Ochentaicinco

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—Bien, esto es lo que haremos, tú caminas y yo no le digo a papá que babeaste las hojas de Mili.

                     
Chan intentó negociar con el pequeño cachorro que lo miraba confundido ¿Por qué era tan difícil mantener un dialogo coherente con el ingeniero? Vaya, Jeno ya tomaba las cosas con sus pequeñas manos y decir pequeñas palabras, debería ser capaz de ponerse de pie y caminar, pero no, el cachorro solo se sentaba y gateaba por todo el suelo manchando su ropa de pintura que Felix dejaba caer. Chan había estado lavando un montón de ropa de bebé gracias a eso.

                     
—Bah...— Respondió Jeno intentando huir de la justicia, gateó lejos de Chan.

                     
—¡Hey! ¡Eso te va a costar como dos minutos en el corral!

                     
La suave risa de Felix lo hizo girar a verlo, el omega tan solo se reía mientras retrataba el paisaje de su ventana. Si bien no vivian en el laberinto de Felix si vivían en una pequeña casa de campo como la que tuvo Chan en su infancia, ah, y también estaban en Australia. Chan no sabía una mierda de inglés pero lo estaba intentando, al menos sabía que los bebés no tenían un chip en el cerebro que los hacía hablar el idioma automáticamente, Chan aun podía comunicarse con Jeno.

                     
—Tenle paciencia, acaba de cumplir un año.— Dijo el omega regresando su atención a la pintura, olvidando que ese "año recién cumplido" había pasado hace seis meses. —En cuanto esté listo se pondrá de pie y correrá. Entonces te arrepentirás que aprendiera a hacerlo.

                     
—Si tuviera a mi perra la entrenaría para que tacleara a Jeno en casos de emergencia.— Mencionó con un puchero mientras tomaba al bebé del pie y lo arrastraba para tomarlo en brazos. Jeno rió. —No debí dejar que se quedara tanto tiempo con Dowoon y Younghyun.

                     
Su perra lo abandonó, se quedó con Dowoon y Younghyun para vivir con ellos, incluso ella tenía un nombre; Lulú. Un aburrido nombre que no se comparaba a... Chan nunca la nombró, con razón ella se fue. Hizo un puchero caminando hasta el balcón de la casa. Era una hermosa vista y el día era agradable, tanto que podría salir a jugar con Jeno al jardín, o tomar unas fotografías para su nuevo trabajo, o tan solo sentarse y disfrutar del día.

                     
Se sentó en el suelo solo para apreciar el aire fresco. Jeno balbuceó sus palabras incoherentes y Chan besó su cabeza.

                     
—Oye...— Llamó a Felix. —Mis padres tendrán otra fiesta de aniversario, nos invitaron.— Dijo jugando con las manitas de Jeno. —Les dije que viajar con un bebé en avión es una forma de tortura ilegal en muchos países pero dicen que no les importa. Y como es tu culpa que ahora hable con ellos creo que deberías acompañarme.

                     
Felix tarareó sentándose a su lado. Pasaron un par de segundos y se movió incomodo buscando la posición correcta, Chan se mantuvo quieto sosteniendo al cachorro e incluso lo alzó cuando Felix lo obligó a levantar los brazos. El omega consiguió lo que quería; se metió entre los brazos de Chan y recargó su espalda contra el pecho de este abrazando al cachorro y colocándolo sobre su estómago. Era una posición rara, pero cómoda, Felix medio acostado sobre el pecho de Chan mientras que este se encontraba sentado. Besó la cabeza del omega y cerró los ojos aspirando su aroma.

                     
Era gracioso. Chan había tomado la costumbre de olfatear a Felix.

                     
—No conseguiré un traje vegano, decepcionaré a tu hermana.— Respondió por fin el omega. —Y no llevaré a Jeno desnudo, ella siempre dice que los bebes deben estar desnudos.

 Hold  [Chanlix] Where stories live. Discover now