CAPITULO CINCUENTA Y TRES

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CAPITULO CINCUENTA Y TRES 

DUELISTAS. 

James suspiró, nuevamente, frustrado. – ¿Entonces no irás?

Remus negó ligeramente con la cabeza.

– No puedo, Dumbledore pidió que me quedara – contestó Remus

Sirius achiquitó la vista desde el sillón de la sala común, a su lado Lily también miraba a Remus con cierta... curiosidad.

– ¿Y para que dices que te pidió quedarte? – preguntó Sirius

Remus lo miró, casi molesto por la interrogación, no quería que Sirius se adentrara en su mente, Albus le había pedido discreción, y conocía al pelinegro, no se quedaba tranquilo hasta que supiera la verdad.

– ¿Enserio, Sirius? Te lo he dicho mil veces, a todos ustedes, él no me dijo nada –

– No te creo

– Allá tu

– ¿Ah, ¿sí?

– ¡Chicos, por favor! – James bufó – No empiecen, gracias.

James se rascó la parte interna del cuello – Si dices que no puedes, moony, comprendemos... Si, Sirius, comprendemos a Moony, no me mires así.

– ¿Lames bolas ahora, Prongs? – preguntó Sirius, asteado.

Remus lo fulminó con la mirada y James giró los ojos – ¿A qué te refieres con eso, Black?

– A que no estás siendo sincero con nosotros – bramó Sirius, molesto – Ni siquiera te esfuerzas, Remus.

Hace mucho tiempo que Sirius no lo llama Moony, pero era algo que Remus comprendía... la distancia entre ellos había sido notable y no podía hacer nada.

– Creo que estás siendo paranoico, Sirius – responde Remus bajando los hombros – Conocen a Dumbledore...

Sirius no le creyó ni una palabra de todos modos, solo miró hacia otro lado ignorando completamente a Remus. Lily suspiró.

– ¿Te veremos en el callejón diagon para navidad? Iremos el veinticuatro en la tarde a realizar algunas compras – comentó Lily

Remus le sonrió – Allá estaré, de todos modos, la luna llena es antes así que apenas me sienta bien iré con ustedes.

James sonrió ampliamente – Perfecto, moony... ¿Ves Sirius? Solo estás siendo la reina del drama una vez más.

Sirius no dijo nada.

Y Remus se sintió mal, sabía cómo Sirius se sentía, pero lo estaba protegiendo, no podía decirle que iba con Dumbledore a su primera misión como infiltrado, no podía, necesitaba cuidarlo, a él y a todos, por otra parte, tenía que confiar en Albus, de todos modos, era lo único que le quedaba.

§

A Remus le sudaban las manos, era mentira decir que no temía, ¡claro que temía! Albus le explicó el plan minuciosamente, parte por parte y no se escuchaba difícil, todo lo contrario, era fácil reconocer lo que tenía que hacer y si todo salía bien, nada malo pasaría o eso esperaba.

– No te sientas nervioso, Remus – dijo Albus – Ellos olerán tu miedo.

Remus asintió tragando en seco – Nunca he estado cerca a otro hombre lobo antes, y mucho menos si es un mortífago, señor.

THE WOLF HOWLING AT THE STARS - WOLFSTAR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora