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30 de marzo
Hotel de Gotham
12:08 pm

Jason abrió los ojos mirando el techo azulado, se sentó en la cama e hizo crujir sus huesos. Se levantó con pesadez, mientras iba a la ducha y prendía el televisor, dejando el sonido de las noticias de la tarde haciendo bulla en la pequeña habitación.

—Según la policía y rescatistas, han logrado sacar a la última persona bajo los escombros. Se confirman 374 personas heridas, y 127 muertos, entre los fallecidos tenemos al magnate Bruce Wayne.

—La televisora, lamenta profundamente las pérdidas de todas las familias y espera la recuperación pronta de todos los heridos.

—También se sabe que el segundo hijo de Bruce Wayne, Jason Wayne, donó alrededor de 10 millones de dólares a los hospitales de Gotham, entre ellos el Hospital Central de Gotham, donde residen, los dos niños Wayne que se vieron envueltos en la explosión.

Jason salió de la ducha y apagó la televisión, incómodo por lo que había acabado de oír. Quiso gruñir un poco al escuchar su donación, pues se supone que había sido en el mayor secreto. Pero no queriendo pensar más en eso, se cambió y alisto para abandonar la habitación de hotel.

Mientras salía de la recepción, y pasaba por la ciudad a pasos rápidos, notaba que la comúnmente sombría ciudad, era más sombría. No era de extrañar, pero, aun así, tal vista le pesaba el corazón. Mientras pasaba por el lugar del accidente, noto que en la reja que habían puesto los policías abundaban fotos, cartas, flores y adornos, todo para las personas fallecidas en el lugar.

Apretó los labios, al distinguir una foto de una familia entera, la madre y el padre abrazando a su pequeño hijo de alrededor de 2 años.

Sacando su celular tomó foto de la situación y camino hacia el hospital. Al momento en que llegó, Dick y Alfred estaban saliendo de la habitación de Damian y parecían dispuestos a ir a algún hotel a descansar.

—Yo me encargo— susurró a los dos, Dick miró por unos instantes la puerta para luego apretar de forma cariñosa el hombro de Jason. El joven vio a los dos hombres perderse entre los pasillos, ingresó a la habitación del niño que parecía muy entretenido con los peluches.

—¡Jay! — Damian saludo con una sonrisa alegre. Jason se agacho al nivel de los ojos del niño, que rápidamente alzó los brazos y los cruzó por su cuello, dejando que el mayor lo cargara en sus brazos. —¡Mira!, Alfred me regaló este peluche— movió el juguete frente a los ojos del chico, que fingió una cara de sorpresa.

—¿Quieres ver una película? — sonrió con paciencia, mientras el niño murmuraba algunas películas. Al final se decidieron por "El gigante de hierro". Mientras la película pasaba, Jason observó de reojo al pequeño, fijándose en cada facción, y como los ligeros raspones estaban ocultos tras vendas o parches. Jason suspiró lastimosamente cuando recordó el aspecto herido y sucio que tuvo el niño, el día que los sacaron de los escombros.

No había acabado aún la película, cuando una doctora que Jason reconoció como la mujer que atendió las heridas de Tim, entró a la habitación de forma algo apresurada.

—Señor Jason— llamó, el chico salió luego de dejar al pequeño bien entretenido. Cuando estaban en el pasillo, la mujer dijo: —su hermano, el joven Tim, se ha despertado.

Los dos caminaban presurosos hacia la habitación de Tim, que estaba solo en el piso de abajo, de donde se ubicaba Damian. Cuando llegó a la puerta, tembló un poco recordando el grito desgarrador del chico.

—El chico, el joven...pasó por eventos traumáticos, él fue...él estuvo más tiempo consciente cuando estaban bajo los escombros, hizo sonar los tubos de metal para alertar a los rescatistas. —la mujer sonrió triste— por favor sea paciente, no ha dicho nada desde que despertó.

La mujer se quedó en silencio mientras lo veía dudar en entrar, pero Jason agradeciendo con un asentimiento entró a la habitación. Lo primero que vio, fue a su hermano menor envuelto en vendas y yesos. El chico tenía la cabeza gacha, retorciendo los dedos y las sábanas.

Su pierna izquierda estaba enyesada completamente, su pie derecho estaba envuelto en gasas y su cabeza tenía algunas vendas apretando el cráneo y tapando heridas.

Jason se acercó despacio, cuando estuvo a lado del muchacho, se sentó en la silla que estaba alado de la camilla. —¿Timmy? — llamó con voz suave, el chico pareció reaccionar, pues dio un pequeño respingo para dar un siseo de dolor por el movimiento brusco.

Alzó el rostro, Jason tuvo que morderse la lengua al notar, un parche en el ojo derecho del niño, sabía que era un corte superficial y que no perdería la vista. Pero el ojo izquierdo estaba lleno de una neblina de tristeza, sin el singular brillo curioso que poseía el chico.

El chico movió los labios con pesadez, pero ningún sonido salió de su boca. El chico pareció notarlo porque rápidamente bajó la cabeza y volvió a juguetear con sus dedos.

—está bien...no tienes que exigirte— Jason sonrió fraternalmente al chico, —todo estará bien.

El tercer hijo Wayne soltó un suspiro tembloroso, para luego dar rienda suelta a las lágrimas, daba ligeros hipos, pero su llanto era lo más silencioso posible.

—Todo estará bien Timmy...lo prometo.

Jason abrazó suavemente al chico que seguía llorando en silencio. Cerró los ojos con fuerza y pensó "Bruce...Papá... ¿ahora...que se supone que haga?"


Editado el 16/03/2024

Aunque... Yo ya no estéOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz