CAPITULO OCHO

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CAPITULO OCHO

MOONY. 

Hogsmade los recibió tan frío como siempre, después de todo, en octubre empezaban unos intrépidos vientos por toda Escocia. James parloteó todo el camino sobre las tres escobas y cabeza de puerco, mientras disfrutaba de un regaliz y les contaba a sus amigos las anécdotas de sus padres en ese lugar mientras estudiaban en Hogwarts.

– ¡Mi padre, el gran Potter, se emborracho aquella noche! – exclamó – Mamá tuvo que llevarlo al baño para que vomitara todo el Whisky de fuego que bebió.

Y así siguieron parloteando hasta que divisaron el pueblo debajo de la montaña que los dividía. Divisaron las tres escobas, estaba repleta y Sirius automáticamente, no le gustó. Era demasiado... para su gusto, mucha gente, aroma a humano destilando, mucho ruido... pero se regañó automáticamente sin que sus amigos se dieran cuenta: él no era remilgoso y creído como el resto de su estirada familia. Él no era como ellos. Así que ocupó un puesto al lado de Remus en la mesa quedando en frente de James y Peter.

– Cuatro cervezas de mantequilla, por favor – pidió Remus a la camarera.

Ella apuntó todo de mala gana y se marchó. Remus se sentía bien, era un ambiente cálido, justo lo que necesitaba después de una luna llena, beber algo tibio con sus amigos en un ambiente alejado de la escuela y los deberes, no era tan malo después de todo. Las cervezas de mantequilla eran dulces, el corazón de Remus cobró vida nuevamente y su brazo ya no dolía tanto.

– Remus, hola – saludó Merlene Mckinon llegando a la mesa seguida de Lily Evans y Alice Fortescue

El aludido alzó la cabeza, sus ojos chocolates se posaron en Merlene que descorrió su cabello rubio frondoso y estiró su brazo dándole a Remus una caja con un lazo amarillo.

– Humm... – Remus carraspeó, sintiendo las miradas intrigantes de sus amigos – ¿Qué es...?

– ¡Es para ti! – dijo Merlene con obviedad – Supimos de tu accidente – señaló su brazo con la cabeza – Así que las chicas decidimos darte un obsequio.

Era incómodo... ¿no era ella la chica que gustaba de Sirius? Sin embargo, cortésmente, lo recibió con una sonrisa y las mejillas sonrojadas. Lily sonrió ampliamente y se acercó, ignorando a todos los demás.

– ¿Te sientes mejor? – preguntó con suavidad.

Normalmente, Lily Evans no era suave en ningún momento, siempre tenía esa actitud altiva y valiente. Remus apreció el gesto, dejó la caja encima de la mesa.

– Si, estoy mejor – fue sincero, ahora lo estaba más que nunca – Gracias, en verdad, no era necesario.

Alice fue quien esta vez se acercó por detrás de sus amigas, se colocó un mechón de cabello negro detrás de la oreja.

– No seas modesto. Ojalá te guste, lo eligió Mary, ella también adora el chocolate – dijo Alice con una agradable sonrisa –

Remus asintió, acalorado – Bueno, le dicen que gracias.

– Si, está mal del estómago y no pudo venir – dijo Merlene – En fin, vamos, chicas. Adios, Remus, mejórate pronto.

Marlene se despidió con un movimiento de mano y Alice igual, ambos se sentaron en la mesa siguiente donde estaba Pandora Moon y Dorcas Meadowes.

– Por cierto, Remus, si quieres hacernos compañía puedes hacerlo, tenemos temas más interesantes sobre qué conversar – opinó Lily –

– No lo dudo – dijo Remus para fastidiar a sus amigos. – Pero me quedaré aquí, gracias.

THE WOLF HOWLING AT THE STARS - WOLFSTAR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora