Capitulo cuarenta y cinco

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CAPITULO CUARENTA Y CINCO 

Devuelta a la escuela. 

Remus se removió ansioso en la sala de espera, estaban esperando la audiencia de Lyall Lupin. Nunca creyó algo como eso, ¡jamás! Ya sabía lo cobarde que era su padre, ya sabía lo hijo de perra que había sido con él, pero también sabía que a su madera siempre había amado a Hope, le había prometido protegerlo pero... ahora, justo ahora en medio de una maldita guerra había decidido hacer todo lo contrario.

– A veces quiero creer que todo lo que hace es bajo la maldición Imperius – dice Remus a Sirius que se encontraba a su lado.

El azabache tira su cabello para atrás soltando un sonoro suspiro.

– Yo también quisiera creer que Regulus hace todo lo que hace porqué está siendo obligado, pero no es así, él es un mortífago– continúa Sirius, con cuidado pone su mano encima de la rodilla de Remus – No debes sentirte culpable por nadie, moony, cada quien elige a quien quiere seguir y a quien no.

Remus asintió ligeramente – Tienes razón, no puedo hacer nada por él...

Justo en ese momento, Moody salió de la sala del juzgado y se detuvo al ver a Lupin y a Black, arrugó el entrecejo.

– ¿No deberían estar en Hogwarts? Las vacaciones acabaron –

Remus mordisqueó su labio – Venía a... – señaló la puerta – ver a Lyall.

Moody miró a Remus, y sintió lastima por el chico... – ¿Seguro, Lupin?

– Si, después de todo es mi papá – contestó cortante – ¿Puedo entrar?

El auror asintió haciéndose a un lado, Sirius siguió a Remus pero inmediatamente fue detenido por un brazo de Moody.

– Solo puede entrar una persona, muchacho – le dice a Sirius

– Eso es estúpido, solo quiero acompañarlo – replicó Sirius, enfadado

– Son las reglas, Black – gruñó Moody

Sirius giró los ojos – A la mierda tus reglas, Moody...

– ¡¿Qué dijiste?!

– Que va a esperarme – dijo Remus, incómodo – Pads...

El azabache dio un paso hacia atrás malencarado y se dirigió a Remus, suavizando rápidamente sus facciones.

– Estaré aquí cuando salgas – lo alentó

Remus asintió cuidadosamente y abrió la puerta...

Había algo cierto... cuando Remus vio a su padre una oleada de tristeza lo invadió, tristeza y decepción, sintió algo en la boca de su estómago y quiso vomitar, nunca imaginó que vería a su padre con grilletes mágicos y demacrado, hace varios meses no sabía nada de él, y ahora lo veía en el ministerio siendo juzgado por espionaje... y pertenecer al bando equivocado.

– ¿Remus?

El castaño respiró profundo adelantándose unos pasos hacia él, se encontraba sentado, atado a la silla como un miserable delincuente.

– Hola, papá – fue casi grosero – ¿Sigo llamándote así?

– No empieces, Remus... – bramó – Tenía que hacerlo, por ti.

El licántropo sonrió escasamente – No me digas, ¿tenías que pasarle información de los licántropos a quien tu sabes por mi? ¿Crees que soy estúpido?

THE WOLF HOWLING AT THE STARS - WOLFSTAR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora