0. ¿Hijos?

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En la cima de una colina donde apenas los pequeños rayos de luz iluminan el lugar, el aroma a hierba fresca por el rocío inundaba  el lugar así como el canto armonizado de las crías de los pájaros y estos mismos. Sin duda alguna era precioso ese amanecer. Pero para Shen Qing Qiu nada se comparaba con la imagen que veía en ese momento...

Su amado loto negro descansaba de una manera tan tranquila que lo hacía felíz; bien sabía que su esposo estuvo sufriendo con sus travesías en el Reino Demoníaco, ser regente de un dominio que siempre estaba en conflicto era difícil, pero era su deber, como protagonista incluso si no lo quisiera lo tendría que hacer. Claro que le daba impotencia cada que este llegaba con heridas, conocía bien el halo de protagonista este lo protegerá pero no evitará que este sufra, eso lo sabía muy bien.

Shen Qing Qiu suspiro, el rostro de su esposo era tan hermoso que debería ser ilegal. Cabello largo y brillante,  a pesar de que este estaba alborotado le daba una apariencia más inocente y salvaje a la vez; pestañas largas y gruesas, y esos labios pese a que eran delgados eran pequeños lo cual lo hacía encantador. 'Una belleza digna de tener un harem' pensó a su vez que acariciaba la suave piel del rostro ajeno.

Suspiro por segunda vez:" Aún no se porque escogiste quedarte con viejo cuerpo, cuando podías tener a la belleza que quisieras".

"Porque Shizun es shizun, no puedo imaginarme con nadie más pasar estos años..." Qing Qiu se sorprendió y avergonzó, su discípulo era un tramposo "no soy capaz".

"Luo Binghe" amonesto, pero toda molestia quedo en segundo plano cuando este beso la palma de su mano de manera inocente.

Los ojos contrarios transmitieron el mar de sentimientos que solo ellos son capaces de emitir para su persona especial. Shen Qing Qiu dejo de respirar ante tal intensidad.

"Buenos días esposo".

Shen Qing Qiu sonrió enternecido: "Buenos días marido".  Saludo como desde hace 200 años suele hacer.

Cual pulpo Binghe rodeo la cintura de su pareja logrando así acercarla a su lado, con voz mimada hablo: "Otros minutos más, por favor, por ahora quedémonos así".

Una risa resonó. "Esta bien. Pero recuerda que tienes que ir al reino demoníaco para detener a los funcionarios de la rebelión".

"Hace mucho que perdí la cuenta de cuantas rebeliones he tenido que detener".

"Yo igual".

Y así esta pareja volvió a retomar su tranquila mañana. Acurrucados y felices.

[🥀🌱🦋🌺]

Shen Qing Qiu tiene una vida feliz, sin un sistema corrupto que lo obligaba hacer cosas que el no deseaba; así como el miedo persistente a que en algún momento puede morir, no es que ahora sea inmune a la muerte; pero con su esposo protagonista la probabilidad de sobrevivir son más altas.

El pensar que han pasado mas de 200 años desde que llegó a este mundo es increíble, más cuando recuerda su vida antes de transmigrar. Solitaria era.

"Shizun, ¿va a ir a Cang Qiong, verdad?" El medio demonio le dirigió una mirada brillante.

Sin duda alguna. Morir por primera vez fue lo mejor que le pasó.

"Así es, este maestro espera no tardar tanto" cubrió su rostro con su abanico. Un puchero apareció en el rostro del medio demonio. "Binghe".

"No me gusta que shizun vaya solo, no donde esta Liu-shishu".

"¡Binghe! Liu-shidi se caso con Mu-shidi hace ya 190 años, ¿Cómo es que aún desconfías de el?".

"No me gusta, eso es todo" murmuro como niño mimado.

Una Familia No Tan SantaWhere stories live. Discover now