Capítulo 2

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Tengo que hacer los deberes.

No quiero hacer los deberes.

Abro la libreta en donde ya tenía anotado el número de la página pero poco más, tomo el lápiz entre mis dedos y cuando me doy cuenta ya estoy escribiendo, pero no estaba escribiendo los ejercicios de biología, estaba escribiendo una maldita historia donde el protagonista tenía de nombre Álex.

¿Qué te pasa, Índigo? ¿Estás tonta?

Arranco la hoja con rabia y la arrugo para después tirarla a la papelera desde la cama, como era de esperar fallo el tiro y va para el suelo. Sorpresa. No sirvo ni para el baloncesto.

—¡Índigo, a cenar! —mi madre grita, seguramente, desde la cocina.

—¡Ya voy! —aviso.

Cierro la libreta como si allí no hubiera pasado nada y una vez que me levanto aprovecho para recoger el papel y tirarlo bien en la basura.

Salgo de la habitación tarareando la última canción de Alvan y Ahez, la música en francés es superior, si, pero en especial esta que no podía salir de mi cabeza.

—¿Te ayudo? —le pregunto a mi madre cuando la veo poniendo los cubiertos en la mesa.

—No, ya está todo, siéntate.

—¿Papá no va a cenar con nosotras?

La veo hacer una mueca disimulada, se limita a negar con la cabeza como si no quisiera entrar en detalles con el tema.

El trabajo.

Siempre era el trabajo.

De hace un tiempo para aquí papá se preocupaba más por el trabajo que por su familia.

O esa era la excusa, claro, porque como la realidad fuera que tenía a alguien más fuera de casa me iba a venir abajo por completo. Tenía algo muy bonito como para querer joderlo de esa manera. Las infidelidades nunca eran la solución para nada.

No hablamos mucho durante la cena. Ella me pregunta sobre mi día y yo le respondo, por primera vez le omito algún que otro detalle, no creo que hablarle de Álex sea la mejor opción. No quiero la charlita de los adolescentes, no quiero vaciles, no quiero nada relacionado con ese tema.

—Tengo que terminar los deberes —admito cuando me levanto—. Si papá vuelve relativamente temprano dile que venga a darme las buenas noches como mínimo, si no lo hace pues nada.

Spoiler: no lo va a hacer.

El día que me pille de malas voy a reclamarle un montón de cosas a mi padre, se las merece. Estoy segura de que mamá es un amor con él y no le echa las cosas en cara como debería de hacer.

Pero por el momento no me meto.

Cuando vuelvo a mi habitación me pongo a hacer los deberes, pero nunca termino de hacerlos porque me aburro y paso a otras cosas, como escuchar música, eso no puede faltar. En Twitter no se contaba nada interesante, así que pasé un poco. El WhatsApp lo tenía vacío porque, sinceramente, me hablaba con pocas personas. Como última opción tengo Wattpad, pero como tampoco me apetecía leer (cosa rara), decidí que mejor me iba a dormir. Era relativamente temprano pero tampoco tenía nada mejor que hacer.

También era temprano cuando me levanté, no había soñado todavía la alarma pero necesitaría el tiempo para ducharme, vestirme y desayunar antes de ir a clases. En la primera clase del día casi me quedo dormida: francés. La profesora me caía bien, era maja, pero la materia era una mierda.

Que irónico.

Ser de Francia y odiar el francés.

A segunda, en inglés, casi me expulsan.

ℑ𝔫𝔡𝔦𝔤𝔬Where stories live. Discover now