Hold [Chanlix]

Treintaicinco

Dowoon no dejaba de picotear el estómago de Felix, y era sorprendente la paciencia del omega, con Chan nunca era tan paciente. Suspiró intentando ignorar a los lobos y concentrándose en la lista de cuentas que tenía que pagar, aunque había trabajado y las pinturas de Felix se vendían de alguna u otra forma aún no era suficiente como para solventar a tres personas, un perro y una planta, y el único lado bueno era que Dowoon se entusiasmaba limpiando el desorden del departamento, y nada más.
                     

Exhaló largamente mientras estiraba los huesos de su columna, dormir en el sillón comenzaba a hacer estragos en su espalda y extremidades, era incapaz de dormir cómodamente, y aunque intentó hacerlo en la bañera se arrepintió al instante. La perra tampoco le había querido prestar su cama, y Chan estaba seguro de que no cabría en la maceta de Mili. Entonces estaba resignado al dolor de espalda y al dolor de cabeza.
                     

—No me gustan Yoon, ni Jeno— Escuchó a Dowoon cuando él y Felix hablaban sobre la cama temporal de Chan. —Creo que a tu alfa tampoco le gustará.
                   

—No importa.— Respondió Felix con calma. —Él nunca va a conocerle, así que no importa lo que piense sobre los nombres.
                     

—También es su cachorro.— Dowoon hizo un puchero y despues rodó al suelo. —¿sabes? No es tan malo, me dijo que si volvías por tu cuenta entonces tendríamos un espacio en su familia.
                     

—No quiero un espacio en su familia.
                     

—Yo sí. No me gustaba la casa para lobos, nos hacían levantarnos a las cuatro de la mañana y estar listos a la cinco ¡Es un horror!— Dowoon comenzó a patalear como un niño, pero Felix apenas y lo miró. —No quiero volver, es feo.
                   

—No tienes que volver, ya estás aquí.— Respondió el omega con la misma tranquilidad.
                   

Chan miró los números en la lista y dudó de las palabras de Felix. Le agradaba un poco Dowoon...Bien, le agradaba porque Felix se veía feliz a su alrededor, pero Dowoon también tenía que comer, también tenía que ducharse y ocupaba espacio, incluso ocupaba la ropa de Chan quien tenía que lavar más seguido para no quedarse desnudo, Dowoom no solo era una persona más, era un gasto más, sin mencionar el hecho de que el beta iba con todas las intenciones de convencer a Felix de regresar con su alfa, y Chan no podía hacer nada al respecto.
                     

—¿Cuánto tiempo piensas que Chan nos soportará aquí?— Preguntó Dowoon sonando como un niño, aunque sus palabras eran algo maduras. —Tú le gustas, pero yo no ¿verdad, Chan?
                     

—Verdad.— Respondió sin interés recibiendo una mala mirada de Felix. —¿Qué? Lo siento, no es él, soy yo, no estoy listo para una relación poliamorosa.
                     

Felix suspiró.
                   

—Y no solo soy yo— Continuó Dowoon. — en un tiempo será el cachorro, y eso es más difícil de lo que imaginas. No solo es darle un lugar donde dormir o comida, es cuidarlo, como una personita, como alguien que necesita millones de cuidados. Este lugar no es apto para un cachorro.— Aunque su voz sonaba igual de aguda e infantil cada una de sus palabras fue directa y realista. Tenía razón. —¿y que crees que pasará contigo cuando nazca? Tu cuerpo se vuelve más frágil con los días, y cuando llegue el momento necesitarás ayuda, y necesitarás a tu alfa.
                     

Felix no respondió por varios segundos, y Chan apretó los labios mirando los números sobre la hoja. Estaban atrapados, porque Dowoon tenía razón, el beta solo dijo lo que ellos estaban evitando durante todo ese tiempo.
                     

—Lo solucionaremos.— Respondió Felix con la voz en alto y Chan lo miró. —¿Verdad, Chan?
                   

Los ojos grises de Felix se encajaron en Chan, y aquella pequeña sonrisa que le pedía tanto lo hizo sentir seguro, como si realmente pudiera hacerlo. Chan le regresó la sonrisa y respiró profundo inflando su pecho, cerró los ojos un segundo y asintió.
                   

—Lo haremos de alguna manera.— Habló con algo de entusiasmo.
                     

—¡ah! ¡Ustedes son idiotas!

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Vengan a mi casa y yo los mantengo, polluelos 🥺