CAPITULO VEINTE.

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CAPITULO VEINTE 

BRADLEY SMITCH 

El cumpleaños número quince de Remus fue tal como se lo había imaginado, salvo por una adición especial, cortesía del buen amigo, Sirius Black. Sirius, había estado en una pequeña fiesta clandestina una semana antes, había invitado a los chicos pero todos tenían cosas diferentes que hacer: Remus había quedado en una "cita" de estudio con Lily y Brad (con quien todavía no hablaba de aquello y muy seguramente, ya no lo hará) Peter estaba con Dorcas en la torre de astronomía besuqueándose, porqué ahora se besuqueaban en cualquier lugar, y James estaba follando con Emma, a quien había resultado un puto adicto desde la primera vez cuando ella le dejó esa nota, sin embargo, desde hace unos días, la evitaba. Así que, de esa fiesta Sirius consiguió algo que para él era más valioso que el maldito oro de la familia Black.

– ¡Feliz cumpleaños! – gritaron todos al unísono en la sala común de Gryffindor, esa noche.

Remus ya había destapado sus regalos esta mañana, pero nadie lo había felicitado como tal, ni siquiera los merodeadores, lo que estaba poniendo a Remus de muy mal humor y triste, sobretodo triste, y ahora estaba con ambos ojos muy abiertos mientras una sonrisa se asomaba lentamente en su rostro, iluminándolo. Lily gimió, adolorida por haber ignorado a Remus y se abalanzó hacia él en un abrazo caluroso.

Remus amaba cumplir años desde que entró a Hogwarts, o específicamente, desde que tenía más personas que lo felicitaran y no solo era su mamá.

– Lo lamento, lo lamento – le dijo, aun abrazándolo – Fue idea de tus estúpidos amigos.

Remus la abrazó de vuelta sin enojarse, ahora todo se trataba de una sorpresa de cumpleaños. Marlene, Dorcas, Mary y Alice fueron las siguientes en abrazarlo, luego se le unió Pandora que había sido invitada por Marlene, y aunque todavía se mantenía quisquillosa por lo de Sirius, había optado por superarlo de una buena vez, incluso le sonrió cuando entró a la sala común. Sirius le había regalado una pluma magina (hecha por él mismo) para que pudiera señalar y hacer trazos en sus poemarios y si necesitaba eliminar algo solo pasaba la suave pluma por la pagina y desaparecía sin dejar rastro, la pluma cambiaba depende de la emoción que sentía el lector al leer, según Sirius pasó días enteros fabricándola en silencio, James una bufanda nueva con la palabra "Moony" tejida en letras café, y Peter un par de zapatos de material que por cierto le quedaron un poco grande pero seguramente, en el próximo año le calzarían bien.

– ¡Feliz cumpleaños, moony! – canturreó Sirius abrazándolo por los hombros y dándole un sonoro beso en la mejilla – ¡Casi exploto por no haberlo dicho en todo el día!

Remus rio ampliamente, Sirius siempre había sido intenso con las cosas que quería, sobretodo desearle feliz cumpleaños a un buen amigo. James lo abrazó y le pellizco la mejilla.

– Sirius, cariño, nuestro bebé está creciendo – dijo limpiándose una falsa lágrima de la mejilla

Sirius puso sus manos juntas sobre su pecho, haciendo un puchero cómico.

– James, querido, esconde las revistas, los paños y el aceite para el cuerpo – se burló Sirius

Remus le dio un zape en la cabeza después de que todos rieran. En la sala común también estaban Frank, Bradley y otros chicos de su curso, a todos los abrazo y entabló conversación mientras los merodeadores destapaban una botella de cidra y otra de whisky de fuego y repartían vasos repletos, Sirius movió su varita para que el tocadiscos sonara solo, una maldita canción de Queen sonó. Remus abrió su boca en una O enorme y miró a Sirius, el aludido estaba sonriéndole desde el asiento mientras asentía en su dirección, indicando que era real, que si estaba sonando lo que él estaba escuchando.

THE WOLF HOWLING AT THE STARS - WOLFSTAR.Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt