Hyori entró a su casa con el mayor cuidado posible intentando no hacer ningún ruido pues probablemente todos estaban dormidos.
Se quitó los zapatos y se dispuso a subir las escaleras a obscuras, hasta que sintió una mano tomándola del brazo con fuerza lo que le hizo soltar un grito.
-¡Callate! ¡Tu madre y tu hermano están dormidos!- Era el señor Min. Mierda, definitivamente estaba en problemas.
Antes de que Hyori dijera algo el señor Min la jalo fuertemente para subir las escaleras y dirigirse a su oficina.
-¡¿Qué diablos crees que haces Min Hyori?! ¡¿Te parece divertido escaparte de casa?!- Sonaba muy molesto y Hyori sabia que no era algo muy bueno.
-P-papá yo puedo explicarlo.- Tartamudeó varias veces.
-¡No! ¡No hay nada que pueda justificarlo Hyori!
-Papá por favor, me estas lastimando.- El señor Min la ignoró y la tomó más fuerte.
-Pero ahora vas a aprender lo que es respetar a tus padres.
El hombre la soltó bruscamente acercándose más a su hija mientras levantaba su mano.
En ese momento Hyori sintió una luz muy brillante que le nubló la vista y cuatro imágenes aparecieron en su mente.
Coche. Mujer. Padre. Oficina.
-Meredith.- Susurró la chica con miedo. Su padre la miró asustado y bajó la mano.
-¿De qué diablos hablas?- Se notaba bastante nervioso, casi pálido como si hubiera visto un fantasma.
-T-tu engañaste a mamá con Meredith ¿Lo recuerdas?
-Vete a tu cuarto ahora.- El Señor Min se recargó en su escritorio sin ver a su hija.
-¡Qué te vayas he dicho!
Hyori salió de la habitación tratando de procesar todo lo que había sucedido ¿Porque tuvo esos recuerdos tan momentáneos?
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