8. Abuelito dime tú

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Los rayos del sol pasaban débilmente por las ramas del espeso bosque de bambú, mismo lugar donde el aroma de la dulzura natural y la calma se respiraba; los pájaros volaban entre cada largo tronco, algunos bajaban hasta tocar el agua cristalina del lago en medio del bosque. Sentado en una roca Shen Qing Qiu soplaba viento a su rostro con su abanico.

Una sonrisa adornaba su rostro, mientras desde su asiento veía a su pequeño de seis años ayudar a su hermanito de dos años a caminar, lo sostenía con sus manitas y ambos daban un paso a la vez. No lejos de ellos se encontraba su esposo, quien los seguía cerca por si alguno caía; papá estará ahí para levantar los. Su pecho se lleno de alegría y calidez que pocas veces sintió en su primer vida. Esto era una familia y era su família.

El paraíso a sus ojos eran tan hermoso que deseó permanecer así por todo el tiempo si es que se le permitía.

Pero la felicidad no dura mucho, de pronto su paraíso se vio destruido. El color verde que antes reinaba el lugar se convirtió en un rojo fuego, su paraiso ardía. Este sitio lo vio una vez, una vez que preferiría no recordar, este lugar era donde hizo algo imperdonable para él, si, se trataba del abismo sin fin. Preocupado volteo a ver a su alrededor para encontar a su familia, pero no había nadie.

Cuando por fin decido a avanzar, bajo su pie la textura de algo suave siendo pisada se percibió. Sus ojos bajaron a mirar. Un grito agónico salió de su garganta... Eran sus niños, ambos yacían sin vida en suelo. Se arrodilló, sus túnicas se marcharon con la sangre de sus hijos. Con dolor acerco la cabeza de sus niños a su regazo, quería creer que ellos no estaban muertos, ellos estaban en un sueño; esa era la verdad.

"Shizun"

Al escuchar ese murmuro, sus ojos ya deseperados subieron para ver a su esposo, desearía no haberlo hecho. Su querido discípulo, su amante de negro corazón, yacía apresionado por un ser de ropas blancas; pero no se encontraba en perfectas condiciones, incluso Shen Jiu al final de su vida se veía mejor que, él.

"No podrás salvarlos, no puedes protegerlos. Solamente entregalos".

Y con eso terminó con la vida de su cónyuge.

Los ojos de Shen Qing Qiu que antes presenciaban el asesinato de sus seres queridos, se encontraron con el techo de su habitación, se sentó de golpe. Logro sentir el sudor frío que empapaba su espalda, su pulso cardíaco errático y su respiración siendo forzada.

"Era una pesadilla, todo fue una pesadilla. Su familia esta bien"

Pasos se escucharon desde el pasillo venían corriendo. El estruendo de la puerta de su habitación lo despertó de su auto consolación.
En la puerta de su dormitorio A-Ying y Hong- er eran cargados por un muy preocupado Luo Binghe, no era para menos algo malo pasó con su shizun.

"¿Shizun?"

"¿ Qué sucede A-die?".

"¿Ga?".

Gotas saladas salieron de sus ojos, lo único que pudo atinar a hacer fue abrir sus brazos, dando la indicación que requiere un abrazo este maestro.
Luo Binghe se acerco y dejo que su shizun lo abrazara, mientras A-Ying bajo de su espalda y abrazo la cintura de su padre.

"Toda esta bien shizun" surro mientras este reposaba la cabeza ajena en su hombro "todos estamos bien, no es necesario que se preocupe".

'Siempre me voy a preocupar, esposo tonto'.

"¿A-die, qué sucede?" El padre miro a los ojos preocupados de sus hijos.

Sonrio un tanto tranquilo, arrastro a ambos niños a sus brazos y los apreto entre su cuerpo y el de su esposo "nada, solo un mal sueño".

Una Familia No Tan SantaWhere stories live. Discover now