Capítulo 7: Rescatando a los de corazón negro (parte 7)

1.1K 170 11
                                    


–Entonces, ¿qué sugieres? – Bai Yun Shan preguntó sombríamente.

–Lo he descubierto. Hay dos caminos por delante. La primera es la fábrica de máquinas. Se necesita alguien para cuidar el almacén. Hay dos turnos, ochocientos al mes. Si toma los turnos de noche, hay un subsidio de doscientos yuanes. Si elige trabajar en los turnos de noche, puede obtener mil yuanes al mes. Puedes dormir por la mañana y luego salir conmigo por la tarde para ganar dinero. De esta forma, podrás casi saldar la deuda en medio año. Incluso si no es suficiente, puedes usar el dinero de la familia para compensarlo–, dijo Li Su.

– ¡No haré eso! Incluso si trabajo en el turno de noche, ¿tengo que salir a recoger las sobras? no lo haré ¡Es demasiado vergonzoso! – Bai Yun Shan replicó de inmediato. – ¿Cuál es el otro camino?

–Hay otra manera. Es simple y puedes ganar dinero rápidamente–. Los ojos de Li Su estaban fríos. –Escuché que en las grandes ciudades hay vendedores de órganos. El dinero llegará rápido. Un riñón vale decenas de miles de yuanes. O bien, puede vender sangre, pero vender sangre no le da dinero rápido. ¿Quieres probar?

Bai Yun Shan estaba estupefacto. – ¿Qué? ¿Vender mi riñón? ¡No lo haré!

–Podrías ir a trabajar, pero afirmas estar demasiado cansado. Podrías vender tus riñones, pero te resistes a hacerlo. ¿Entonces qué quieres? ¿Esperas que te caiga un pastel del cielo? ¡Por qué no vas al cielo! – Li Su levantó la mano, queriendo golpearlo de nuevo.

Bai Yun Shan estaba tan asustado que se abrazó la cabeza. – ¡No golpees, no golpees! Elegiré la primera. ¿Puedo elegir la primera? – Bai Yun Shan es una persona que se defiende a sí misma, y estaba aterrorizado pensando en que alguien lo abriera para obtener su riñón. Además, estaba vigilando un almacén, ¿no? No había necesidad de hacer ningún trabajo físico. En cuanto a recoger las sobras, era para comer y ya no le importaba.

Wang Fang miró a Bai Yun Shan con lágrimas en los ojos, avergonzándolo.

–Entonces se ha decidido. Déjalo limpiar y lo llevaré a la fábrica de máquinas por la tarde–, dijo Li Su.

Wang Fang rápidamente derribó a Bai Yun Shan.

–Abuela, ¿tú también vas? – Bai Qing Qing preguntó cuando escuchó que algo andaba mal.

–Yo no voy. ¡Quién querría ir con este bueno para nada! Esta oportunidad para tu padre fue solo una casualidad–, dijo Li Su con desdén. El dueño de la ferretería la vio casualmente tratar con aquellas personas que habían venido a pedir que se saldara la deuda. Él estaba sorprendido. Dio la casualidad de que los artículos en la fábrica a menudo eran robados, por lo que el dueño de la fábrica de máquinas le pidió que fuera. Li Su se había estado preguntando qué debería hacer con Bai Yun Shan. Después de pensarlo, accedió, pero le propuso llevarse a su hijo con ella y recibir solo el salario de una sola persona.

El jefe asintió sin pensar.

Li Su siempre quiso asegurarse de que Bai Yun Shan estuviera cerca, o de lo contrario volaría tan pronto como ella lo dejara. Además, solo tenía poco más de cincuenta años y su cuerpo era muy bueno.

–Qing Qing, la abuela está haciendo todo esto por tu bien. ¡Necesito vigilar a tu padre porque, de acuerdo con el temperamento de tu padre, necesita ser controlado estrictamente! – Li Su dijo con seriedad.

Bai Qing Qing se conmovió hasta las lágrimas. –Abuela, lo sé. No te preocupes. Definitivamente estudiaré duro e iré a una buena universidad cuando crezca. Encontraré un buen trabajo y dejaré que la abuela viva una buena vida. Abuela, después de la escuela iré contigo a recoger las sobras y ganar dinero. Puedes manejar todo el dinero que gane en el futuro.

Llámame la Madre de la Transmigración RápidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora