she is going to be my woman

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Wong Kahei no podía dejar de pensar en Jo Haseul.

Después de las tradicionales ofrendas regaladas, Kahei asumió que Haseul ya iba a parar con sus detalles ya que lo que hizo por ella en ese día sagrado era como lo máximo que una amiga podría hacer.

Enserio, ¿que más ella podía ofrecer para reforzar nuestra amistad?

No sabía exactamente como responder esa cuestión, pero esa joven era un regalo que seguía dando más y más.

Le compraba meriendas cuando a ella le daba algo de hambre, consideraba en conseguirle frutas y vegetales porque Jo sabía que Wong era muy estricta cuando de su salud se trataba. La menor curioseaba cuando a su mayor le empezaba a interesar algún tópico, para que así, ella tuviera a alguien con quien compartir de sus encontrados pasatiempos. La joven se aseguraba en acordarle a ella que su trabajo y sus contribuciones en la compañía serían plenamente apreciados, así dándole ese impulso en seguir siendo productiva cuando sentía que ella estaba fallando.  

También esa vez cuando llegó tarde al trabajo y ella desesperadamente fue corriendo donde su jefa para justificar su tardanza, su alarma no había sonado más el delicioso complemento de un atasco de tránsito por un aparente accidente, siendo las razones. Pensó que Jo iba a estar muy molesta con ella, ya que estos días, todos han estado plagados de importantes proyectos y la joven necesitaba de su personal más que nunca.

La verdad era que ella había sido descuidada, no tomó la responsabilidad de asegurarse de que todo estuviera en orden la noche anterior. Se dejó llevar por la diversión y el alcohol en su sistema, por completo olvidando toda su rutina la cual la preparaba para ir a su trabajo sin escrúpulos. Había sido toda su culpa.

No había justificaciones, tenía que enfrentar las consecuencias.

—Oh— reclinada de su asiento y con piernas cruzadas encima de su escritorio, Haseul escuchó detenidamente la historia de una exasperada Kahei. Se veía agitada la muy pobre —Eh… ¿usted desayunó algo antes de venir para acá, señorita Wong?—

Kahei suspiró y bajó todas sus revoluciones de una, no esperando esa pregunta —No— terminó por recordar y confesar.

—¿Tiene hambre?— Haseul volvió a preguntarle.

Kahei no tuvo que responder ya que su estómago lo hizo por ella, rugió levemente. Inmediatamente se sintió avergonzada y se puso cabizbaja, siempre estaba en situaciones penosas con su jefa. No sabía el por qué, el universo estaba jugando con ella como si fuera una marioneta. Porque ni con sus amigas a ella le pasaban estas situaciones, y eso que llevaba años junto a esas locas.

Haseul aguantó su carcajada, su secretaria era demasiado tierna. Su corazón no puede aguantar a esa hermosa mujer, en cualquier momento estallaría como los fuegos artificiales.

—Bueno, hoy tengo una reunión en la compañía de los Ha en…— Haseul alargó de la última palabra, halando de la manga de su traje para ver el reloj de su muñeca —Una hora—

—¿Quiere que me encargue de sus documentos en lo que vuelves?— Kahei al instante activó su modo laboral.

—No, la verdad no— Haseul negó con la cabeza —Quiero que vengas conmigo a esta reunión, en verdad te necesito. Vamos a estar hablando de cuentas y todo eso… y pues… ya sabes…— se rio con pena —Mi fuerte no está en los números ni en la administración de ellas. Para que me puedas ayudar cuando no entienda algo, por favor—

—Ah— Kahei asintió lentamente —Esta bien, señorita Jo. No tengo problema con eso. Déjame guardar unos documentos en mis archivos y vamos rápido—

🚺 ...love me until you get me pregnant || ViSeulWhere stories live. Discover now