CAPITULO VEINTITRES.

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CAPITULO VEINTITRES 

VERANO DE 1975

Las vacaciones empezaron cuando los cuatro merodeadores por fin se encontraban en la casa Potter, después de haber convencido a Remus, aunque en el fondo lo entendían, todo ese tema con Voldemort y la caza de criaturas mágicas tenían a los chicos un poco temerosos y desconfiados, pero habían acordado vivir mientras pudieran. Los señores Potter habían recibido a Peter, que ya lo conocían y a Remus, que apenas vieron, amaron y de verdad, Remus no pudo pensar en que todas las bellezas que Sirius hablaba de los Potter eran exageración, eran unas personas adorables y agradables, tanto que ninguno se inmutó en las cicatrices de Remus, él lo agradeció en silencio.

– ¡No te muevas! – exclamó Remus, exasperado.

Sirius giró los ojos – Me pica la nariz. ¡Peter, ráscame la nariz!

– No pienso ver sangre – dijo desde afuera del baño de James. – James, ve tu.

El pelinegro entro al baño – ¿Por qué, Sirius? ¿Por qué haces esto? – preguntó, rascándole la nariz y luego la nuca porqué le picaba por todas partes, producto de los nervios estúpidos.

– Lo he visto en muggles y queda genial, ahora imagínate en mi – parloteó – Moony, prosigue.

Remus asintió y llevo la aguja a la oreja de Sirius. – Bien, respira profundo.

Sirius lleno sus pulmones de aire y lo contuvo, Remus atravesó el agua de lado a lado después de aplicar un poco de presión, el ojo derecho de Sirius se lleno de lágrimas por el escozor. Remus colocó el arete, era una pequeña joya negra y todo había acabado, limpió la sangre con un paño.

– Listo – dijo, alegre del resultado – En el sitio indicado.

Sirius se levantó del sanitario y se miró en el espejo, una sonrisa creció en su rostro.

– ¡Quedo perfecto, moony! – se giró hacia él – Deberías dedicarte a esto en Hogwarts.

– ¿Abrir aretes clandestinamente? – se burló James

– Impondríamos moda – dijo Peter desde el cuarto

Remus se lavó las manos después – ¿Y que haremos esta noche?

– Oh, el dulce moony quiere explorar Londres – canturreó James caminando hacia el cuarto. – Me parece justo. Sirius y yo hemos salido a la ciudad solos.

Peter terminó de leer las cartas de Dorcas – ¿Y a donde iremos?

Sirius salió del baño seguido de Remus.

– Podemos ir a la feria – opinó Peter

Lupin, Black y Potter se miraron entre si, Remus sonrió.

– Sería estupendo.

– ¿Qué es la feria? – preguntó Sirius sentándose en la esquina de la cama.

– Es... un sitio con atracciones geniales, puedes montarte en ellas o ganarte premios en algunas – comentó, recordando que nunca fue a una cuando era pequeño, seguro Peter si – A demás, hay palomitas de maíz dulces y chocolate por montones.

James asintió – Merodeadores, vamos a la feria de verano.

Las luces de colores inundaron el hermoso parque a las afueras de Londres, repleto de carritos de comida, vayas publicitarias en neón, atracciones ridículamente peligrosas, jóvenes con porros de marihuana y latas de cerveza, y maquinitas de juegos. Los merodeadores recibieron aquella visita a ese lugar como un puto bálsamo tan diferente a todo lo que vivián en Hogwarts. Remus disfrutó todo lo que pudo con sus amigos, había prometido hacerlo porqué pronto se tendría que marchar a Gales para sus lunas llenas y ya no los vería más.

THE WOLF HOWLING AT THE STARS - WOLFSTAR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora