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Luego de unos dos días en el mar por fin el barco tocó tierra, sin duda fue un viaje bastante "calmado".

Sin dudarlo sakazuki corrió lo más rápido que pudo y lejos del barco pirata sin duda ya a tenido suficiente de ellos por un largo tiempo, además noto que su ropa era la misma que llevaba desde hace un año, así que se le ocurrió que podría pedir prestado algo en una tienda de ropa.

Bueno en todo el rato descubrió dos cosas una era terrible tratando de robarle algo a alguien y la segunda no tenía la fuerza suficiente para hacerlo ay que en su mente le gritaba que estaba haciendo algo malo.

Así que solo optó por ir a un lago que realmente no estaba muy lejos y lavo su ropa y de pasó también se dio un baño.

—casi olvido lo bien que se siente el agua en la piel—pronunció mientras flotaba un rato en el agua

Luego de eso simplemente decidió dejar secar su ropa mientras ella se daba un bronceado después de todo ya había calculado que no había nadie cerca como para verla, desnuda así que se permitió relajarse un poco.

También se había dado cuenta que la isla en la que esta realmente parecía un país, ya que con lo que pudo ver era bastante grande, calculaba como unas cuatro o cinco ciudades dentro de la isla.

Igual decidió que sería mejor entrenar los movimientos de ataque y defensa que le enseñaron sus padres, después de todo ella ya se había dado cuenta de lo necesario que se le habían vuelto en su vida. Así que cuando llegó la noche se visto y hizo una fogata no le fue muy difícil, mientras se calentaba se ponía a observar el cielo nocturno su eterno compañero en toda su corta y larga vida.

Cuando el día llegó los rayos del Sol acompañaban a la niña de tez morena que hace un buen rato estaba despierta, entrenando su fuerza y agilidad la cual sin duda era algo increíble.

Luego de entrenar recolectó algunas frutas, para luego emprender su viaje quería explorar al máximo esa isla. Pudo notar que mientras más avanzaba también la temperatura bajaba o subía dependiendo de la dirección que tomará.

En eso escucho algunos pasos que estaban a algunos metros de ella, cuando giro su cabeza noto que era la figura de un niño un poco más alto, mientras más se acercaba podía notar que estaba herido.

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En cuestión de segundos el chico había caído en la nieve, la chica no dudó en correr hacia el y intentar ayudarlo noto que lo que tenía era una herida de bala, pero por lo que vio la bala había salido. Así que simplemente con una parte de su polera hizo presión en la herida para evitar más pérdida de sangre.

Luego lo cargo en su espalda y empezó a correr esperando encontrar alguna ciudad o pueblo en donde pudieran ayudar al chico, que se le hacia demasiado familiar pero no sabía de dónde.

Sin duda le costaba correr con alguien en su espalda y con la nieve también se le hacia más difícil, pero gracias a Dios logró encontrar un pueblo y no dudó en correr hacia el.

—¡oye aguanta un poco más! —grito la de ojos amber su voz se notaba la preocupación

—y–yo... —trato de decir el chico mientras trataba de moverse

—¡solo ahorrar fuerzas idiota! ¡¿O quieres morir acaso?! —grito ya molesta mientras trataba de llegar más rápido

—so–soy... bor–sali—no... —pronunció entrecortado

—sakazuki... ¡Ahora ya no hables! —le ordenó hasta que había logrado llegar al pueblo

Empezó a gritar pidiendo ayuda y por lo menos el doctor del pueblo los pudo ayudar, cuando llegaron al consultorio hizo lo mejor que pudo por tratar la herida la cual no era tan grave como parecía.

Sakazuki por otro lado no podía creer que se había cruzado con uno de sus futuros compañeros, el cual sería conocido como Kizaru, verlo de esa manera le hizo sintiera una gran impotencia.

—¿es tu amigo? —preguntó el doctor el cual ahora estaba sentado a su lado

—sí—contestó de forma cortante—va a ¿estar bien? —preguntó tratando de disimular su preocupación

—si, no era tan grave como parecía—le respondió, la niña soltó un suspiro de alivio—me sorprende que lo hayas cargado tanto—comentó

—no lo iba a dejar morir sabiendo que podía hacer algo—le respondió de una forma más confiada

—de seguro el te va a estar muy agradecido—el doctor le estaba agradando tener una conversación

—espero que no—dijo con una pequeña sonrisa ladeada

—quien sabe, quien sabe—dijo, para luego pararse e irse a su Oficina pero se detuvo en la puerta—si quieres puedes ir a su habitación, a hacerle compañia—informó, para luego encerrarse en su Oficina

La niña simplemente le hizo caso y fue a la habitación en donde se podía ver al chico acostado en una cama con unos vendajes en la parte del abdomen, ella se sentó en una de las sillas cerca de la cama y le hizo compañia.

Continuará...

Soy...Sakazuki Akainu?!Where stories live. Discover now