Cɑpítulo treintɑ

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ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴛʀᴇɪɴᴛᴀ: ᴘʟᴀɴ ᴅᴇ ʀᴇsᴄᴀᴛᴇ ᴇɴ ᴍᴀʀᴄʜᴀ...

Metawin podía escuchar como hombres se acercaban y murmuraban cosas, no entendía mucho, su cuerpo estaba muy débil, su corazón roto, ya no le importaba mucho lo que sería de su vida

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Metawin podía escuchar como hombres se acercaban y murmuraban cosas, no entendía mucho, su cuerpo estaba muy débil, su corazón roto, ya no le importaba mucho lo que sería de su vida.

Mick tampoco estaba con él, Malai los separó para irse a la ubicación que le mando a Bright, solo deseaba algo, que Mick sí fuera feliz al igual que Bright, después de la llamada Malai se encargó de humillarlo y reírse de él, los golpes no cesaron jamás, al contrario, aumentaron, el único lugar que no permitía que fuera tocado era su estómago. Y al parecer un hombre le dio piedad y no tocaba el área. Ésta estaba un poco hinchada y no sabía el porqué.

Su cabeza dolía a infiernos, podía sentir la sangre seca en sus manos por las sogas, la camioneta en la que viajaban se movía mucho, las ganas de vomitar no eran muy convenientes en ese momento, aún no entendía el por qué la chica lo llevaba al lugar donde se vería con Chiva-aree.

Lo bajaron prácticamente a rastras del vehículo, la bolsa no lo dejaba ver a dónde iban y eso era lo que le aterraba, sintió como lo ingresaban a un lugar a pasos lentos, las puertas abrirse y la voz de los extraños a su alrededor.

Cayó al frío suelo derramando sangre por la boca, el aroma de Mick penetró sus fosas nasales y poco después unos pequeños bracitos rodearon su anatomía, sonrió con cansancio, al menos podía ver a Mick y eso ya era un logro, la bolsa fue retirada con brusquedad de su rostro, lastimando más su cara. "Tranquilo Opas, muy pronto será tu final".

Sonrió tranquila al verlo así, y Metawin se permitió mirar a su alrededor, era una bodega abandonada, no muy grande ni muy pequeña, las paredes eran grises por la humedad, el suelo estaba lleno de tierra y hojas de árboles, lo ataron a la silla, chilló poquito, pero se calló, estaba cansado de ser amarrado.

Mick tomó sus mejillas con sus ojitos cristalizados, pidiéndole perdón y dándole un abrazo con mucho cuidado de no lastimarlo más de lo que ya estaba, Win se deshizo entro los brazos del pequeño, su frente en el pecho del infante, éste solo se dedicó a darle suaves caricias con la esperanza de que su padre vendría por ellos.

"Ya están aquí señorita". Informó un chico, Win no pudo distinguir su cara, por su vista pañosa y por la punzada en su cabeza.

"¿Vienen solos?".

"Así es, son solo tres personas, vienen desarmados y sin ningún teléfono o alguna otra cosa que sirva como GPS".

"Al parecer Bright Chiva-aree sí es un hombre de palabra... Pero aún no me convence... Hazlos pasar".

La castaña sacó de su bolsillo un espejo y un labial y lo aplicó, miró de reojo a Win, su aspecto era terrible, por un momento dejo de lado esos pensamientos y le dio lastima ver su débil cuerpo lleno de sangre, movió la cabeza alejando eso de su mente.

¡Winnie cάsɑte con pɑpά!Where stories live. Discover now