|BrightWin| Dónde Bright, trɑs perder ɑ su prometidɑ por un cάncer mɑligno, se hɑce cɑrgó de su pequeño hijo Mick con tɑn sólo cuɑtro ɑños, y lɑ empresɑ de sus pɑdres, cɑusɑndo problemɑs por lɑ fɑltɑ de cuidɑdo que le tiene ɑ su hijo. Perdiendo ɑl...
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Bright no lo soportaba.
"Hola lindo~". Saludó Joss empalagoso y coqueto.
"Buenos días, señor Chiva-arre". Correspondió al saludo con una reverencia.
"Metawin que te he dicho de hablarme por usted, solo dime Joss, bien". Acarició su mano.
Y es que aunque vivía con el pelinegro y se veían la gran pero GRAN parte del día no lo mantenía el 100% seguro.
Metawin regresó a trabajar a la empresa desde hace más de dos días. Fue recibido con los brazos abiertos por todos.
Y una buena parte de su día era la que se veía con él. Ya que todavía no encontraban a la secretaria o secretario que trabajaría para él.
Apenas se libró de Luke para que venga Joss a quitarle a Opas, claramente no se la haría tan fácil. Está vez si iba a pelear por él, tenía un pequeño plan.
"Secretario Opas a mi oficina". Interrumpió su conversación. El nombrado asintió y se despidió de Joss.
Con normalidad entró, ya estaba acostumbrado a todo, desde los berrinches de Bright cuando no le hacían caso hasta los lloriqueos de cuando algo le sale mal. Ahorita ya nada le sorprendía.
"¿En qué lo puedo...".
Metawin sintió unos brazos apresar su cintura y un mentón en su hombro, giró su rostro topándose con el de Chiva-aree. Abrió bien los ojos. Bright le sonrió.
Trató de separarse pero fue en balde, solo logró acercar más sus caras. Pero en qué estaba pensando Chiva-aree al hacer eso.
Sus mejillas ardieron en un fuerte sonrojo.
"Se-señor C-chiva-aree esta-a muy ce-erca". Tartamudeó.
"Claro que no, o Acaso ¿Te pone nervioso?". Susurró con la voz más grave de lo normal, Metawin se estremeció.
"¿Q-qué?". Se quedó en shock cuando Bright lo acorraló en la pared y descaradamente escondió su cabeza en su cuello. Abrazándolo con posesividad.
La puerta se abrió de un portazo, Bright bufó enojado y se separó.
"¿Interrumpo algo?". La voz de su querido primo se escuchó.
No podía tener un momento especial con el castaño porque siempre terminaba cagándola o siendo interrumpido.
"¡No!".
"Sí". Bright lo jaló de la muñeca, su cara chocó con el pecho del castaño, cuando el más bajo trato de huir. Chilló por separarse pero no lo logro, Bright lo abrazó más fuerte.
"¿Qué estaban haciendo?". Alzó una ceja.
"Nada que te incumba". La oficina se quedó en silencio, solo miradas filosas en cuerpos contrarios.
