kahei si fuera eso solamente, pero no.

Aquí es cuando viene el lado personal de su jefa. Haseul y Hankyung compartían de la misma sangre, pero eran muy distintos en cuanto personalidad se trataba.

Él solía ser muy confiado, caminaba por los pasillos como si fueran de su propiedad porque lo era. Ella pasa por la empresa desapercibida porque no emanaba ni una energía, se cruzaba los brazos en confort por la incomodidad que sentía al estar rodeada de tanta gente.

Él hablaba con el más extenso vocabulario en cualquier situación que se encontraba, siempre sabía lo que iba a decir para captar la atención de su receptor. Ella, aunque tenía el vocabulario necesario para usar, siempre se tropezaba con sus palabras diciendo las palabras fuera de orden o se trababa.

Él era muy carismático y atractivo por eso, era muy querido por su forma de ser porque él sabía como usar sus buenos atributos a su favor. Ella ni sabía que eran las señales sociales, intentaba encajar con los demás pero parecía meter la pieza del triángulo en el hueco del cuadrado.

Jo Hankyung era cool. Ponía de sus gafas de aviador a toda magnitud de macho alfa que se respetaba.

Jo Haseul era rara. Ponía de sus espejuelos de Harry Potter al revés y de una vez el lente derecho se desprendía de la nada.

Y esto hizo que los demás no le tuvieran tanto respeto hacia ella. Solía ser el centro de las burlas por su forma de ser. Claro, hacía de un trabajo excelente e impecable la cual era merecedor de cinco sólidas estrellas de oro, pero, es que era muy divertido ver como ella fracasaba en conectar con sus compañeros con sus ocurrencias.  

Wong Kahei lo encontraba encantador.  

Por el transcurso del tiempo que se encontraba trabajando con la joven Jo, se había percatado de que se reía más de lo normal. Verla tropezarse con el aire a veces cuando caminaba hacia su oficina, hacer de un trabalenguas cualquier tópico que vocalizaba, diciendo sus infames chistes de padre, mirar con curiosidad y total atención a sus empleados cuando trabajaban en algo que ella no tenía el conocimiento, su entusiasmo al dar sus charlas y conferencias,y también cuando esos eran todo un éxito celebraba sin contener de sus emociones como si hubiera visto a su equipo de la NFL favorito hacer un touchdown y atrapaba de Kahei en un apretado abrazado de oso… era todo lindo para ella.

—Oye, señorita Wong— Jo había parado al lado del escritorio de la secretaria, con un par de documentos en mano.

Como siempre, Kahei daba pausa a todo trabajo que hacía y giró de su asiento para quedar frente a frente a su jefa. —¿En qué le puedo ayudar, señorita Jo?—

—¡Toc Toc!—

Oh por los dioses míos, no otra vez. Kahei sintió en tomar una respiración profunda antes de escuchar el resto del chiste no pedido.

Como Haseul vio que Kahei no inmutaba, decidió de nuevo repetir el principio del chiste. Esta vez golpeando el escritorio levemente, con su mano libre, dos veces para darle un toque más realístico.

—¿Quién es?— Kahei preguntó sonando lo más interesada posible.

—La vaca que le viene a interrumpir—

¿Pero qué…? Probablemente es la cosa más ridícula que ha escuchado ha alguien decir en toda su vida. Y eso que a hablado con miles de clientes “sabelotodo” en toda su carrera profesional.

Se iba a tirar de la ventana porque le dio curiosidad en cómo esto podría terminar. —¿Vaca que le viene a interrum- ?—

—Muuuuuuuu— y Haseul le interrumpió.

Ahora Kahei captó, bufó y se le salió un carcajeo porque se creía un total bufón por no haberse esperado esto. Haseul rio al punto que por poco se le salían las lágrimas, ella amaba hacer chistes a su secretaria cuando los encontraba por las redes sociales. Y sí, Kahei se los tenía que chupar por completo para mantener su trabajo intacto.

—Esta bien— Haseul se volvió a recomponer, calmando su pavera —Puedes volver a trabajar. Lo haces increíble. ¡Voy a usted!—

Kahei se abstuvo en asentir apretando de sus labios y se giró de nuevo para seguir trabajando. Haseul dio su partida también.

Aunque eso sí, mientras más pensó del chiste, más cómico lo encontró. A los 20 minutos de ser contado, Kahei resopló y se echó a reír como una loca. Algunos empleados le vieron extrañados sin saber cuál era la gracia de tan monótono martes como este.

Jo la había atrapado, se le quedó mirando y sonrió porque sabía bien claro que ella fue la quien le sacó esa hermosa risa. Su corazón se sintió muy bien y satisfecho aquella tarde.

A la mujer no le molestaba, era solo la forma de ser de la joven. Una forma de ser muy peculiar. En verdad que Haseul era una mujer muy única.

La cual le lleva al último punto que Kahei se había dado cuenta ahora mismo.

🚺 ...love me until you get me pregnant || ViSeulOnde histórias criam vida. Descubra agora