Capítulo 28

41 34 0
                                    

—No lo sé.

—¿Como que no sabes? —rebate frunciendo ligeramente el ceño.

—No estoy clara de lo que siento por él.

—¿No estas clara o tienes miedo de aceptar la realidad?

Pienso.

Aceptar la realidad.

Claro que me gusta Dylan, me encanta pasar tiempo con él, me gusta besarlo, me gusta sentir su presencia.

¿Y sé lo que me acaba de decir cuando estábamos en el cuarto de limpieza, pero que tal y no es así? ¿Y si miente? ¿Y si me lo dijo para que cayera en alguna trampa? No sé lo que siente el siente por mí, no puedo dejarme llevar de unas simples palabras, aunque haya pasado tiempo conmigo como la vez que fuimos a ver el atardecer y nos besamos hasta que se había ido completamente el sol, no puedo saber que esconde dentro de él. Que siente cuando está conmigo o no lo sé.

Tengo miedo a caer y que me abandone dejándome con dudas y con un corazón roto.

Los ojos se me ponen un poco húmedos. Todo está bien cuando hablo con el pero cuando pienso en que me estoy enamorando de una persona que no me corresponde, todo se vuelve gris.

—La segunda —respondo limpiando disimuladamente mis ojos antes de que se escapen las lágrimas.

—Aceptar la realidad —repite moviendo sus dedos en la servilleta—. Sabes, eso es algo bastante duro. Pensar que no te van a querer de la misma manera que tú lo haces, pensar que estarás ahí para esa persona en las buenas y malas, pero, ¿esa persona estará ahí para ti? —hace una pausa—. Es difícil tomar esa decisión de aceptar lo que sientes, pero a veces hay que arriesgarse.

—Lo dices como si fuese tan fácil —suelto incrédulamente.

—No estoy diciendo que se fácil, pero, ¿qué tal y no es así? ¿Que sea una persona totalmente diferente a la que te imaginas? Recuerda que solo estas conociendo su personalidad por fuera, no la verdadera que tiene dentro.

—¿Y cómo hago eso? ¿Como hago para estar dentro de él Jason? ¿Como voy a conocer su verdadera personalidad?

—Eso es algo que se dará con el tiempo Amber, solo te daré un consejo —me mira—. Los pensamientos traicionan, que si pasa esto, que si sucede lo otro, y esas cosas, todo eso que tu mente piensa y comienzas a sentir dudas y miedo, no quieres arriesgarte, pero, como sabrás si es o no cierto lo que dice tu mente si no lo intentas?

—¿Aunque caiga en el intento?

—Aunque caigas en el intento —reafirma.

—¿Y si termino mal?

—Lo intentaste al menos —se encoge de hombros.

Quizás si tenga razón, después de todo solo han pasado tres meses desde que lo veo y dos meses desde que lo besé por primera vez. Debería intentarlo, esperar el momento y no un momento cuando estemos con las hormonas alteradas.

Porque con Dylan hasta mis hormonas están descontroladas.

Me quedo mirando a Jason y de la nada suelto una risa. La situación un poco seria y yo aquí riéndome. Jason me mira como si me hubiese salido otro ojo.

—¿Tan malos son mis consejos como para que te ríes? —enarca una ceja mientras aun sigo riendo.

—No es eso —me limpio mis ojos esta vez de la risa —. Es que nunca espere que estuviésemos los dos sentados en el comedor, tu dándome consejos de amor y menos llegué a esperar que fuese de Dylan.

—¿No esperabas consejos de amor en tu vida?

—Es que de pequeña pensaba que al ser adolescente y empezar a enamorarme, mi madre estaría sentada ahí donde estas tú, charlando conmigo —suelto una risa sarcástica tratando de ocultar el dolor que tengo al pronunciar esas palabras—. Que ilusa llegue a ser pensando que cuando estuviese grande, Jennete cambiaria totalmente conmigo, que recibiría su apoyo que de pequeña no me daba, pero no fue así.

Problemas Clandestinos Where stories live. Discover now