Capítulo 28.

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La venganza siempre será dulce pero me detienen las prioridades.


Asher

Cierro la puerta de la habitación de la pequeña y sin darme cuenta de lo que habrá a mí alrededor, me recuesto en la pared del corredor, me deslizo poco a poco hasta quedar sentado sobre el suelo. Mi cabeza está un poco inclinada y una sonrisa gigante se hace presente en mi rostro.

No puedo creer que le he dicho que me gusta y que la deseo. He dicho lo que juré jamás mencionar. No sirve de nada mentir y me estoy enamorando. Lo estoy haciendo. Siento una adrenalina recorrer por todo mi cuerpo. No la puedo sacar de mi cabeza o de mi corazón y tampoco es que quiera. Ella simplemente es...

Perfecta.

No estoy pensando en todas las consecuencias que puede traer consigo esto, pero tampoco es que me importe mucho. Quiero estar con Addie, estando con ella me olvido del resto. Quiero que se quede conmigo y olvide al resto, voy a lograrlo. No la pienso dejar ir tan fácilmente al fin me doy cuenta de lo enamorado que estoy y no voy a soltarla.

Escucho pasos acercándose y sé que se trata de Forest y Eithan. Han de estar sorprendidos por la manera en que me comporto con Addie, nunca me han visto con alguna mujer y la primera vez que lo hacen la tengo encerrada en mi casa. 

Si, pues ¡Genial!

Forest se acerca con una sonrisa —Hasta que al fin lo admites, estabas tardando demasiado, idiota.

Eithan me da una sonrisa ladeada —Fue un beso intenso ¿eh?

Dirijo la mirada hacia ambos y niego sonriendo. 

Ambos me ayudan a levantarme y sé que tengo una larga noche por contarles todo lo que ha estado sucediendo con Addie —claro, omitiendo los detalles como los de hace un segundo— llevo mi pulgar a mis labios y respiro profundo imaginándome de nuevo los labios de la pequeña.

—¿Ashddie se confirma? —pregunta Eithan, ahora ya dirigiéndonos los tres a mi habitación.

Se a lo que se refiere y para que seguir mintiendo —Ashddie se confirma. —respondo.

Seguimos caminando a mi habitación y Forest se burla —Joder, que maldita erección has de tener.


[.]


Joder, otro puto día en el que debo aguantar a la gente que no soporto.

No quise levantarme temprano pero sé que tengo obligaciones y ya me he ausentado lo demasiado, el trabajo es eso: trabajo pero me ha ayudado y es por el en donde ahora estoy. Mis empresas, industrias y demás no se mantendrán solas, no puedo dejarles todo el trabajo a esos inútiles, no lo harían a la perfección.

Pero hoy no me dirijo hacia la empresa principal —en donde mayormente paso todo el tiempo supervisando las finanzas de la empresa— voy hacia una de las vinícolas en donde es fabricado el vino que más me gusta pero la razón es que quiero ver a una persona en especial.

Me dirijo hacía allá.

Cuando ingreso todas las miradas recaen sobre mí y saben que odio que me observen demasiado tiempo, con una mirada ya saben lo que tienen que hacer y se concentran en lo suyo, hasta que logró llegar a mi objetivo.

Sin mirarlo, hablo:

—Josh, te espero en la oficina. Ahora.

Ingresé a la misma y dejé la puerta abierta esperando encontrarlo. No me senté, lo esperé de pie. 

Mi bendito desastre [+18]Where stories live. Discover now