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21 de marzo
Ciudad Star

Jason camino con tranquilidad por los pasillos de su universidad, saludo a conocidos y amigos, hasta que sintió un golpe en su espalda, no necesito voltear para saber que era su mejor amigo. Roy Harper lo saludo con alegría.

—viejo, te ves como la mierda— fue lo primero que mencionó. El joven gruñó al insulto.

—vete a la mierda— respondió y aplasto un poco la gorra que tenía puesta, chocando con su cabello medio húmedo. —Me desperté tarde— ingresó al salón junto a su amigo que le lanzó una mirada preocupada.

—¿sigues sin responderle a tu padre? — el tono dudoso de su voz, delató que no sabía si tocar el tema o no, Jason no necesito responder, pues al escuchar el timbre de cierta canción como tono de llamada, su mirada tuvo un filo helado dando la respuesta a la pregunto por lo que prefirió hablar de otra cosa, —si necesitas dinero, puedo prestarte y cuando nos graduemos me mantienes.

—ja, ya quisieras que te mantenga, imbécil— bromeó, pero al sentarse en su asiento, sacó su celular y pasó el dedo por los contactos, hasta encontrar uno en particular, que registraba el total de 4 llamadas perdidas. 'Bruce/Viejo', quiso reírse hasta que este mismo comenzó a llamarlo de nuevo.

Miro el celular por unos segundos, esperando que colgaran la llamada, ignoró la mirada ansiosa de su amigo y prefirió voltear su vista al pizarrón donde el profesor comenzó a impartir su clase. No quería hablar con su padre, no hasta que pudiera demostrar que salió adelante sin su ayuda.

Estudiaba una carrera de literatura. Aunque parecía raro, según sus conocidos (Dick y Damian) descubrió que disfrutaba todo lo referente a la comunicación y el análisis de la lingüística, podría darle las gracias a Alfred por sus extensas horas en la biblioteca. Al saber por dónde iban sus pensamientos, rápidamente trato de pensar en otra cosa, habían pasado años desde que se fue de la casa familiar ni bien se graduó de secundaria.

Pensando en ello, se sobresaltó cuando Roy le tocó el hombro.

—ya acabo la clase— anunció, y Jason tuvo que resistir darse un golpe por lo distraído que estaba. Con pesadez se levantó y salió del salón siguiendo a su amigo hacia el patio, mientras caminaban, volvió a escuchar el tono de llamada que pertenecía a su padre.

—¡a la mierda!— Roy tomó su celular y aplastó el botón de contestar, después de un pequeño intercambio de golpes y una dura lucha de miradas, Jason puso el dispositivo en su oreja y en más de 2 años escuchó la voz de su padre.

—¿Jason? — preguntó dudoso, con voz rasposa, como si tratara de ocultar su nerviosismo, el chico asintió y luego sintiéndose estúpido, contestó.

—sí, ¿Qué pasa? — preguntó de forma brusca, Roy puso los ojos en blanco. El otro lado se quedó en silencio unos momentos y comenzó a hablar con algo de rapidez, como si tuviera miedo que Jason no escuchara toda la información.

—El 23 daré una conferencia, un proyecto en el que trabaje, ¿Puedes venir este miércoles a Gotham?, sé que tus clases son en la mañana, pero, si pudieras faltar solo por ese día...— y Jason ya no escucho, pues una ira irracional y vergüenza creció en su pecho.

—¿Me estás vigilando? — lo corto, y supo que, por el sonido ahogado del hombre al otro lado del teléfono, que lo había hecho.

—J-Jason yo...

—Escúchame bien, Bruce— escupió su nombre con mucho enfado, —No me vuelvas a llamar, jodete.

Roy se removió inquieto como si temiera que la ira de Jason fuera contra él, pero el chico solo apretó los dientes y guardó su celular en sus bolsillos para caminar otra vez hacia el edificio sin decir una palabra.

23 de marzo
Ciudad Star

Roy golpeó la puerta del dormitorio repetidas veces con tanto pánico que los vecinos salieron entre molestos y preocupados. Pero el joven no tenía tiempo para dar disculpas, para cuando se cansó de golpear sin recibir respuestas, pateó la puerta repetidas veces, hasta partir la manilla y que esta se abriera.

Escuchó jadeos a sus espaldas y un grito del dueño del edificio, pero Roy lo único que veía, era a su amigo rodeado de su departamento destrozado.

—Jason— se acercó a pasos lentos a su amigo, que sostenía su celular con la pantalla destrozada, siendo todo un milagro que el aparato aún funcionara y transmitiera la misma noticia una y otra vez. 



Editado el 15/03/2024

Aunque... Yo ya no estéUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum