|BrightWin| Dónde Bright, trɑs perder ɑ su prometidɑ por un cάncer mɑligno, se hɑce cɑrgó de su pequeño hijo Mick con tɑn sólo cuɑtro ɑños, y lɑ empresɑ de sus pɑdres, cɑusɑndo problemɑs por lɑ fɑltɑ de cuidɑdo que le tiene ɑ su hijo. Perdiendo ɑl...
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El pequeño Mick de ahora 8 años, miró por la ventana el bello atardecer, suspiró encantado de la hermosa vista y miró a su querido padre que conducía hacia casa, su semblante serio lo confundió, por lo general su progenitor siempre sonreía y lo animaba, está vez parecía ser diferente.
Noviembre casi llegaba, y los fríos comenzaban, cuando al fin llegaron a su destino Bright lo abrigó antes de salir del coche, acomodó su mochila y tomó la mano de su progenitor quien en la otra llevaba su maletín repleto de documentos, que seguramente revisaría en su despacho, este le trato de sonreír, pero no fue más que una mueca.
Okey, se estaba poniendo muy raro todo, supuso que era por el trabajo que tenía y por eso sonreía de esa manera.
Cuando entraron a la casa los recibió el exquisito olor de una rica pasta, de la cocina salió un lindo chico, ambos sonrieron en grande al verlo. Y Mick corrió hacia él para abrazarlo, suspiró con encanto cuando la fragancia del contrario calo en sus fosas nasales.
"¿Tienes hambre mi amor?". Preguntó llenando de besos su mejilla por lo que el pequeño rió.
"¿Y para mí, no hay besos?". Chiva-aree dejó su maletín en el sofá al igual que su saco.
"Vachiee...". El mayor se acercó tomando su cintura y beso sus labios. Mick los apartó, dándole manotazos a su papá.
"Appi Winnie es mío". Puchereo y restregó su cara en el cachete de Opas, mirando con algo de recelo a su padre, Win le entrego al pequeño a Bright, quien lo miró con la boca abierta.
"Terminaré de preparar la cena, ustedes vayan a cambiarse y después bajan". Ambos asintieron y se retiraron a sus respectivas habitaciones.
No pasaron más de diez minutos cuando Mick ya estaba en la habitación de su padre, esperándolo sentado en la cama. Su Appi Winnie y su papá no dormían juntos todavía, aún no hablaban de matrimonio y eso era algo que lo ponía triste, quería que sus padres estuvieran juntos como una pareja de verdad, a pesar de tener casi tres años de noviazgo, ninguno daba el siguiente paso, aunque su papá parecía querer decirle algo.
"Mick". Su vista cayó en su querido hijo en la cama, rápidamente fue a la puerta de la habitación y la cerró, fijándose que en el pasillo no hubiera nada. "Hijo... Debo de decirte algo".
El menor lo miró con la cabeza ladeada, su papá nunca hacia cosas como encerrarse en una habitación a hablar de algo, a excepción de que sea algo sumamente importante. Sí, conocía muy bien a su papá más que a él mismo.
"Hijo... Quiero pedirle matrimonio a tu Appi Winnie". Bright llevó su manos a la boca de su hijo, cuando lo vio que quería gritar.
Mick retuvo un gritito, pataleó sobre el colchón, Bright lo soltó cuando se calmó, suspiró algo cansado, pero rió, el menor comenzó a saltar por la habitación. "¿Papá es enserio?". El hombre asintió. "¡Al fin! Ya te estabas tardando, ¿No lo crees?". Alzó la cajea.
